Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText
Literatura Conventual Femenina
Sor Marcela de San Felix
Hija de Lope de Vega
Sor Marcela - Obra completa

IntraText CT - Texto

  • 5. ROMANCES
    • 33. Otro a un efecto amoroso
Anterior - Siguiente

Pulse aquí para activar los vínculos a las concordancias

33. Otro a un efecto amoroso*

 

         Esposo de mis ojos,

    querido por quien muero,

    si de amante te precias,

    yo de amante me precio.

         ¿Para qué son las riñas,  5

    desdenes y desprecios

    cuando por tus amores

    conoces que me pierdo?

         Mas nunca más ganada,

    que en tal deshacimiento1  10

    cobro en pérdidas tales

    más de lo que merezco.

         Si no quieres, mi vida,

    que te diga requiebros,

    yo cerraré los labios         15

    y al corazón apelo.

         Es imposible que él

    deje de hablarte tierno,

    desahogando un poco

    lo mucho que padezco.     20

         Si te ofenden mis ansias,

    si te cansan afectos,

    sana tú las heridas

    que con tu aljaba has hecho.2

         ¿Para qué disimulas    25

    con tan hermoso ceño,

    si sabes que tú has sido

    quien ha encendido el fuego?

         Y si celoso estás,

    puedes tener por cierto    30

    que, si no es de ti mismo,

    no hay de quien tengas celos.

         Y si de ti los tienes,

    mi bien, yo te confieso

    que serán con razón,        35

    que más que a mí te quiero,

         que libre está tu amante

    de peregrino afecto,

    que el fuego que me abrasa

    los consumió al momento. 40

         Mas, ay, que ya conozco

    lo mucho que te debo,

    lo poco que te pago,

    y por eso estás serio.

         Bien sabes que te he dado  45

    de todo cuanto tengo

   entera posesión

    como a querido dueño.

         Bien sabes que tú fuiste

    quien me miró primero,    50

    quien primero me amó

    y me rondó al sereno.

         Bien pudiera acordarte3

    los tiernos sentimientos

    con que tocaste al alma    55

    y me abrasaste el pecho,

         si a fuer de enamorado,

    con caricias y ruegos,

    venciste mi dureza

    deshaciendo mi hielo.       60

         ¿Por qué haces del esquivo

    cuando rendida llego?

    Harásme presumir,

    Dios mío, que es por eso.

         Si quieres que me vaya  65

    y que deje el intento,

    mientras más me despides,

    mayor firmeza tengo.

         Con desdenes, mi amor

    recibe más aumento,        70

    y con tu sequedad

    se aviva más el fuego.

         No hay para qué te escondas

    y pongas tierra en medio

    de mi bajeza suma           75

    en mi conocimiento,

         porque todo parece

    sirve para el incendio

    en que mi alma yace

    de materia y sustento.      80

         No hay trazas para amor,

    que en ellas estás diestro,

    y mientras más las buscas,

    que estás más fino pienso.

         Bien sabes que me tienes  85

    sin alma y sin deseos,

    que sólo en mí se hallan

    de tu amor verdadero.

         También de las potencias

    y el albedrío entero          90

    te tomaste el dominio

    con poderoso imperio.

         Y si del corazón

    antes eras tan dueño,

    agora me parece             95

    que aun no sé si le tengo,

         aunque a veces, Señor,

    en sus latidos siento

    que vive para ti

    y recibe tu aliento.         100

         ¡Ay esperanza mía,

    si yo cumplidos veo

    los deseos de amarte

    con infinito exceso!

         Y si pudiera yo,         105

    a costa de tormentos,

    darte más que gozaras,

    muriera de contento,

         y todo lo que gozas

    con ese ser inmenso,      110

    si lo tuviera yo,

    te lo diera al momento:

         aunque hubiera de estar

    metido en el infierno4

    por darte a ti la gloria,    115

    fuera para mí cielo.

         Y no pienses que son

    poéticos conceptos,

    que son verdades puras

    que con el alma siento,   120

         pero tú nunca acabas

    de asegurarte en esto

    pensando que ha de ser

    tan falso como el dueño.

         Pues, mi bien, por tus ojos, 125

    de mi amor dulce cebo,

    que puedes ya creer

    que ha mucho que no miento.

         Bien sabes tú que eres

    solo mi amado dueño,     130

    mi amorosa caricia

    y mi dulce requiebro.

         Tú, que vives más cerca

    que yo misma a mi centro,

    sabrás que no te engaño 135

    con encarecimientos.

         Podrás asigurarte

    que no habrá en mí en ningún tiempo5

    de mi parte ocasiones

    que puedan darte celos. 140

         Podrás, amante mío,

    sin miedos y recelos,

    entrar siempre en la casa

    que tienes en mi pecho,

         que si la falta adorno, 145

    sola está, por lo menos,

    o que lo esté, Señor,

    deseo por estremo.

         Si hallares dentro a alguien,

    digo, mi bien, que quiero 150

    que me quites la vida

    como a traidora luego.

 

 




* Páginas 377-383.

Título: romancillo de siete sílabas.

 



1 (v. 10) deshacimiento: "acción y efecto de deshacer o deshacerse" (RAE).



2 (v. 24) se presenta a Jesús, como se ha hecho en otras composiciones, como el Amor mitológico que tira las flechas que tiene en su aljaba.



3 (v. 53) acordarte: recordarte.



4 (v. 114) metido: así, en masculino, tiene el ms. de SM este participio, contra su costumbre.



5 (v. 138) Este verso tiene 8 sílabas en vez de 7 que debería tener. Suprimiendo "en mí" se consigue.






Anterior - Siguiente

Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText

IntraText® (V89) Copyright 1996-2007 EuloTech SRL