18. Otro a la
Madre Ministra*
Madre entre todas magnífica,
a vuestras penas y tráfagos
llega a dar humildes pésames
aqueste convento plácido.
Su dicha ha sido grandísima 5
en teneros por oráculo,1
y aunque os han puesto en patíbulo,2
quisieran en tabernáculo.
Es fuerza que estéis tristísima
con este terrible tártago,3 10
que a trabajo tan sin término
desmayara cualquier ánimo.
Como sois tan benemérita
y nuestro poder tan párvulo,
rendimos las fuerzas débiles 15
a vuestro querer magnánimo.
Quisiera ser muy científica,
y con excelentes cánticos
hacer vuestro nombre célebre
desde éste hasta el Polo Antártico. 20
Sois tan sola y sois tan única
como del Arabia el pájaro,4
y a hechos tan celebérrimos
más se alabara callándolos.
Tened gobierno pacífico 25
con Espíritu Paráclito,
y así todas vuestras súbditas
tendrán un amor seráfico.
Y aunque os halléis muy paupérrima,
sin dineros, en gastándolos, 30
no mostréis faz melancólica,
que afligiréis nuestros ánimos.
Todas estamos unánimes,
sin discrepar, ni aun pensándolo,
vuestros mandatos deíferos 35
sin que haya falta en un átomo.
Y cierto que, sin hipérboles,
antes con afectos cándidos,
nos mostramos rendidísimas,
como lo veréis mirándolo. 40
Ya hemos pedido al Altísimo,
con muy devotos preámbulos,
no dé provisoras míseras
a aquestos sujetos lánguidos,
porque a los pobres estómagos 45
será de notable cálamo5
un ejercicio tan pésimo
y un desconsuelo no tácito.6
No lo permita el Altísimo
que nos pongan tal obstáculo 50
al correr muy ligerísimas
a los celestiales tálamos,
que el sustento, que es parquísimo,
hace los semblantes pálidos,
y si damos en hipócritas, 55
todas iremos al Cáucaso.
Acordémonos, carísimas,
de aquel suceso tan trágico,
de aquella merienda espléndida7
que se ordenaba con tráfago, 60
yendo a cenar contentísimas
al refictorio monástico
(no es ésta ficción poética),
todo se volvió fantástico.
A provisoras tan pésimas, 65
cierto estoy considerándolo,
que
por sus hechos malévolos
será bien dar con un látigo.
Y vos, madre piadosísima,
volvednos aquesos párpados, 70
que estamos afligidísimas
hasta vuestro beneplácito.8
Y pues ya tenéis dos ángeles
de aquellos coros jerárquicos
que asisten, vigilantísimos, 75
en este pobre habitáculo,
sed muy fiel al amantísimo
que él os dará, en procurándolo,
fervor grande, amor fortísimo
y celo de su honra máximo. 80
|