4. Explicación de la
interpretación común de la justificación
4.1 La impotencia y
el pecado humanos respecto a la justificación
19.
Juntos confesamos que en lo que atañe a su salvación, el ser humano depende enteramente
de la gracia redentora de Dios. La libertad de la cual dispone respecto a las
personas y las cosas de este mundo no es tal respecto a la salvación porque por
ser pecador depende del juicio de Dios y es incapaz de volverse hacia él en
busca de redención, de merecer su justificación ante Dios o de acceder a la
salvación por sus propios medios. La justificación es obra de la sola gracia de
Dios. Puesto que católicos y luteranos lo confesamos juntos, es válido decir
que:
20.Cuando
los católicos afirman que el ser humano "coopera", aceptando la
acción justificadora de Dios, consideran que esa aceptación personal es en sí
un fruto de la gracia y no una acción que dimana de la innata capacidad humana.
21.Según
la enseñanza luterana, el ser humano es incapaz de contribuir a su salvación
porque en cuanto pecador se opone activamente a Dios y a su acción redentora.
Los luteranos no niegan que una persona pueda rechazar la obra de la gracia,
pero aseveran que solo puede recibir la justificación pasivamente, lo
que excluye toda posibilidad de contribuir a la propia justificación sin negar
que el creyente participa plena y personalmente en su fe, que se realiza por la
Palabra de Dios.
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