13. Otra a la soledad de las celdas*
A daros mil norabuenas1
de dicha tan deseada,
vengo, santísimas madres,
con mucho gozo en el alma.
Y este gozo se origina
5
de ver que ya vuestras ansias
y deseo de retiro
el piadoso dueño paga.2
Vuestra santa pretensión3
justísimamente alcanza 10
hoy la alegre posesión
de tan largas esperanzas.
Si yo espíritu tuviera4
y elocuencia soberana,
de la amable soledad 15
dijera las alabanzas,
pero soy muy ignorante
y en el espíritu zafia,
y pudiendo decir tanto,
u diré muy poco u nada.5 20
Como estoy tan exterior6
y en muchas cosas turbada,
de aquel Uno necesario7
ignoro excelencias tantas.
Alaben la
soledad
25
las almas exprimentadas:
las que en dichosa quietud
a su tierno esposo abrazan.8
La estrecha conversación
que tienen con Dios las almas 30
en la soledad alegre,
las hace humildes y sabias,
porque el
Espíritu Santo,
cuando ama mucho a las almas,
las lleva a la soledad 35
y a los corazones habla.
Y las palabras
que dice,
tan substanciales y claras,
son de heroica perfección
y santidad consumada. 40
En la soledad
parecen9
estas apariencias, falsas,
que el mundo vende por buenas,
con infinidad de faltas.
En la soledad se
quitan 45
las nubes grandes y opacas,
y el alma, llena de luz,
toda la verdad abraza.
En la soledad se
vencen
las pasiones mal domadas, 50
los sentidos se componen,
los apetitos se matan.
En la soledad se acuerda
de su presto fin el alma10
y, confiando en su Dios, 55
consigue la amada patria.
En la soledad desea
el alma ser despreciada
y que, olvidándola todos,
la dejen en dicha tanta. 60
En la soledad se advierte
que Dios solo al alma sacia,11
y que todo lo crïado
sólo aflige y embaraza.
En la soledad se
gozan 65
favores y glorias
tantas
que, si no tuviera fe,
por eternas las juzgara.
En fin, todas las
virtudes,
todos los dones y gracias, 70
en la soledad feliz
se comunican al alma.
Entrad, pues, madres gozosas,
fervorosas y animadas,
que el Señor que dio las celdas 75
también dará lo que falta.
Lo que falta es el adorno,
que en una celda descalza,
no ha de faltar lo curioso
de muy vistosas alhajas:12 80
desnudez, pobreza, olvido
de toda cosa crïada
y un incesable deseo
de ser más pura y más santa;
que la celda material
85
ha de servir como caja
que guarda la interior celda
donde el esposo descansa.
Que si faltase el espíritu
y la oración en el alma, 90
más que santa religiosa,
será mujer encerrada.
A todas sus reverencias
comunique Dios su gracia
para que, viviendo solas, 95
estén bien acompañadas.
|