Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText
Literatura Conventual Femenina
Sor Marcela de San Felix
Hija de Lope de Vega
Sor Marcela - Obra completa

IntraText CT - Texto

  • 5. ROMANCES
    • 37. Ofrecimiento que hacen las religiosas al niño Jesús recién nacido
Anterior - Siguiente

Pulse aquí para desactivar los vínculos a las concordancias

37. Ofrecimiento que hacen las religiosas al niño Jesús recién nacido*

 

         Recibid, niño piadoso,

    dulce Jesús de mi alma,

    los corazones y afectos

    de todas vuestras esclavas.

         Quisieran tener riquezas 5

    de virtudes levantadas

    con que abrigar, niño hermoso,

    vuestra humanidad sagrada.

         De nuestra madre ministra

    recibid la confianza,         10

    la puntualidad humilde

    de nuestra madre vicaria.

         La pobreza y obediencia

    os ofrece Marïana

    de santa Inés, y no digo    15

    lo demás por no enojarla;

         sor Ángela, caridad1

    con limpieza no afectada;

    y celo de religión

    dará la madre Juliana.      20

         Y la madre sor Inés

    ofrece, con mano larga,

    la pobreza y discreción

    con que quisistis honrarla.

         Toda la misericordia,   25

    toda pïedad cifrada,

    hoy sor Ana de san Pablo

    os ofrece confïada

   de que por mucho que os ,

    no le hará ninguna falta.   30

         Su humilde conocimiento,

    afabilidad y gracia

    san Ilefonso os ofrece,2

    y primero, toda el alma.

         Oración y afecto tierno 35

    quisiera ofrecer sor Juana,

    pero, encogida, sospecha

    que puede ser arrogancia.

         Ya de la madre maestra

    llega un presente de ansias 40

    de agradaros y serviros

    y ver vuestra hermosa cara.

         Antonia de san Josef,

    muy tierna y enamorada,

    un limpio pecho os ofrece 45

    con candidez extremada.

         Catalina de Jesús

    puede llegar confïada,

    que amor y recogimiento

    hallan muy fácil la entrada 50

    de nuestras almas a Dios,

    que en tales pechos descansa.

         De su agrado y caridad

    un rico presente traza

    Petronila de Jesús            55

    para vuestra madre santa.

         Rendimiento y sujeción,

    y caridad extremada,

    Jerónima de san Pedro

    rinde a vuestras santas plantas. 60

         Ya de sor Ambrosia veo

    el alma determinada

    con que a padecer se ofrece

    por vos cosas más pesadas,

    que aflicciones y dolores 65

    son caricias a quien ama.

         Y sor Ana de Jesús3

    os ofrece, retirada,

    una muy mala cabeza,

    que otra cosa no la halla   70

    con que poder abrigar

    esa desnudez extraña.

         Sor Ana de san Josef,

    que en caridad se señala,

    os la ofrece deseosa        75

    de seros en todo grata.

         Sor Marcela de san Félix4

    quiero por alto pasarla,

    que quien no tiene virtudes

    no podrá ofreceros nada, 80

    y quien no da lo que ofrece,

    no ofrezca, que no hará falta.

         Ya santa Teresa llega

    a ofreceros, alentada,

    su devoción y fervor        85

    anhelando a ser más santa.5

         Con mil dones de virtudes

    con que os alegra y regala,

    de san Josef, Catalina,6

    vuestras lágrimas acalla. 90

         Con su silencio y modestia,

    cosa que tanto os agrada,

    la humildad y la obediencia

    os quiere dar santa Paula,7

         mas teme que si lo sabe 95

    don Andrés, dirá con pausa8

    que es soberbia y arrogante,

    y que ni entre ni salga

    a la noche oscura, que es

    donde el alma se adelanta. 100

        Sinceridad y bondad

    a sor Manuela acompañan,

    que con amor os ofrece

    para mantillas y fajas.

         Con incansable trabajo, 105

    ya sor María os regala,

    de san Antonio, que es grande

    la fineza con que os ama.

         Jerónima de Santiago,

    con prudencia anticipada, 110

    devoto presente ofrece

    con vuestro amor alentada.

         Su grande sinceridad

    y aprecio de religión,

    María de san Francisco 115

    ofrece con grande amor.

         Sujeción y rendimiento

    ofrece a vuestra grandeza

    Mariana de san Ignacio,

    que el corazón os presenta. 120

         Recogimiento y fervor,

    con ancianidad moderna,9

    ya sor Elena os ofrece,

    aunque ofenda a su modestia.

         Sor Ana María viene 125

    y fervorosa os presenta

    una grande voluntad

    con que agradaros desea.

         Antonia de la Asunción

    os ofrece en edad tierna 130

    haber el mundo dejado

    con engaños y quimeras.

         Sor Casilda, afecto santo

    de serviros, que quisiera

    tener todas las virtudes   135

    para celebrar con ellas

    vuestro alegre nacimiento,

    que con el alma contempla.

         Afectuosa, Marïana

    de la Encarnación se llega 140

    a ofreceros humildad

    y alentada penitencia.

         Finezas de desposada

    será fuerza que os ofrezca

    sor Agustina, pues ya     145

    goza tal dicha y grandeza.

         Sor Isabel de Jesús

    con humildad os presenta

    desengaños de esta vida,

    toda mentiras y penas.   150

         Y la menor Isabel

    os ofrece su pureza,

    con el silencio observante,

    que amor niño así la enseña.

         Y María de san Juan155

    con advertida inocencia,

    quisiera ofreceros mucho

    si su edad lo permitiera.

         Concepción, que en caridad

    tiene tan copiosas medras,  160

    os la ofrece, y el trabajo

    que toma en dar tantas vueltas.

         Presto la hermana Luïsa

    fervorosa se os acerca:10

    no es pasión, mucho os ofrece, 165

    de grandes virtudes llena.

         Y si la hermana Isabel

    viene con tanta largueza,

    su humildad y caridad

    ofrecerá, y su inocencia. 170

         Y la hermana Catalina

    mortificación ofrezca

    con un raro sufrimiento,

    de su virtud mejor prueba.

         Que ya la hermana María,11   175

    con fineza portuguesa,

    el ayudar a las madres,12

    que en cada una os contempla.

         El silencio y oración

    Casilda a ofreceros llega, 180

    y la devoción piadosa

    con que a vuestra madre bella

    sirve, teniendo la escala13

    con tan devota decencia.

         Esto, Señor, es lo menos 185

    que mi bajeza contempla

    en vuestras santas esposas.

    Dichosa yo que con ellas

    vivo tan sin merecerlo,

   agradecida y contenta.   190

 




* Páginas 413-420.

Título: en este romance se van mencionando los nombres de las religiosas compañeras de convento de SM. Se intercalan santos y santas acompañándolas en el ofrecimiento. Las estrofas son generalmente de cuatro versos pero hay 8 estrofas de seis, que se reparten a través de la composición sin orden fijo.

 



1 (v. 17) or Ángela [os ofrece] caridad...



2 (v. 33) san Ilefonso: es el titular de la iglesia del convento de las Trinitarias.



3 (vv. 67-72) esta estrofa se refiere, probablemente, a una monja enferma que quizá no asistía a la celebración.



4 (v. 77-82) esta es la estrofa que SM se dedica a sí misma.



5 (v. 86) aquí SM se hace eco de los mismos deseos de santa Teresa de ser aún más santa.



6 (v. 89) Catalina de san Josef. Esta es la monja sobre quien SM escribió la biografía en prosa.



7 (v. 94) santa Paula: fundadora de dos monasterios en Belén; en el dedicado a mujeres se refugió con su hija santa Eustoquia. Ambos estaban dirigidos por san Jerónimo.



8 (vv. 96 y 99) don Andrés sería una personaje relacionado con el convento; según la copia del ms. de la RAE "podría ser el confesor". La "noche oscura" debe ser alusión a san Juan de la Cruz.



9 (v. 122) lo que puede ofender la modestia de sor Elena es que SM hable y ofrezca por ella su recogimiento y fervor.



10 (v. 164) por este verso podemos colegir que cada monja se iba acercando al pesebre y depositando su ofrecimiento.



11 (v. 175) en el ms. se había escrito "Isabel" y se tachó, al parecer de mano de SM, para corregirlo con el nombre de "María".



12 (v. 177) en este verso se sobreentiende "os ofrece".

 



13 (v. 183) Casilda sería, quizá, una persona que ayudaba en el convento quien en esa ocasión sostenía una pequeña escalera que subiría al pesebre. O, tal vez, era la persona que dirigía el coro.






Anterior - Siguiente

Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText

IntraText® (V89) Copyright 1996-2007 EuloTech SRL