10. Otra loa*
Sale Marcela
sola.
Marcela
Dos intentos me han traído,
¡Oh venerable senado!,
a hablar a sus reverencias
de suma importancia entrambos.
El primero es a
pedirles
5
perdón humilde, aunque tardo,
de cuán mal las he servido
y cuán poco regalado;
grande
mortificación
han tenido en
tolerarlo,
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y me tienen por estremo
mortificada del caso,
valiéndome de
disculpas,
que de ellas siempre me valgo.
Mis fuerzas han sido
pocas,
15
los tiempos muy apretados;
no es mi
habilidad tan grande,
éste es caso averiguado,
como mi flema, que a
serlo,1
en nada hubiera
faltado.
20
Pero de estas
ocasiones
las madres habrán sacado
mucha gloria para Dios,
con su sufrimiento largo,
para sí grandes
coronas
25
que les habrá granjeado
mi desmaña, mi miseria
y mi mucho desagrado.
Como cuerdas,
como santas,
en fin todo lo han
pasado,
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abrazando por su esposo2
lo desabrido y lo escaso.
Sin duda que en
otros dones
lo habrá cumplido y colmado
el que sabe pagar
bien
35
lo que por su amor obramos.
Con aquesto me
consuelo,
que siempre le he suplicado
supla por mí y las regale
con deleites
soberanos.
40
También por mis
compañeras
pido perdones, y traigo
de su parte otras disculpas
por lo que hubieren faltado.
Encarnación, con
más
veras
45
os dice, ilustre senado,
que si no ha dado lo justo,3
más de lo justo ha guardado.
Y de esto soy
buen testigo
que, como ello esté cerrado,
50
aunque todo se le pudra,
no le da ningún cuidado;
y como esté en la
despensa,
debajo de llave, el jarro,
le parece que no
importa
55
que esté el vino destapado.
Pero ya es hora
que diga
el otro intento que traigo,
que es decir mis aflicciones
y recitar mis
trabajos.
60
Mis congojas son
sin cuento,
sin límite mis fracasos,
y mis tristezas se suben
por encima del tejado.
Todas estas
pesadumbres,
65
madres, se han originado
porque veo se me acaba
este oficio regalado.
¿Cómo podré yo
pasar
sin ti que eres mi descanso? 70
Es imposible que pueda
vivir mucho con tal trago.
Si yo tuviera
pañuelo,4
amargamente llorado
hubiera, en esta
ocasión
75
que refiero el triste caso.
Entra
Escolástica.
Escolástica
Pues por eso no lo deje
su caridad, que este paño
le traigo para ese efecto
de su oficio tan
amado.
80
Y advierta que es
el más limpio,
más curioso y bien doblado,
porque en tales ocasiones
salga lo empapelonado.5
Mar.
¿Hay crüeldad como aquésta,
85
que tal prenda me haya dado
para renovar mis llagas
que aumenten mi mal tamaño?
Esc.
Su caridad se lamenta
con tanta razón, que
creo
90
que le falte el juicio antes
que le falte el sentimiento.
Cierto que el mío
es de suerte
que si en casa hubiera río,
en él me echara, y no piensen
95
que fuera gran desvarío.
Mar.
¡Ay Escolástica mía,
cuánto falta? Que imagino6
que se va el tiempo
pasando
sin que el sentimiento
mío7 100
se detenga ni una
hora.
Esc.
Corre cual veloz navío.
Mar.
Dime, ¿cómo pasaré
sin el rato entretenido
de Antonio, el ama y Alonso?8 105
Esc.
Remédielo el crucifijo.
Mar.
¿Qué haré sin la tabernera,
sin la guevera y sus hijos?
Pues la buena pastelera...
Esc.
Esa es de bondad
prodigio.
110
Todo calle, y sólo hablen
las oficinas que pinto:9
en verano, como
un horno,
en invierno, como el mismo.
Mojadas, hechas un
agua,10
115
ya bajas, que el colodrillo11
dirá bien con sus
chichones
las veces que le medimos.
Y nos alteran las venas
aquel retrete, que
apenas
120
se divisan las
paredes
porque su lóbrega luz
a la escuridad excede;
¿no te enamora y contenta?
¿Y la ventana que
alienta
125
adonde estamos tres horas
recibiendo el cierzo airado?
Mar.
Muchas veces me he admirado
cómo no quedamos
muertas
del tiempo y del aire
frío.
130
Esc.
En el monte Peralvillo12
creo que han de trasladar
por carne momia a
las tres 13
con hábitos y con tocas.
Mar.
Pues no nos volvemos
locas 135
de dejarte, oficio amado,
grande juicio
habrá sobrado:
sépanlo malos y buenos.
Pues aquesto es lo de menos,
que otras infinitas
cosas
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dejaremos sin
decir,
que vamos a prevenir
el platillo que es costoso.
Sin ti cómo habrá reposo;14
ni sé cómo vivo
ni
hablo,
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¡oh mi oficio, yo te quiero
del mismo modo que al diablo!
Esc.
Mis madres, pues yo, ¡pajuelas!,15
tan enamorada
estoy,
que diera dientes y
muelas
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porque se acabara hoy.
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