36. Romance al
Nacimiento*
Hola, ao, pastores, ao.1
Los de ensomo de la sierra,
los que habitáis en los montes,
en cabañas o en aldeas;
también a las almas puras 5
que de amar a Dios se precian,
las que viven
encerradas2
dentro de sí, que
no en celdas;
las que merecéis el nombre
de esposas, que
con finezas 10
obligan al Verbo Eterno
que en sus
corazones venga,
pastoras que así se guardan
y sobre sí mismas velan
para que el lobo crüel3 15
a ofendellas no se atreva;
vosotras que a los rediles
de la quietud más
interna
lleváis vuestros
pensamientos
que en la soledad
sestean; 20
las que con cuidado quieto,
siempre guían sus potencias
a los pastos soberanos
por las más estrechas sendas;
las que con ánimo heroico, 25
abrazáis las asperezas,
hollando con tiernas plantas,
las espinas y malezas;
las que, imitando al pastor4
que vive en el alta sierra, 30
aborrecéis los regalos
y buscáis la penitencia;
las que negadas al mundo,
a sus gustos y riquezas,
dichosamente os gozáis 35
en el desprecio y
pobreza;
las que en estrecha clausura,
en castidad y obediencia,
con rendimiento de esclavas,
os ofrecéis siendo reinas; 40
las que con vida divina,
que se os da por estar muertas,5
gozáis de divinas glorias,
que la carne no esprimenta:6
a vosotras, pues, os traigo 45
las felicísimas nuevas
del nacimiento de Dios,
según la carne, en la tierra,
porque salgáis prevenidas
con nueva gala a la fiesta, 50
a recibir al gran rey
que en las almas
se aposenta.
Dicen que es de gran linaje,7
aunque viene con pobreza,
y que tiene con Dios mismo 55
una substancia y esencia,
y que en el pecho del Padre
descansa siempre, y su idea,
por acto de entendimiento,
divinamente le engendra; 60
y con recíproco amor
y en igual
correspondencia
al Espíritu producen,
que es la persona tercera,
que sobrevino en María, 65
con cuya sombra y defensa
pudo parir siendo virgen
más pura que las
estrellas.
Y de parte de su madre,
aunque humana descendencia, 70
es su prosapia de reyes8
de esclarecida nobreza.9
Yo no sé quién le metió
en dejar tanta grandeza
por vestirse del sayal10 75
que se usa en nuestra aldea.
No sé si será verdad
lo que el cura nos enseña;
si ello es así, no me admiro
que se humille y
que padezca.11 80
Dice que está enamorado
de las almas, y por ellas
hace excesos semejantes
por obligar que le quieran,
y que ellas, desdeñosas, 85
ni le estiman ni
se acuerdan
de agradecer beneficios
de tanta costa y grandeza.
Pero en tan alegre noche
y en tan soberana fiesta, 90
no hemos de tratar de cosas
que puedan entristecerla.
También dijo el sacristán,
que es hombre de
muchas letras,
lo que sucedió en
Belem12 95
otra noche como
aquésta.
Dice que llegó Josef
con María, niña tierna,
a buscar posada, ¡ay Dios,
si en mi alma la quisieran!, 100
y que, por la mucha gente
que en las
posadas se alberga,
no la hallaron, porque a Dios
siempre el mundo se la niega,
y que en un pobre portal, 105
ya cielo con su presencia,
entró María y su esposo
con desabrigo y pobreza,
y que la virgen humilde,
viendo que el parto se acerca, 110
se puso en contemplación
aunque siempre estaba en ella.
Descalzos los santos pies,13
suelta la madeja bella
y altas al cielo las manos, 115
María a su hijo espera.
En este divino rapto
de su oración más intensa,
dicen los santos que vio
de Dios la divina esencia. 120
¿Qué sintiría María cuando,
del éxtasis vuelta,
a sus pies viese humillada
de Dios toda la grandeza?
¿Qué heroicos actos haría 125
la soberana princesa,
de amor, de
agradecimiento,
de humildad y de
obediencia?
Pero en tan alegre noche
y regocijada fiesta), 130
tanto seso no es cordura;
la devoción da licencia.
Cuando Dios, de puro amor,
hace excesos tan sin cuenta,
demasiada caridad 135
dicen los santos que ostenta.
¿Tengo de estar tan en mí,
con tanto seso y prudencia,
y tan largo y tan
despacio
predicar otra
calenda?14 140
Va de donaire y de chanza,
venga la musa burlesca
que alegremente devota,
a mis madres entretenga.
¿No se acuerdan lo que dijo 145
aquel anciano profeta,15
que el puer natus era novio
y se casó con la reina?
Voto a mi sayo, zagales,
que habrando en cosas como éstas16 150
me da gana de reír
y el seso se me trastueca.
Voto a mí que me derrito
como suele al sol la cera,
y que estoy por gorgear 155
al mochacho que se acerca.
Tanto nos amó su taita17
que a su unigénito entrega
a los azotes y cruz,
y le da mamá en la tierra. 160
¿Hanle mirado cuál viene
lleno de amor y finezas,
llorando por mis descuidos
y mala correspondencia?
Ea, Jesús, no haya más, 165
no derraméis tantas perlas,
que no hay
méritos en mí
para atreverme a cogerlas.
¡Qué lindos ojitos trae
con los dos arcos que flechan 170
saetas con que a las almas
herir o matar intenta!
¡Qué hermosa que está su madre!
No se vio mayor belleza
en humana
crïatura, 175
en los cielos ni
en la tierra.
Quereros contar sus gracias
o referir sus
grandezas
más fácil será
contar
del ancho mar las arenas. 180
Pero el chiquito me llama
con su risita, y me muestra
que quiere que le requiebre
con agrado y con decencia.
Voto a san que he de besarle;18 185
nadie me estorbe u detenga,
que el mochacho es como un oro
y me guizga con gran fuerza.19
Si la esposa le pidió
que él su ósculo le diera, 190
yo pienso darle dos mil
aunque me cueste mi hacienda;
el amor es atrevido,
el niño me da licencia,
su madre me lo permite, 195
el viejo calla y se güelga.
Ea, yo llego, mas ¡ay
que la sangre se me hiela!
El amor dice que llegue,
y el temor que me detenga. 200
¿No ven cómo con los ojos
parece que me hace señas?
Esto es hecho; yo me acerco,
mas mil temores me cercan.
Pues calle, que aquesta noche20 205
cuando en mi pecho le tenga,
le he de besar y abrazar
donde nadie no nos vea.
Aunque más haga del grave,
ya descendió su eminencia 210
de su trono y se vistió
mi misma naturaleza.
Señoras, ¿qué niño es éste,
le entienden sus reverencias?
Que yo con cuanto he estodiado21 215
en mi anchurosa bodega,
con mi entonado capricho,
no puedo alcanzar quién sea,
ni sus obras y
joïcios
por más que me
desvanezca. 220
Sin duda que está encantado,
o que encantaba en su tierra,
o que sabe hacer hechizos
que divinamente enredan.
¿Si es escolar resabido? 225
¿Si ha sido cura o poeta?
¿Si entiende nigromancia
o sabe todas las ciencias?
Pues algo tiene de ser
quien hace cosas tan nuevas, 230
que estando desnudo abrasa
y estando al hielo se quema
De tanto fuego cercado,
a las pajas no le llega.
Él es grande y él se apoca, 235
él es fuerte y luego tiembra.
Él me llama y me despide,
él se acerca y él se aleja;
me concede sus caricias
y al mismo punto las niega. 240
Con su presencia enamora,
con sus favores sustenta,
con los mismos da más hambre
que suele causar su ausencia.
Mas ¿quién me mete en honduras, 245
siendo la misma rudeza,
presumir con mi ignorancia
alcanzar de Dios la ciencia?
Perdone su señoría,
su majestad o excelencia,22 250
que no sé cómo se llama
su persona reverenda,
y dénos muy buenas pascuas
con su amor y su presencia,
y sirviéndole nosotras, 255
también se las demos buenas,
Écheme su bendición,
que me vuelvo con gran priesa
al mismo donde ya vivo23
de asiento, con su licencia. 260
Oya, ¿cómo no responde?
Acabe ya enhorabuena,
no se haga de rogar
pues tiene tanta nobreza.
Al buey y a la feliz mula 265
quiero dar la norabuena
de la dicha que han tenido
en estar de Dios tan cerca;
que si no les hago copra
podrán tener de mí queja 270
y darme coz cuando llegue24
del santo pesebre cerca.
Y la madre siempre pura,
pues que puede estar contenta,
dénos aguinaldo digno25 275
de tan poderosa reina.
Con el fruto de su vientre
estarán todas contentas
y aun pagadas, por mi vida;
quiera Dios que en ello venga. 280
Oh bellísima señora,
mi esperanza y mi defensa:
danos tu chiquito un poco,
así Herodes no le prenda.
Ea, mi madre y mi amor, 285
un poquito nos le presta
que dure una eternidad,
pero no le des sin prendas.
Toma las almas de todas,
el corazón y potencias, 290
dános a Jesús, María,
y quédate con las prendas.
Que yo no le soltaré
pueden creer con certeza
aunque me cueste la vida; 295
todas lo mismo prometan.
Y con entrañable amor,
con el alma y con la lengua
digamos: ¡viva María,
de quien Dios
nace en la tierra! 300
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