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Literatura Conventual Femenina
Sor Marcela de San Felix
Hija de Lope de Vega
Sor Marcela - Obra completa

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  • 5. ROMANCES
    • 21. Otro a la Ascensión del Señor
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21. Otro a la Ascensión del Señor*

 

             Dulce Jesús de mi vida,1

      mi única esperanza,

      ¿cómo, Señor, te ausentas

      dejándome sin alma?

             Tú eres el alma mía  5

      pues que vida me daba

      tu agradable presencia

      llena de gloria tanta.

             Tú eres mi corazón

    pues en ti respiraba,         10

      y en ti tenía vida

      alegre y descansada.

             Tú eras la clara luz

      que siempre me alumbraba,

    quitando las tinieblas        15

      que causa la ignorancia.

             Tú eres mi amado dueño

      a quien tan entregada

      me tiene, felizmente,

    el fuego que me abrasa.   20

             Tú eres mi amante tierno,

      que con caricias tantas,

      siendo yo tan de piedra,

      pudieron ablandarla.

      Tú eres tan firme esposo, 25

      que por más que te daban

      ocasión mis descuidos,

      nunca tú me dejabas.

             ¿Cómo te vas agora

    cuando más abrasada      30

      me tienen tus amores

      y más te deseaba?

             Estos cuarenta días2

      que has estado en mi casa,

    me echaste más prisiones, 35

      me arrebataste el alma.

      Venías victorioso,

      triunfando con tal gala,

      que llevabas tras ti

    todo cuanto mirabas.        40

             Tu amable condición,

      tan dulce como franca,

      se llevó por despojos

      la más esquiva dama.

      Ya veo, dueño hermoso, 45

      que es justo que te vayas

      a gozar de ti mismo

      en la esfera más alta.

             Bien sé te está esperando

    la diestra deseada3   50

      de tu amoroso padre,

      premio de tus batallas.

             Bien sé que vas a abrir

      las puertas soberanas4

    que hasta que tú las entres, 55

      han estado cerradas.

             Bien sé que tu ascensión

      esperan muchas almas

      para gozar contigo

    de la celeste patria.          60

             Bien sé que vas, Señor,

      a disponer moradas

      a los que en este mundo

      te sirven y los amas.

      Pero yo que sin ti          65

      quedo desconsolada

      pasaré triste vida

      mientras la muerte tarda.

             Y así, será forzoso

    te pida con mil ansias       70

      que me lleves contigo,

      pues dices que me amas.

             Y si me respondieres

      que méritos me faltan,

    los tuyos son ya míos,      75

      de amor heroica hazaña.5

             En este tierno afecto

      el alma, enajenada,

      dándole Amor licencia,

    de su esposo se abraza.   80

             Bañóle el bello rostro

      en agua destilada,

      más oloroso a Dios

      que el más subido ámbar.

      ¡Ay dulce vida mía!,      85

      dice toda turbada,

      no te vayas, Señor,

      sin llevar a tu esclava.

             Y no creas, Dios mío,

    que la gloria me llama,     90

      que sólo amor desnudo

      ocasiona mis ansias.

             Entre afectos tan dulces

      entretenida el alma,

    vio que su amante hermoso 95

      sus brazos desenlaza.

             Y con propia virtud

      en alto se levanta

      y al impíreo palacio6

    hace breve jornada.       100

             Los que saben de amor,

      lastímense del alma

      ausente de su bien,

      sola y en tierra estraña.

 

 




* Páginas 317-321.

Título: se trata, también aquí, de un romancillo de siete sílabas. (Véase lo que sigue.) "Acensión", escrito así en el título, se nos da como "ascensión" en el v. 57.

 



1 (vv. 1 y 2  ) el v. 1 tiene, sin embargo, ocho sílabas; en el v. 2 hay que hacer hiato entre "mi" y "única" para obtener las siete sílabas.



2 (v. 33) cuarenta días: son los que se cuentan entre Resurrección y Ascensión.



3 (v. 50) diestra: según el Credo católico, Jesús está sentado, desde su ascensión a los cielos, a la diestra de Dios Padre.



4 (v. 54 y ss.) las puertas soberanas: son las puertas del cielo que habían estado cerradas desde el pecado original cometido por Adán y Eva y se abrieron con la entrada de Jesús en el paraíso.



5 (v. 76) heroica hazaña: se refiere a la salvación del género humano.



6 (v. 99) impíreo palacio: el cielo.






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