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P. Jorge Loring, S. I. Para salvarte IntraText CT - Texto |
Iglesia (37,1 - 40,4)
37.- La Iglesia Católica ha sido fundada por Jesucristo para la salvación de toda la humanidad.
37,1. Cristo fundó su Iglesia para que continuara su misión salvadora en la
Tierra hasta el fin del mundo . La
hizo depositaria de toda su doctrina y de los demás medios de salvación que
quiso dar a los hombres .
La Iglesia Católica es la única fundada por Cristo-Dios . Todas las demás Iglesias y
religiones han sido fundadas por hombres.
La perpetuidad de la Iglesia Católica puede considerarse como un
auténtico milagro. Podría decirse que es un milagro que un pobre aldeano, como
era Jesucristo , sin más ayuda humana que doce pescadores ignorantes, y sin
armas de ninguna clase, transformara un imperio tan poderoso como el Imperio
Romano, derribara sus ídolos falsos, acabara con sus costumbres y con sus
vicios, y lo hiciera caer de rodillas adorando a un judío ajusticiado en un
patíbulo.
El Imperio Romano ha sido el imperio más poderoso que ha conocido la Historia.
El dominio universal de Roma duró 1.200 años. Pues bien, en el momento cumbre
de su poderío, no sólo no pudo evitar que se extendiera el cristianismo, sino
que a pesar de sus diez sangrientas persecuciones -que duraron, con altibajos,
249 años y en las que murieron más de 100.000 mártires 428 -, había el
cristianismo adquirido tanta fuerza que en el Edicto de Milán (febrero del
año), el paganismo dejó de ser la religión oficial del Imperio Romano y se
concedió la paz a la Iglesia. Más tarde, el Emperador Teodosio el Grande ,
español de nacimiento, en el 380 constituyó el cristianismo en religión oficial
del Imperio Romano. No es esto maravilloso y único»
Y esto predicando una doctrina completamente opuesta a las pasiones humanas. La
Iglesia Católica predica el perdón, el desprendimiento de los bienes materiales
y la pureza de costumbres .
No hay en el mundo nada más grande que la Iglesia Católica. A pesar de las
terribles persecuciones que ha padecido, en los casi dos mil años que lleva de
existencia, siempre ha triunfado. No ha habido religión más perseguida, ni
tampoco más victoriosa. Los grandes
imperios y los crueles perseguidores han pasado, pero ella sigue en pie. Es que
Cristo le prometió que duraría hasta el fin del mundo, y que los poderes del
infierno nunca podrían vencerla . La Iglesia podrá ser combatida, pero
jamás será vencida.
Muchos perseguidores de la Iglesia han afirmado que acabarían para siempre con
ella. Sin embargo, ellos fueron los que acabaron; no la Iglesia. Lo mismo
ocurrirá con todos los perseguidores del presente y del futuro.
Los emperadores romanos, Nerón,
Decio y Diocleciano, martirizaron a miles de cristianos.
Ellos tres están en la tumba, y el cristianismo sigue en pie dos mil años
después. También Hitler y Stalin quisieron acabar con el catolicismo. Ellos están en la tumba, y la Iglesia
Católica sigue en pie.
Lo mismo pasará con los que hoy combaten a la Iglesia en España. Todos
ellos irán a la tumba y la Iglesia quedará en pie, pues Cristo ha prometido que
ella durará hasta el fin de los tiempos, y contra Dios no puede nadie.
Es aterrador contemplar que la
mayoría de los hombres viven al margen de sus deberes religiosos.
Muchísimos lo niegan con descaro; otros muchos lo olvidan. Cuántos son los hombres que ponen a Dios
en su sitio» Cuántos son los que le aman sobre todas las cosas, como manda el
primer mandamiento» . La mayoría de los hombres no tienen para con Dios otra
cosa que frialdad, apatía e indiferencia. Incluso se llega a combatir a Dios, a
declararle abiertamente la guerra. Se
intenta destronarlo y arrancarlo de las inteligencias y de los corazones. Se
hace burla de Él y de sus leyes.
Se le insulta y se le blasfema .
El que odia a Dios le niega con los labios y le confiesa con el corazón; porque
lo que no existe no se puede odiar. Lenin decía que él odiaba a Dios como a un
enemigo personal429.
En Rusia, después de 70 años de comunismo ateo en el poder, persiste la fe
religiosa de millones de seres contra quienes se ha usado toda suerte de
métodos para arrancársela: muerte, prisión, Gulag, ucases, propaganda,
educación y coacciones sociales y políticas en carreras, empleos y promociones
. Solamente el 20% de la juventud se
reconoce atea430. La tercera parte de los ciudadanos de la URSS
practican, en cierta medida, el cristianismo .
Incluso Stalin , que ha sido uno de los más feroces perseguidores de la idea de
Dios en nuestro tiempo, no pudo evitar el que se hiciera cristiano el número
uno del Kremlin, Georggi Malenkov431. Y que su hija Svetlana se bautizara en 1962, a los 38 años de edad, y que
dijera: «Cuando me hice mayor me di cuenta de que es muy triste vivir sin Dios
en el corazón» 432. Desde 1993 es religiosa en Italia .
Eduardo Shevardnadze, antiguo Ministro de Asuntos Exteriores de la URRS y ateo,
como cualquier comunista, se ha convertido al cristianismo y se ha bautizado.
Ha colocado en su despacho un icono de la Santísima Virgen 433.
Según el diario soviético «Sovietsa Ya Kirghizia» la persistencia de los
sentimientos religiosos en la URSS comienza a ser un serio problema político.
La favorable acogida de la religión por parte de los comunistas y la juventud
del Komsomol suscita particular inquietud.
Ya en 1986 el Dr. Luka Brajnovic dijo: «A pesar de la propaganda ateísta
generalizada, existe un renacimiento religioso, especialmente entre los jóvenes
. El propio Director del Instituto del Ateísmo Científico de la Academia de
Ciencias de Moscú, Víctor Ivanovich Gorodash , reconoce que últimamente ha
aumentado notablemente el número de creyentes con título universitario y
académico. La gente joven cada vez se interesa más por las cuestiones
religiosas. Las iglesias en nuestro país están frecuentadas por muchos jóvenes
y personas cultas, signo evidente de que la fe religiosa, a los 70 años de la
revolución de octubre, y contrariamente a todas las previsiones, no se ha
apagado» 434.
Tatiana Gorisschewa, Catedrática de Filosofía en la Universidad de Leningrado,
y militante del Partido Comunista ruso, se convirtió al catolicismo al conocer
que Dios es Padre Perdonador.
Recientemente, en los años
1990-1991, hemos visto derrumbarse el comunismo en todas las naciones del Este
Europeo, y resurgir la religión después de 70 años de persecución religiosa
sangrienta en la Unión Soviética. Durante la revolución bolchevique fueron
asesinados 200.000 religiosos435.
En la Rusia soviética se cerraron catorce mil templos .
En Moscú, sólo en un año, (1935), se imprimieron once millones de libros ateos
Pero el comunismo no ha podido con la fe. Contra Dios, no puede nadie.
37,2. No hay que confundir lo que llamamos la iglesia del pueblo (que es el
templo, es decir, el lugar donde se reúnen los católicos para sus actos
religiosos), con la Iglesia Católica (que es el Pueblo de Dios formado por el
conjunto de todos los católicos del mundo entero bajo la autoridad del Romano
Pontífice).
Los católicos formamos una gran
familia porque, por la fe y el bautismo, hemos sido hechos hijos de Dios y
hermanos de Jesucristo .
37,3. Jesucristo fundó una sola Iglesia: «Habrá un solo rebaño y un solo
Pastor»436 Esta Iglesia es la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Todas las demás Iglesias y
religiones están equivocadas. Unas, porque no reconocen al verdadero
Dios -como el Budismo - ; otras, porque se separaron de la Iglesia verdadera
-como el Protestantismo -.
Debemos rezar por los no católicos,
para que se conviertan, y ellos y nosotros nos unamos en la única y verdadera
Iglesia de Cristo que es la Católica.
En el decreto del Concilio Vaticano II sobre el ecumenismo , en el que
se dan normas a los católicos para que traten con comprensión y cordialidad a
los hermanos separados, se dice que el deseo de unión no debe llevarnos a
callar o disimular las discrepancias: «Es totalmente necesario que se exponga
con claridad toda la doctrina. Nada es tan ajeno al ecumenismo como el falso
irenismo que pretendiera desvirtuar la pureza de la doctrina católica, y
oscurecer su genuino y verdadero sentido» 437.
Por eso vamos a ver aquí las razones por las cuales creemos que la Iglesia
Católica es la que Cristo fundó, mientras que las Iglesias Protestantes no
reúnen las condiciones necesarias para ello. No con ánimo de ofender a los que
son protestantes, sino con el deseo de exponer a todos la verdad.
Según el Primer Concilio de Constantinopla, celebrado el año 381, la Iglesia,
tal como la fundó Jesucristo, tiene cuatro notas características, es decir,
cuatro señales distintivas, que son cuatro propiedades esenciales que, todas
juntas, son exclusivas y manifestativas de la verdadera Iglesia de Jesucristo .
Estas señales distintivas, estos
atributos, son: unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad .
37,4. Es decir, según la mente de Cristo , su Iglesia debe ser: UNA :
Jesucristo no fundó más Iglesia, que la que fundó sobre San Pedro : «Tú eres
Pedro y sobre esta piedra (San Pedro) edificaré mi Iglesia» 438.
Jesucristo habla en singular, es decir, de una sola Iglesia.
En la lengua aramea, que Jesús hablaba, Pedro y piedra se dicen con la misma
palabra: «Kefá».
Jesús hace un juego de palabras para expresar que Pedro es la piedra
fundamental de su única Iglesia.
La autenticidad de estas palabras ha sido negada de diversas maneras por
críticos protestantes. Pero recientemente el célebre teólogo protestante Oscar
Cullmann , la ha confirmado de la manera más convincente 439.
Cristo cambió a Pedro su nombre de Simón por el de Pedro , piedra, roca (kefá)
porque lo iba a hacer fundamento de su Iglesia. Cuando en la Biblia Dios cambia
el nombre de alguien es porque esta mutación es efectiva de lo que el nombre
significa440.
Jesucristo quiere ser el único Pastor del único rebaño que es su Iglesia . Este
rebaño se lo entregó a San Pedro antes de partir de este mundo . Y ya nos
advirtió Él que todo reino desunido no subsistirá, se arruinará ; es decir, que
si la Iglesia debe permanecer hasta el final de los siglos, debe permanecer
una.
SANTA : Santificar -o dar la vida de gracia - fue el primer objetivo de la
venida de Cristo , y por lo tanto santificar es el primer objetivo de la
Iglesia , que lo hace por medio de los sacramentos.
Dice San Pablo que «Cristo amó a su Iglesia y se sacrificó por ella para
santificarla..., para hacerla santa»441. «Cristo nos eligió para que seamos
santos»442. «Ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación»
443. El mismo Jesucristo dijo que Él había venido «para que el mundo se
salve» 444. «He venido, dice el Señor, no para juzgar al mundo,
sino para salvarlo» 445. Al enviar a sus Apóstoles por el mundo les
dijo: «Id y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándosela guardar todas las cosas que Yo
os he mandado»446 . «Predicad a todas las criaturas: el que creyere y
se bautizare, se salvará; pero el que no creyere, será condenado»447.
La Iglesia fundada para llevar los hombres a la gloria debe ser santa, porque
el camino de la salvación es la santificación.
CATÓLICA significa universal : Jesucristo fundó su Iglesia para todos los
hombres y para todos los tiempos: «Predicad a todas las gentes» 448,
«por todo el mundo» 449, «Yo estaré con vosotros hasta el fin de los
tiempos»450.
Esto evidentemente supone que los Apóstoles tendrían sucesores, pues ellos, en
su corta vida, ni podían predicar por todo el mundo y a todas las criaturas, ni
iban a vivir hasta el fin del mundo.
APOSTÓLICA : La Iglesia verdadera tiene que entroncar con los Apóstoles, en
quienes Cristo fundó su Iglesia . A ellos dio su potestad: «Yo os envío a
vosotros»451, «quien a vosotros oye a Mí me oye»452.
37,5. Evidentemente Jesucristo fundó su Iglesia para que permaneciera hasta
el fin de los tiempos:
«Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos» 453.
Esto quiere decir que la Iglesia fundada por Cristo es indefectible.
Durará hasta el último día, y permanecerá tal como fue constituida por Cristo .
Si ella llegara a desaparecer, o si se transformara en otra distinta, la
asistencia de Cristo habría faltado, o Cristo habría sido impotente.
Pues, bien, la Iglesia Católica es la única que tiene las cuatro señales
distintivas que Cristo puso en su Iglesia.
37,6. La Iglesia Católica es UNA en su doctrina, en su gobierno y en sus
sacramentos .
Unidad de fe : nuestro Credo es el mismo desde hace dos mil años.
Unidad de doctrina , creída
unánimemente por los mil millones de católicos, de todas las razas, culturas,
lenguas y regiones del mundo entero.
Unidad de gobierno, con una Cabeza Universal: el Romano Pontífice.
Unidad de sacramentos, que son
exactamente los mismos para los católicos de todo el mundo.
Unidad de doctrina de todos los Obispos unidos al Papa. Esta unidad no
se rompe aunque algunos la abandonen. La unidad está en los unidos a la Cátedra
de Pedro. La unidad en lo esencial no impide la variedad en lo accidental.
«Los hermanos separados, sin embargo, ya particularmente, ya sus comunidades y
sus Iglesias, no gozan de aquella unidad que Cristo quiso dar a los que
regeneró y convivificó en un cuerpo y en una vida nueva» 454. «Estas
Iglesias y comunidades eclesiales, por la diversidad de su origen, de su doctrina
y de su vida espiritual, discrepan bastante, y no solamente de nosotros, sino
también entre sí»455.
La libre interpretación de la Biblia de los protestantes, lleva naturalmente a
multitud de errores, herejías y a la desunión. La interpretación individual de
la Biblia lleva a un subjetivismo arbitrario que hace prácticamente imposible
la unidad de doctrina. Entre ellos reina un tremendo desbarajuste doctrinal
sobre lo que hay que creer o no creer.
En cambio, el Magisterio de la Iglesia, lleva a la unión. Esta unión de
doctrina se lleva a cabo mediante la autoridad infalible del Papa y de los
Concilios. Todos los Concilios son doctrina de la Iglesia; pero el Concilio
Vaticano II es especialmente el Concilio de la Iglesia, porque hizo de la
Iglesia el objeto central de sus deliberaciones. Por lo mismo el Concilio
Vaticano I fue el Concilio del Papa, Trento el de la Contrarreforma, Éfeso el
de la Virgen y Calcedonia el de Cristo.
Las denominaciones protestantes son
más de cuatrocientas456, independientes unas de otras. Los Testigos de
Jehová se separaron de los Adventistas, y éstos de los Bautistas, y éstos de
los Anglicanos.
Las Iglesias Protestantes de hoy vienen de Lutero, Enrique VIII y Calvino . Hay
muchísimas divisiones en la determinación de cuáles son los puntos
fundamentales que hay que creer. No se ponen de acuerdo ni en el número de los
sacramentos, ni en la eternidad del infierno , ni siquiera en la divinidad de
Jesucristo .
Recientemente se ha despertado en el protestantismo un movimiento de
unión, pues comprenden que Cristo estableció la unidad de su Iglesia. Este
movimiento suscitado en el protestantismo hay que agradecerlo a Dios, porque
puede ser el camino eficaz para llegar a la unidad que Cristo pidió al Padre
para su Iglesia . El Concilio ha reconocido que es un movimiento inspirado por
el Espíritu Santo Debemos orar mucho para que pronto sea una realidad el deseo
de Jesús : que todos los que creemos en Él formemos «un solo rebaño con un solo
pastor»457.
37,7. La Iglesia Católica es
SANTA en su doctrina, en su moral, en sus medios de santificación -los
sacramentos - y en sus frutos. No quiere esto decir que todos los
católicos sean santos. Esto es imposible, dada la libertad humana . La Iglesia
condena la mala conducta de toda persona.
Precisamente los malos, lo son por no cumplir lo que manda la Santa Iglesia
Católica. No se puede atribuir a la Iglesia los pecados de los malos católicos.
No es la fruta podrida caída de un árbol sino la madura que cuelga de sus ramas
lo que manifiesta la bondad de ese árbol.
En la historia de la Iglesia se
entrecruzan luces y sombras. La Iglesia ha reconocido siempre que ella,
a pesar de ser una comunidad santa, acoge en su seno a hombres pecadores. Todos
los miembros de la Iglesia están sometidos a la tentación, a la infidelidad y
al pecado.
La finalidad de la Iglesia es hacer santos , por eso los que han vivido la
plenitud del catolicismo han sido unos santos, unos héroes, unos bienhechores
de la humanidad. Basta citar nombres como San Vicente de Paúl, San Raimundo de
Peñafort, San Pedro Nolasco, San Pedro Claver, San Juan de Dios, San Juan Bosco
..., y tantos otros miles de santos que la Iglesia venera en los altares.
La Iglesia Católica es la institución del mundo que, a lo largo de la historia,
ha hecho más obras de caridad (asilos de ancianos y huérfanos, atención a
enfermos y leprosos,etc.), y ha tenido más personas que han consagrado su vida
totalmente a Dios (sacerdotes y religiosas), y ha ofrecido más sangre por amor
a Cristo (centenares de miles de mártires).
No negamos que pueda haber protestantes virtuosos de buena fe, porque los hay ;
pero el principio protestante de que las buenas obras no son necesarias para
salvarse, lleva, naturalmente, al indiferentismo y frialdad religiosa.
37,8. La Iglesia Católica es UNIVERSAL , no tiene fronteras, está abierta a
todos los hombres. Su mensaje de
salvación se dirige a todas las gentes. La Iglesia Católica se ha
extendido por todas las regiones de la Tierra. El catolicismo es practicado por gente de todas las razas y de todas las
nacionalidades. En el Concilio Vaticano II se reunieron más de dos mil
quinientos Obispos de cien nacionalidades distintas .
Para pertenecer a la Iglesia Católica no es necesario ser de un
determinado pueblo, civilización, raza o clase social. En la Iglesia Católica no hay razas, ni color , ni
naciones, ni partidos, ni clases sociales. La Religión Católica es la más
universal. Está a la cabeza de todas las religiones del mundo.
Según la última estadística de la Iglesia Católica (I.C.I.A., Roma),
ésta es la pertenencia a las religiones más numerosas:
Católicos: |
1.808 |
millones |
|
|
|
Musulmanes: |
920 |
" |
|
|
|
Hindúes: |
705 |
" |
|
|
|
Protestantes: |
669 |
" |
|
|
|
Budistas: |
323 |
" |
|
|
|
Confucianos: |
321 |
" |
|
|
|
Ortodoxos: |
160 |
" |
|
|
|
Judíos: |
18 |
" |
De los 5.251 millones de habitantes de la Tierra, el 18% son católicos. En
Europa asciende al 40%, y en América del Sur al 89% .
La Iglesia Católica no está todavía suficientemente implantada en todos los
pueblos de la Tierra. La voluntad de Cristo es, sin embargo, que se establezca
en ellos para que todos los hombres y mujeres de todos los pueblos tengan
acceso a la salvación. Por eso la Iglesia tendrá que ser siempre
misionera, y todos los cristianos están obligados a colaborar en esta acción
misionera evangelizadora de la Iglesia .
Las Iglesias protestantes son de escasas proporciones comparadas con la Iglesia
Católica. Una Iglesia pequeña no puede ser la verdadera Iglesia de Cristo .
37,9. La Iglesia Católica es APOSTOLICA , tiene sus raíces en los Apóstoles; el
Papa -nuestro Jefe - entronca en perfecta y jamás interrumpida concatenación
con San Pedro -Jefe de los Apóstoles -. Los Papas han sido legítimamente
elegidos por la Iglesia con la garantía de su fidelidad a la fe recibida de los
Apóstoles . El Papa es el legítimo sucesor de San Pedro . El Cardenal John
Newman (Ý 1890), que era protestante, se convirtió al catolicismo al estudiar a
fondo este punto.
En cambio, el protestantismo nació con Lutero 1500 años después de Cristo . Martín Lutero nació en Eisleben, pequeña
ciudad de Turingia, el 10 de noviembre de 1483. Murió el 18 de febrero de 1546
en su ciudad natal.
Herejías ha habido siempre. Pero han sido independientes unas de otras.
Aunque algunas hayan coincidido en algunos de sus errores, no por eso han
dejado de ser independientes entre sí. Basta estudiar su historia para ver que
no han tenido unidad en su doctrina, ni continuidad en su gobierno, ni han
formado una sola comunidad en el tiempo. En lo único en que coinciden todas es
en haberse separado de la verdadera doctrina de Cristo, y de la autoridad del
legítimo sucesor de San Pedro.
En la historia de la Iglesia Católica hay célebres predicadores de los siglos I
y II, como Clemente Romano (año 96), Ignacio de Antioquía (año 107), Policarpo
de Esmirna ( año 110), Ireneo de Lyon (año 185), etc. . Ninguna Iglesia
protestante puede presentar documentación de su presencia en aquellos primeros
siglos del cristianismo. Voy a poner
aquí el nombre, el lugar de origen, el fundador y la fecha de las principales
Iglesias Protestantes:
NOMBRE |
ORIGEN |
FUNDADOR |
AÑO |
|
Luteranos |
Alemania |
Martín Lutero |
1517 |
|
Anglicanos |
Inglaterra |
Enrique VIII |
1534 |
|
Presbiterianos |
Escocia |
Juan Knox |
1560 |
|
Bautistas |
Inglaterra |
Juan Smith |
1611 |
|
Episcopalianos |
EE.UU. |
S. Seabury |
1700 |
|
Metodistas |
Oxford |
J. Wesley |
1729 |
|
Mormones |
EE.UU. |
José Smith |
1829 |
|
Adventistas |
EE.UU. |
William Miller |
1831 |
|
Teosofismo |
EE.UU. |
Slavatski-Steel |
1875 |
|
Testigos de Jehová |
EE.UU. |
Carlos Russell |
1890 |
|
El Cisma de Oriente se consumó en 1054 por obra de Focio que murió el año 897, y de Cerulario que murió en 1058. Quisieron establecer en Constantinopla el Primado de la Iglesia al trasladar allí su corte Constantino.
37,10. Si la Iglesia Católico-Romana es la única que tiene estas señales
distintivas de unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad , ella será la
única realmente fundada por Cristo . Ahora bien, Cristo fundó su Iglesia sobre
Pedro , como piedra fundamental. Si Pedro es el fundamento, él debe vivir en
sus sucesores. El fundamento no puede desaparecer sin que se derrumbe el
edificio que soportaba. El tiempo que dure la Iglesia será igual al tiempo que
ella permanezca sobre su fundamento . Por eso dijo San Ambrosio : Donde esté
Pedro , ahí está la Iglesia de Cristo . Lo que Cristo instituyó en el Apóstol
Pedro , es menester que dure perpetuamente en la Iglesia .
Ese fundamento es la autoridad . Una sociedad sin autoridad se desintegra. La
autoridad es un elemento esencial en toda sociedad; la cual, sin ella, se
desmorona y acaba por desaparecer en la anarquía .
Todo grupo, para subsistir, necesita organizarse. Y toda organización necesita
una autoridad al servicio del bien común . La autoridad da unidad, cohesión y
eficacia a todo grupo humano Toda sociedad se compone de un conjunto de seres
racionales y libres que de una manera estable, y bajo la dirección de una
autoridad, se propone la realización de un fin. En toda sociedad es necesaria
la autoridad que la dirija para poder conseguir el fin para el cual fue
constituida. Puesto que Dios ha creado a los hombres sociables por naturaleza,
y como ninguna sociedad puede subsistir sin autoridad que la dirija al bien
común, esta autoridad emana de la naturaleza, y por la tanto viene de Dios .
A Pedro, Jesús le hace fundamento dándole una autoridad suprema, universal y
plena: «Lo que ates en la Tierra quedará atado en el cielo» 458. El
poder de atar y desatar es una metáfora que significa poder de mandar, permitir
o prohibir. Es el poder de legislar .
Dijo también Jesucristo: «Yo te daré
las llaves del Reino de los cielos» 459 La entrega de llaves es signo
de transmisión de poder y autoridad .
Por eso en el cuadro de la rendición de Breda de Velázquez , el Príncipe
holandés Justino de Nassau, entrega las llaves de la ciudad al general español
Marqués de Spínola. Igualmente en el cuadro de la Rendición de Granada de
Pradilla, el rey moro Boabdil está también entregando las llaves de Granada a
los Reyes Católicos. El símbolo de la rendición es la entrega de las llaves: es
transmisión de autoridad.
Cristo ha hecho a la Iglesia jerárquica, no democrática.
Mientras en la sociedad civil todo
es opinable y discutible, en la Iglesia, en las verdades fundamentales, no es
posible la libre opinión, puesto que hay que sujetarse a la doctrina revelada.
Hoy algunos quieren acomodar la doctrina católica a los signos de los tiempos .
Pero los signos de los tiempos no son Fuente de Revelación, sino consecuencia
de las opiniones de los hombres; por eso debe ser al contrario: hay que
examinar los signos de los tiempos a la luz de la Revelación para ver si son
aceptables o no. No se puede sustituir el mensaje divino por palabras humanas,
por muy sabias que éstas sean.
Pretenderlo ha dado origen a muchas herejías .
La Iglesia de Cristo ha de durar hasta el fin de los siglos tal como Él
la instituyó , por lo tanto también el Pontificado -que es su fundamento - durará
hasta entonces. Luego allí se encuentra la verdadera Iglesia de Cristo , donde
se encuentre este Sumo Pontificado. Este Pontificado sólo se encuentra en los
Papas de la Iglesia Católica. Durante casi dos mil años, hasta el Papa actual,
tenemos los católicos una serie de más de doscientos sesenta Papas legítimos
sucesores de San Pedro. Juan Pablo II hace el 265. La lista de los 265 Papas y
sus respectivos años de pontificado los tienes en el apéndice segundo del libro
«La doctrina de Jesucristo» publicado en Estados Unidos, y cuya traducción
española acaba de salir460. En algún momento conflictivo hubo antipapas
, pero enseguida se recuperó la línea legítima. Qué sociedad hay en el mundo
que tenga esta antigüedad, esta tradición, esta unidad» El Primado de Pedro es
dogma de fe. Está definido en el Concilio Vaticano I. Cristo instituyó en Pedro
un principio perpetuo de unidad y fundamento visible de la Iglesia . Los
protestantes no tienen papado luego no están en la Iglesia fundada por
Jesucristo .Están engañados:
unos sabiéndolo y otros sin saberlo; pero equivocados. Cristo está donde está
Pedro; y hoy Pedro está en el Papa de Roma. Enseñar otra cosa es error o mala
voluntad.
El Sínodo General de la Iglesia Anglicana, reunido en Londres del 13 al 15 de
febrero de 1985, ha aprobado por mayoría absoluta (238 votos a favor, 38 en
contra y 25 abstenciones) el informe final sobre la unidad con los católicos en
el que se reconoce al Papa como cabeza suprema de las dos Iglesias 461.
Y Robert Runcie , Arzobispo anglicano de Canterbury, con ocasión de su visita
al Papa Juan Pablo II , en septiembre de 1989, dijo: Empezamos a reconocer en
el Papa al Primado de Pedro . En la Alta Iglesia Anglicana se cree que la
Santísima Virgen es Madre de Dios, tienen imágenes de Ella en sus iglesias, y
se le canta la misma Salve que los católicos.
Precisamente la razón por la cual la Basílica Vaticana en Roma se construyó
ahí, fue porque debajo está la tumba de San Pedro . Son interesantísimos los
estudios realizados para la identificación científica de la tumba y de los
restos de San Pedro462. Los
arqueólogos han encontrado la tumba y los huesos de San Pedro . Sobre
este tema yo he hecho un vídeo. Para hacerlo he estado un mes en Roma hablando
con los arqueólogos y recogiendo documentación: ahí está la piedra fundamental
sobre la que Cristo fundó su única Iglesia. El que está encima es su legítimo
sucesor. El que quiera estar en la Iglesia que Cristo fundó en Pedro , tiene
que estar en la Iglesia Católica, dirigida por Juan Pablo II , el 265 legítimo
sucesor de San Pedro .
37,11. Hoy vivimos tiempos de ecumenismo en los que todos ansiamos la unión
de todos los cristianos en una sola Iglesia. Pero la unión con los protestantes,
decía Juan XXIII , no puede venir del sacrificio de parte de la verdad, sino de
un profundizar más en el conocimiento de la verdad. No podemos sacrificar un
dogma de nuestro patrimonio doctrinal para buscar una unión engañosa.
La declaración sobre la libertad religiosa del Concilio Vaticano II advierte
que no es lo mismo practicar una religión que otra. No todas son igualmente buenas, pues son
contradictorias entre sí.
«Todos los hombres están obligados a buscar la verdad, sobre todo, en lo que se
refiere a Dios y a su Iglesia, y, una vez conocida, abrazarla y practicarla»
463. Dice el Concilio Vaticano I: «Nadie tiene causa justa para
dejar la Iglesia Católica» 464.
«Aunque fuera de la Iglesia Católica pueda encontrarse parte de virtud y parte
de verdad»465, la «única y verdadera religión está en la Iglesia
Católica» 466. Aunque añade que todos los que han recibido el Bautismo
y tienen fe en Cristo , de alguna manera también pertenecen a la Iglesia de
Cristo en un sentido amplio. Pero en sentido estricto «la Iglesia de Cristo
subsiste hoy en la Iglesia Católica» 467.
Ésta es la razón por la cual la Sagrada Congregación del Clero en su Directorio
dice: «Propóngase los argumentos en favor de la doctrina católica con caridad a
la vez que con la debida firmeza»468 .
Dice el Concilio que la libertad religiosa consiste en inmunidad de coacción
469 es decir, que a nadie se le puede imponer por la fuerza la práctica
de una religión, ni tampoco impedírsela . El hombre tiene derecho a practicar lo que él cree que es verdad. Pero el
ejercicio público de la religión, debe subordinarse al «justo orden público»
470, que consiste en la recta ordenación del bien común, en «la
salvaguarda efectiva de los derechos de todos los ciudadanos..., el interés
proporcionado por la auténtica paz pública..., y una adecuada tutela de la
moralidad pública» 471. «En la divulgación de la fe religiosa y en la
introducción de costumbres hay que abstenerse siempre de cualquier clase de
actos que puedan tener sabor a coacción o a persuasión inhonesta o menos recta,
sobre todo cuando se trata de personas rudas o necesitadas. Tal
comportamiento debe considerase como abuso del derecho propio y lesión del
derecho ajeno» 472.
El Episcopado Español, mientras «pide a sus colaboradores apostólicos, que
jamás incidan en este defecto, les ruega que con la mayor caridad posible
procuren que los fieles de fe sencilla no sean jamás víctimas de dicho
procedimiento, si alguna vez hubiere lugar a ello» 473.
Recientemente España se ha visto invadida por multitud de sectas muy
proselitistas que con señuelos más o menos atractivos para los jóvenes han
desorientado a un número muy considerable. Ver 75, 6.
El Episcopado de Francia ha hecho esta advertencia a los católicos:
Todos los católicos deben oponer un dique a esta marea invasora. Por eso el
comprar, leer o conservar sus publicaciones constituye una grave imprudencia.
Frecuentar sus reuniones y participar en su culto es todavía más peligroso. Y
el adherirse pública y plenamente a ellos constituye un pecado grave contra la
fe .
Puede ser interesante mi vídeo «Las sectas desenmascaradas» .
37,12. La plenitud de los medios salvíficos se encuentra en la Iglesia
Católica, pero algunos actos de los hermanos separados, pueden también producir
la gracia . En los hermanos
separados se puede encontrar también virtud y parte de verdad 474. Los
católicos deben reconocer con gozo «los tesoros verdaderamente cristianos que,
procedentes del patrimonio común, se encuentran en nuestros hermanos separados»
475.
El cristiano, lejos de juzgar o de condenar a los que están fuera de la
Iglesia, deberá ofrecerles su ayuda y su amor. Si él es feliz por encontrar la
salvación dentro de la Iglesia, también está seguro que la bondad de Dios
salva, por Cristo , a todas las almas generosas y de buena fe que, sin
pertenecer visiblemente a la Iglesia, siguen lealmente los dictados de su
conciencia . Aquellos que con seriedad intentan en su corazón hacer todo lo que
Dios exige de ellos no están excluidos de la esperanza de la vida eterna .
Dice el Concilio Vaticano II: «El propósito divino de salvación abarca a todos
los hombres: y aquellos que, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su
Iglesia, buscan, sin embargo, a Dios con corazón sincero, y se esfuerzan, bajo
el influjo de la gracia, por cumplir con obras su voluntad, conocida por el
dictamen de la conciencia, ellos también en un número que sólo Dios conoce,
pueden conseguir la salvación eterna. La Divina Providencia no niega los
auxilios necesarios para la salvación a los que, sin culpa por su parte, no
llegaron todavía a un claro conocimiento de Dios y, sin embargo, se esfuerzan,
ayudados por la gracia divina, en conseguir una vida recta» 476. Es
decir, que los no creyentes de buena fe, que siempre cumplieron con su
conciencia, pueden salvarse.
Dice Martins Veiga: «Constituye una gran alegría pensar que hay mucha gente de
buena voluntad que se salva sin pertenecer a la Iglesia. Sin embargo, no deja
de ser un hecho doloroso el que haya tantos hombres que no conozcan ni vivan el
misterio de la Iglesia en su integridad, porque sin ella nunca podrán alcanzar
su plena y total realización en Dios»477.
La conocida frase fuera de la Iglesia no hay salvación se remonta a Orígenes y
ha sido muy repetida. Incluso se ve incorporada en el Concilio IV de Letrán.
Pero hay que entenderla en su contexto. Va dirigida a los que conociéndola la
rechazan478. No a los que inculpablemente no la conocen.
«Pero quienes sabiendo que la Iglesia Católica fue instituida por Jesucristo
como necesaria, desdeñaran entrar o no quisieran permanecer en ella, no podrían
salvarse»479.
Con todo, para la salvación eterna, no basta estar en la Iglesia, hay que estar
en gracia. «La Iglesia es medio de salvación, no causa» 480.
37,13. Los milagros de hoy día son una prueba a favor de la Iglesia
Católica.
El Concilio Vaticano I481 afirma tres cosas de los milagros:
a) que son posibles, b) que pueden ser conocidos con certeza, c) que con ellos
se prueba legítimamente el origen divino de la Religión Cristiana.
Desde 1882 funciona en Lourdes una
Oficina de Comprobaciones Médicas.
Hasta 1955 habían desfilado por esta Oficina 32.663 médicos. Esta
Oficina acepta la inscripción de todo médico que lo solicite, cualesquiera que
sean sus creencias religiosas, nacionalidad, etc. De hecho los ha habido
católicos, protestantes, judíos, hindúes, y hasta ateos racionalistas. En miles de casos han declarado que la
curación fue inexplicable desde el punto de vista médico. El enfermo fue
examinado por los médicos antes y después de la curación. La existencia de la
enfermedad tiene que constar antes de la curación con pruebas clínicas: radiografías,
biopsias, encefalogramas, análisis bacteriales, etc., según lo demande la
naturaleza de la enfermedad.
Quedan excluidas de antemano todas las enfermedades que sean puramente
nerviosas. Tiene que tratarse de enfermedades orgánicas, no puramente funcionales.
La curación debe ser científicamente inexplicable, por no haberse
aplicado tratamiento adecuado, instantánea y duradera. Se somete al enfermo a
observación durante un año.
Sólo entonces la Oficina de
Comprobación afirma que la curación es inexplicable, científicamente hablando.
Hasta 1954 habían pasado por Lourdes más de un millón de enfermos. En los
archivos de la Oficina Médica de Lourdes hay 3.184 expedientes de curaciones
inexplicables por la Medicina. De éstos la comisión eclesiástica en 19 años de
trabajo sólo ha aceptado cincuenta y cuatro casos como auténticos milagros .
No es que los demás no sean milagros. Es que la Iglesia es rigurosísima
antes de declarar un hecho como milagroso, y un hecho milagroso auténtico puede
no ser reconocido como tal por la Iglesia por falta de algún requisito. Dios no
hace milagros para que sean comprobados científicamente, sino como respuesta a
la oración de las personas que se lo piden con fe, aunque falten requisitos
para una comprobación científica. El rigor de la Iglesia en aceptar hechos
milagrosos nos debe dar confianza en los casos que la Iglesia acepta como
milagros.
Es famoso el caso de la enferma Marie Bayllie Ferrant , que fue examinada por
Alexis Carrel , Premio Nobel de Medicina. Él mismo cuenta el caso en su libro
Viaje a Lourdes. Acompañaba por curiosidad una peregrinación de enfermos a
Lourdes. Era escéptico. Entre los enfermos escogió a Marie Bayllie por
parecerle que era el caso más desesperado. Llegó a decir: Si esta enferma se
cura, sería un milagro verdadero. Entonces yo creería . La enferma tenía peritonitis tuberculosa en
último grado. Él mismo la había desahuciado como un caso perdido. Sin embargo en Lourdes, ante los ojos
atónitos de Alexis Carrel , aquel abdomen voluminoso descendió instantáneamente
a su volumen normal. Él examinó a la enferma y la encontró curada. Cumplió
su palabra. Se convirtió al catolicismo, y murió católico482
El doctor Leuret , Jefe de la Oficina Médica de Lourdes ha publicado un libro,
traducido al español por la Editorial FAX titulado Curaciones milagrosas
modernas, donde se narran varios casos con los nombres de los enfermos,
reproducciones de las radiografías, etc., y las firmas de los médicos que
certifican las curaciones inexplicables desde el punto de vista científico.
Voy a dar cuenta aquí de dos hechos
milagrosos de los cuales tengo en mi poder acta notarial.
Miguel Juan Pellicer , de 23 años, labriego de profesión, regresando del
campo, se cae del carro, una rueda le pasa sobre una pierna y se la tienen que
cortar. Le ponen una pata de palo , y así está dos años y medio pidiendo
limosna en la puerta de la Basílica del Pilar de Zaragoza. Todo Zaragoza le
conoce como el Cojo de Calanda. Calanda era su pueblo. Él le pedía a la Virgen
del Pilar que no quería ser mendigo toda su vida, y una mañana amanece con las
dos piernas. Todo Zaragoza que le había visto durante dos años y medio con la
pierna cortada y la pata de palo , lo ve ahora con las dos piernas. De esto hay
acta notarial, firmada por veinticinco testigos. El original está en el
despacho del Alcalde de Zaragoza. Cuando yo estuve en Zaragoza dando
conferencias en la Parroquia de Santa Engracia, un día me fui al Ayuntamiento a
ver este acta notarial, y el secretario del Alcalde, amablemente, me regaló una
edición facsímil que tengo en mi poder.
Otro caso es de Manuela Cortés Colmillo , a quien yo conocí personalmente.
Vivía en un cortijo cerca de El Puerto de Santa María, en Cádiz. No tenían luz
eléctrica. Se alumbraban con
candiles de carburo. Un día le reventó en las manos un candil y le quemó los
ojos.
Estuvo seis meses con los ojos como los de una pescadilla frita en frase de la
familia. La trataba el Dr. D. José Pérez-Llorca . A los seis meses, ante una
pregunta de la hija que acompañaba a la enferma, el doctor certifica que la
ceguera era irreversible. Al volver a casa, ella desconsolada, le pide a
la Virgen de Fátima: Madre mía Santísima, tú que eres tan milagrosa, por mis
nueve hijos, que yo vea. En ese instante recuperó la vista. En un taxi se fueron
a ver al médico.
Éste, que a las doce del mediodía había diagnosticado ceguera irreversible, y a
las tres de la tarde se le presenta la mujer con los ojos como nosotros,
repetía: Esto no tiene explicación .
De este hecho tengo un acta notarial donde firman treinta y dos testigos:
hijos, nueras, yernos, vecinos y, sobre todo, el médico que la trató, D. José
Pérez-Llorca , Miembro de la Real Academia de Medicina, Presidente de la
Sociedad Oftalmológica Española, General Inspector del Cuerpo de Sanidad de la
Armada. Este doctor, treinta años catedrático de oftalmología y uno de los más
prestigiosos de España en Oftalmología Clínica, firmó ante notario: Me quedé
sorprendido de aquella repentina e inexplicable curación de aquella ceguera que
yo acababa de diagnosticar irreversible .
También tengo copia del Acta notarial de D. Leonardo Herrero Miranda Notario de
Picasent (Valencia) en que se narra la curación de la Hermana Remedios Pagant
Coloma , a quien conocí personalmente. Al final, la firma del Notario va acompañada
de la firma de veinte testigos.
En el texto de este Acta se dice que a los 30 años tuvo un tumor en el hígado
con ictericia negra del cual sólo se salvan el 1% de los que la padecen. Sufrió
cinco operaciones. La última fue para abrir y cerrar, pues el hígado estaba
deshecho. No querían llevarla a Lourdes porque temían se muriera en el camino.
El Arzobispo de Valencia D. Marcelino Olaechea dijo: Estos son los enfermos que
hay que llevar a Lourdes.
Por fin se decidieron a llevarla. En el camino entró en coma, asegurando que
desde Sagunto a Lourdes no se enteró absolutamente de nada. En el viaje iba con
gotero y dos enfermeras continuamente a su lado para hacerse cargo del cadáver,
porque esperaban la muerte de un momento a otro. Llevaban todos los papeles arreglados para
poder trasladar el cadáver.
Al llegar a Lourdes le quitaron el gotero para poder meterla en la
piscina. Nada más tocar con los pies el agua, vio como una luz y sintió como si
le quitaran diez arrobas de peso de encima, y como pasar de un morir a un
resucitar . Son palabras textuales
de ella.
Inmediatamente se le quitaron los dolores que tenía desde hacía seis años.
Dolores tan fuertes que a veces perdía el conocimiento y tenían que
administrarle morfina y Pantopón. Llegando a tener a veces hasta 42
grados de fiebre.
La metieron en la piscina entre dos
personas y salió sola por sus propias fuerzas. Se le quitó de repente la fiebre
que en aquellos momentos era de 40 grados. Al salir tenía 36'5 de
temperatura.
Inmediatamente pidió comer pollo, que hacía años que no lo probaba. Desde aquel
momento se encontró perfectamente hasta hoy, que a los 23 años de la curación,
se encuentra ágil y sana. Trabaja de cocinera en un colegio. Del hígado jamás
volvió a tener nada. Le han hecho 25 placas y no hay señal alguna de tumor.
La trataron durante seis años los catedráticos del Aparato Digestivo de
Valencia, Dres. D. Francisco Gómez y D. Fernando Carbonell .
El historial de este caso está en la
Oficina Médica de Lourdes .
Los milagros confirman nuestra fe en Cristo , en la Virgen y en la Iglesia
Católica.
38.- Jesucristo fundó la Iglesia Católica para comunicarnos por ella las ayudas necesarias para ser mejores y salvaros eternamente. Para ello la hizo depositaria de su doctrina y de todos los medios de salvación.
38,1. Dice la Carta a los Hebreos: Dios ha hablado a los hombres .
Dios quiso que lo que había revelado para la salvación de todos los pueblos se
conservara para siempre íntegro, y fuera trasmitido a todos los tiempos .
La misión de la Iglesia es señalar
el camino de la salvación eterna de los hombres por medio de la doctrina de
Cristo y los sacramentos por Él instituidos.
Jesucristo estuvo en la Tierra pocos años. Para que su obra redentora
pudiese continuar a través del tiempo, dejó una institución que cuidara de su
doctrina, y ayudara a los hombres a conseguir la salvación eterna . Como San
Pedro y los Apóstoles iban a vivir un número limitado de años, para que la
Iglesia durara hasta el final de los tiempos como Cristo prometió ellos
necesitaban tener sucesores.
38,2. El hombre no puede conocer bien a Dios si Dios no se manifiesta al
hombre. A esta manifestación se le llama Revelación.
La doctrina revelada por Dios se encuentra en la Sagrada Escritura y en la
Tradición. Las dos están íntimamente unidas y tienden a un mismo fin; por eso
los pasajes oscuros de la Sagrada Escritura se iluminan con la Tradición. Esto
lo expresa el Concilio Vaticano II con estas palabras: «La Iglesia no saca
exclusivamente de la Escritura la certeza acerca de todo lo revelado; por eso
la Sagrada Escritura y la Tradición se han de recibir y respetar con el mismo
espíritu de devoción . La Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura constituyen
un solo depósito sagrado de la palabra de Dios, confiado a la Iglesia»
495.
La Sagrada Biblia nos transmite la
palabra de Dios escrita.
La Tradición nos transmite las enseñanzas orales, transmitidas de viva voz de
una generación a la siguiente . Los Apóstoles enseñaron principalmente de
palabra, como ellos habían sido enseñados por Nuestro Señor. Cristo no
escribió nada. Se limitó a predicar. Y a los Apóstoles no les dijo escribid , sino predicad . Jesús les
enseñó muchas cosas que no están en la Sagrada Escritura, pero han llegado
hasta nosotros transmitidas de viva voz de generación en generación por la
Tradición oral de la Iglesia: San Pablo , escribiendo a los de Tesalónica les
dice: «Hermanos, sed constantes y guardad firmemente las enseñanzas que habéis
recibido de nosotros, ya de palabra, ya por escrito»496.
. «Cuando recibisteis la palabra de Dios, que nosotros predicamos, la
aceptasteis no como palabra de hombre, sino cual realmente es palabra de Dios,
que obra en vosotros los creyentes»497. Y a los corintios: «Os alabo hermanos, porque observáis mis preceptos y las
tradiciones que os he confiado» 498.
A Timoteo le dice: «Conserva viva la doctrina que has oído de mí»
499.
La Sagrada Escritura está contenida en la Biblia. La Biblia consta de setenta y
tres libros divididos entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El
Antiguo Testamento consta de cuarenta y seis libros y el Nuevo Testamento de
veintisiete. Lo que divide estas dos colecciones de libros es la Persona de
Jesucristo . Lo que se escribió antes de Él, es el Antiguo Testamento. Lo que
se escribió después de Él, es el Nuevo Testamento.
Para facilitar la búsqueda de los pasajes, el texto se ha dividido en
capítulos, y dentro de éstos se han numerado los párrafos (versículos). Estas divisiones son posteriores a los
evangelistas. La división en capítulos se debe a Esteban Langton, en el siglo
XIII, y la división en versículos a Roberto Estienne, en el siglo XVI.
Jesucristo ha encargado a la Iglesia la interpretación y vigilancia
sobre la Sagrada Escritura y Tradición, para evitar el error 500. Por
eso no se pueden leer todas las traducciones de la Biblia, sino sólo aquellas
que tienen aprobación eclesiástica, y por lo tanto nos consta que no contienen
errores.
Hay pasajes de la Biblia que son
difíciles de entender, como advirtió San Pedro 501.
«El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o
transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya
autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo .
Este Magisterio, evidentemente, no está sobre la Palabra de Dios, sino que la
sirve, enseñando solamente lo que le ha sido confiado. Por mandato divino y con
asistencia del Espíritu Santo, la oye con piedad, la guarda con exactitud y la
expone con fidelidad; y de este único depósito de la fe saca lo que propone
como verdad revelada por Dios que se ha de creer» 502.
La libre interpretación de la Biblia de los protestantes da lugar a multitud de
interpretaciones equivocadas y opuestas entre sí, pues no todo el mundo está
preparado para conocer los géneros literarios de los distintos pasajes
bíblicos, ni para entender la lengua en que se escribió el texto bíblico
original. Por eso hace falta un magisterio entendido que oriente con autoridad
en la interpretación bíblica.
Dijo Cristo que, «la verdad nos hará
libres»503. Quien está en la verdad objetiva pisa firme, se siente
seguro. Quien piensa que la verdad es relativa, que cada cual tiene su verdad,
está en un error.
La verdad tiene un valor absoluto. Quien no se ajusta a la verdad
objetiva está en un error. La verdad objetiva no depende de nuestro parecer ni
de nuestros deseos. Por deseo de ser conciliador y tolerante, no puedo decir
que la verdad es el término medio de dos opiniones distintas. Si uno dice que
la capital de España es Madrid y otro que es Barcelona, yo no puedo decir que
es Zaragoza porque está equidistante entre Madrid y Barcelona.
Cuando se trata de valores subjetivos cada uno puede tener su verdad.
Pero cuando se trata de valores objetivos, la verdad objetiva es la misma para
todos. Por ejemplo: uno puede dormir mejor con la ventana de la habitación
abierta y otro con ella cerrada. La temperatura ideal para dormir puede variar
según las personas. Pero las temperaturas de la evaporación del agua y su
solidificación son siempre 100 y 0 centígrados respectivamente.
Frente a la verdad objetiva no somos libres. Tenemos obligación de someternos a la verdad objetiva. Todos los médicos
tienen obligación de decir que el órgano de la visión es el ojo, ninguno puede
decir que vemos por la nariz. Todos los químicos del mundo tienen la obligación
de decir que el agua es H2O, ninguno puede decir que es ClNa. Todos los
matemáticos del mundo tienen obligación de decir que Pí es la relación de la
circunferencia a su diámetro, una constante, que en el sistema decimal es
3'141592... y no 8'2432... Si a un niño le dan un mapa con todas las ciudades
de Europa para que señale las capitales de cada nación, y él elige las ciudades
que más le gustan por su nombre, esto no cambia la verdad. Las capitales
seguirán siendo las que son independientemente del parecer del niño.
La verdad no me permite opinar libremente lo que yo prefiera. La verdad orienta
la libertad, no la quita. Como las vías del tren que orientan la ruta del tren,
pero no le impiden avanzar, sino que le ayudan. Un tren fuera de la vía, se despeña.
Subordinar la verdad a mi libertad es ridículo. La mentira no interesa a
nadie con sentido común: queremos café de verdad, no agua sucia; medicinas de
verdad, no pócimas ineficaces; amistad de verdad, no traidores. Todo esto es
indiscutible para una persona normal. Lo mismo pasa con la verdad religiosa. El
bien de la libertad religiosa no es el tener libertad para elegir el error,
sino elegir libremente la verdad sin sentirse coaccionado.
La verdad objetiva es dogmática, invariable. El error es libre. Para encontrar la verdad hay un sólo camino. Para
equivocarse hay muchísimos. En la estación del ferrocarril un sólo tren me
lleva a mi destino.Todos los demás me pierden.
Hoy algunos cambian la verdad objetiva por la opinión personal ( eso para mí no
es pecado ), la belleza estética por la moda (moda de pantalones tejanos sucios
y rotos), y la bondad ética por el placer (libertinaje sexual). Pero siempre quedará en pie que los tres grandes
valores del ser son la verdad, la belleza y el bien.
Incluso en cosas accidentales no siempre podemos cambiarlas a nuestro
capricho. El orden de las letras del abecedario es el que es, y yo no puedo
alterarlo a mi capricho, aunque en absoluto podría ser otro.
Pero así está establecido para todos. No depende de la voluntad de cada uno.
La fe es libre, no en el sentido de que dé lo mismo creer que no creer; sino
que al no ser axiomática no se impone a la razón, sino que ésta queda en
libertad para aceptarla o rechazarla a pesar de que sea razonable .
38,3. A veces la Iglesia define algunas verdades dogmas de fe . No es que
esas cosas empiecen entonces a ser verdad. Son verdades que siempre han
existido; pero que su creencia ha empezado a ser obligatoria al definirse.
La definición de una doctrina no es su invención, sino la declaración
autoritativa de que ha sido revelada por Dios, es decir, que forma parte del
conjunto de verdades que constituyen la Revelación cristiana. Algunas veces la
aparición de nuevos errores obliga a la Iglesia a definir y declarar más lo que
siempre ha sido verdad, pero que las circunstancias del momento reclaman
aclaración.
Los dogmas no son verdades que la Iglesia impone arbitrariamente. Son iluminaciones de la verdad objetiva. No
son muros para nuestra inteligencia. Son ventanas a la luz de la verdad.
El contenido de los dogmas es inmutable, pero la formulación de ese contenido
se puede desarrollar para acomodarse mejor al modo de hablar de los tiempos.
El Magisterio de la Iglesia puede ir mejorando el modo de expresar las
verdades que creemos . Toda formulación dogmática puede ser mejorada, ampliada
y profundizada. Pero ninguna formulación dogmática del futuro puede contradecir
el sentido de anteriores formulaciones, sino solamente completar lo que ya ha
sido expresado por ellas. Otras
veces un estudio cada vez más profundo nos hace progresar en nuestro
conocimiento de la Revelación, y nos hace ver más claramente verdades que antes
no parecían tan claras . La Iglesia, asistida por el Espíritu Santo, penetra
cada vez más profundamente en el contenido de la Revelación Divina,
descubriendo nuevos aspectos en ella implícitos, como son los dogmas de la
Inmaculada Concepción y de la Asunción.
La Revelación fue un hecho histórico, y no puede crecer el número de verdades
reveladas contenidas en el depósito de la Revelación que es la Sagrada
Escritura y la Tradición, porque este depósito, quedó cerrado con la muerte del
último Apóstol . Ninguna verdad puede añadirse a la fe católica que no
esté contenida, explícita o implícitamente, en este depósito revelado. (...) Lo
único que cabe es una mayor explicación de los dogmas, pero conservando el
mismo sentido, que es definitivo e indeformable una vez definido por la Iglesia
.
Sí puede y debe crecer continua y armónicamente nuestro conocimiento del dogma,
pasando de lo implícito a lo explícito. Y la Iglesia, al crecer con el tiempo
los conocimientos humanos, puede aprobar infaliblemente este progreso. No es esto crear nuevas verdades
reveladas: es descubrir lo que se encerraba en el viejo legado de los
Apóstoles. Lo mismo que las estrellas del firmamento descubiertas
últimamente existían mucho antes, pero nosotros hasta ahora no las hemos
conocido.
Para que una cosa sea dogma de fe es necesario que haya sido revelada por Dios,
y que la Iglesia así lo declare . Pero
el ámbito de las verdades de fe es mucho más amplio que el de las verdades
expresamente definidas. Hay verdades que llamamos 'de fe divina' porque se
encuentran en la Sagrada Escritura o en la Tradición, que han de ser igualmente
creídas, pero que no han sido nunca definidas, como es el caso de la
resurrección de Cristo . Nadie ha negado en la historia esta verdad; y
por eso la Iglesia no ha sentido la necesidad de definirla .
La Revelación Pública acabó con la muerte del último Apóstol .
Cualquier otra revelación es enteramente privada, y no puede tener valor, a no
ser que esté de acuerdo con la única Revelación Pública que Dios ha hecho a los
Apóstoles.
La Revelación ha terminado pero «nosotros debemos usar nuestra inteligencia
para explorar el dato revelado, deduciendo verdades que a primera vista no
aparecen claramente explícitas en el mismo, pero que no por eso dejan de estar
contenidas virtualmente en él. (...) La garantía de lo que así descubrimos está
en la Iglesia, portadora de toda la Tradición cristiana e intérprete autorizado
de la Escritura Santa. (...) Es función del Magisterio definir los contenidos
de la Revelación. (...) La teología no debe suplantar al Magisterio. (...) La
última palabra la tiene el Magisterio . (...) Algunos teólogos que critican la
doctrina del Magisterio de la Iglesia, después quieren que sus opiniones
personales sean doctrina infalible»504.
A propósito de esto dijo el Papa Pablo VI a los participantes en el Primer
Congreso Internacional de Teología del Concilio Vaticano II, el 1 de Octubre de
1966: Los teólogos deben investigar el dato revelado para iluminar los
artículos de la fe; pero sus aportaciones quedan sujetas a la enseñanza del
Magisterio auténtico. (...) Su preocupación ha de ser proponer la verdad
universal creída en la Iglesia bajo la guía del Magisterio más que sus ideas
personales .
Al Magisterio de la Iglesia hay que obedecerle, no sólo cuando se trata de
verdades de fe, sino también cuando se refiere a opiniones que pueden
desorientar al pueblo de Dios; pues también es estos casos está protegido por
la autoridad recibida de Dios, cosa que el teólogo, como tal, no tiene, por
mucha ciencia que tenga . Por eso dice el Sínodo de los Obispos de 1967: No les
corresponde a ellos la función de enseñar auténticamente .
«Los que ejercitan el Magisterio de la Iglesia son exclusivamente el Papa y los
Obispos, porque a ellos solamente ha confiado Jesucristo la potestad de
enseñar»505. «Fuera de los
legítimos sucesores de los Apóstoles (que son el Papa y los Obispos) no hay
otros Maestros de derecho divino en la Iglesia de Cristo»506. Cuando
el Papa habla en una encíclica enseña como auténtico Maestro y no como un
doctor más.
Por eso no es válido apelar a la autoridad de otro teólogo para sostener lo
contrario de lo que el Papa ha enseñado. «Los fieles católicos han de aceptar
las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia con obediencia religiosa, sabiendo
que les obliga en conciencia»507.
La Iglesia se compone de Pueblo de
Dios y Jerarquía: pluralidad en los súbditos y autoridad que unifica mirando
por el bien común de todos , pues hay que armonizar el pluralismo en lo
accidental con la unidad en lo esencial. No son dos Iglesias, sino dos
partes de una única Iglesia. Separar estas dos partes sería la muerte de la
Iglesia; como es la muerte de una persona separar el cuerpo del alma.
Un católico tiene que aceptar todos
los dogmas de fe revelados por Dios. No puede rechazar ni uno.
O se es católico del todo, o se deja de ser católico. No se puede ser casi
católico , lo mismo que no se puede estar casi vivo , porque eso es estar
muerto. Si casi me toca la lotería, no tengo derecho a cobrar el premio: o me
toca el número entero o no me ha tocado. El casi me toca, no vale.
«Esta sumisión al Santo Padre es exigida también a los sacerdotes y teólogos. Quienes instruyen a otros en la fe, tienen
que enseñar el mensaje auténtico de la Iglesia. El católico tiene derecho a ser
enseñado por un sacerdote que esté de acuerdo con el Papa» 508. Quien
desobedece a la Jerarquía Eclesiástica desobedece al mismo Jesucristo . Él nos
dijo: «El que a vosotros escucha, a Mí me escucha; el que a vosotros desprecia,
a Mí me desprecia. Y el que me desprecie a Mí desprecia a Aquél que me
ha enviado» 509.
38,4. La Iglesia es nuestra Madre que procura
nuestro bien, no sólo en esta vida, sino también en la otra.
La Iglesia es nuestra Madre, pues en su seno somos engendrados como hijos de
Dios y Ella nos alimenta espiritualmente, y nos ayuda a crecer para que estemos
maduros para el Reino de los cielos.
La doctrina que la Iglesia enseña es santa , y haría el mundo mejor si los
hombres le hiciesen caso.
Pero, desgraciadamente, son muchos -también entre los que se dan el nombre de
cristianos - los que la desobedecen por seguir sus pasiones y egoísmos.
La Iglesia ilumina al mundo con la luz contenida en el mensaje de Cristo. Si
hay quien rechaza esta luz, no es por culpa de la Iglesia, sino de los hombres
que la rechazan. La virtud y el camino del cielo son a veces costosos a nuestra
naturaleza caída en el pecado. Pero ya dijo Jesucristo que el camino del cielo
no es fácil, ancho y cuesta abajo, sino que es estrecho, costoso y cuesta
arriba. Lo que mucho vale, mucho cuesta .
Con todo, a pesar de los pecados de
los malos cristianos , la santidad de la Iglesia y su doctrina queda en pie,
porque son muchos los que por ella se han hecho santos. No son las manzanas
podridas caídas del árbol, sino las que cuelgan de sus ramas, las que dicen que
el árbol es bueno.
La Iglesia siempre condena el pecado, aunque no pueda privar de la
libertad de pecar. Cuando la Iglesia manda o prohíbe, no pretende de ninguna
manera molestarnos ni hacernos la vida menos agradable. La Iglesia en todo
busca nuestro bien, por eso prohíbe lo que nos daña, aunque nos gustaría
hacerlo. Tampoco los buenos padres
que educan bien a sus hijos les conceden todo lo que ellos quieren.
«Hay que obedecer las leyes de la Iglesia con toda fidelidad porque están dadas
con la autoridad de Cristo , que Él comunicó a los Apóstoles» 510.
La Iglesia Católica es la institución que más ha contribuido al progreso
moral de la humanidad.
Ella regeneró al individuo, libertándolo de la esclavitud; regeneró a la mujer,
devolviéndole su dignidad; regeneró la familia, exigiendo para ella todos los
derechos que le corresponden; regeneró la sociedad, transformando el Estado
déspota y tirano en el Estado que recibe su autoridad de Dios y que sólo puede
ejercerla en bien de sus súbditos.
Hoy está de moda el ser contestatario. Sin embargo al Papa le corresponde
vigilar la doctrina y la buena marcha de la Iglesia .
Oponer nuestro criterio al Magisterio de la Iglesia, ridiculizar toda ascética
de renuncias desde la mortificación voluntaria del cuerpo hasta la renuncia del
propio criterio, etc., es desconocer los valores cristianos que son locura para
el mundo, pero que tienen la consistencia de la sabiduría de la cruz. No
podemos olvidar que el camino de la Encarnación terminó en el Calvario. Un
cristianismo sin cruz, será muy humano, pero no es el de Jesús 511.
Algunos dicen: Cristo, sí; Iglesia, no . Pero ya dijo San Agustín: No puede
tener a Cristo por Padre quien no tiene a la Iglesia por Madre .
No se puede ser de Cristo sin serlo de la Iglesia, que es el 'Cuerpo Místico de
Cristo' de quien Él es la cabeza . «A Cristo nos incorporamos en y por su
Iglesia; y sólo dentro de ella la vida de Cristo se hace de verdad vida nuestra»512.
Por eso el Concilio Vaticano II llama a la Iglesia sacramento universal de
salvación . El Cardenal Newman que era anglicano y se convirtió al catolicismo
decía: quien rechaza a la Iglesia se equivoca ; y añade, hace inútil para sí lo
que Dios puso para bien nuestro . La frase fuera de la Iglesia no hay salvación
es de San Cipriano en lucha contra los movimientos de escisión que se daban en
su comunidad Quien conociendo a la Iglesia la rechaza, compromete su salvación,
dice el Concilio Vaticano II.
Hoy abunda en la Iglesia el tipo de contestatario que adopta una postura de
protesta ante todo. Uno no puede evitar pensar en aquello del Evangelio: «Ven
la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio» 513. No sería mejor que corrigieran sus
defectos antes de protestar de los ajenos»
Algunos reniegan de la Iglesia porque dicen que hay católicos malos.
Según eso tampoco pueden ser protestantes porque también los hay malos. Y, consiguientemente, ni budistas, ni
españoles, ni franceses, ni siquiera hombres, porque también hay hombres malos.
Absurdo.
Si la Iglesia Católica es la única en el mundo fundada por Cristo-Dios , ella
será la única verdadera, aunque todos los católicos fueran malos.
Hoy es frecuente un tipo de católico «por libre» que vive al margen de la
Iglesia, prescinde de la Institución, del Magisterio, etc. Esto es tan absurdo
como si uno dijera que él se siente español, pero ni saca carnet de identidad,
ni está en el censo, ni el registro civil, ni nada. Éste será un apátrida, pero
no un español. Es verdad, que lo principal es el corazón, pero hay que
institucionalizar la situación.
A veces se oye decir: «Yo soy católico, pero no practico». Esto no es
coherente. Quien pertenece a una asociación, si es coherente, cumple su reglamento.
De poco sirve afirmar que se es
católico de corazón, si después las obras no son de católico. Como si
uno que se las da de católico, luego se casa sólo por lo civil. Esto es un
contrasentido. Por eso la Iglesia Católica a ése le prohíbe la comunión
eucarística. Toda ideología, para que sea sincera, exige un compromiso de vida.
Una auténtica vivencia religiosa debe contener cuatro cosas: a) un credo:
sistema de verdades; b) una ética: valores morales; c) unos ritos:
comportamientos; d) una respuesta social: compromiso. Son necesarias las cuatro cosas. Quien
olvida alguna de ellas tendrá una vivencia religiosa deforme.
39.- El Jefe de la Iglesia Católica es Su Santidad el Papa, representante de Cristo en la Tierra, que lo ha puesto al frente de su Iglesia para que la guíe y cuide de su unidad.
39,1. El Papa es el Sumo Pontífice de Roma, sucesor de San Pedro , a quien
todos estamos obligados a obedecer. Es Maestro Infalible, porque cuando habla
como Jefe de la Iglesia Universal ejerciendo el supremo grado de su autoridad y
define como obligatorias verdades de fe y moral, no se puede equivocar .
Infalibilidad es la preservación del error, fruto de la asistencia divina.
(...) Su fundamento es la asistencia de Dios. En Dios se encuentra toda la verdad. y Dios no miente . Él ha
querido dar a su Iglesia este don de permanecer en la verdad .
Si el Papa pudiera equivocarse al enseñar lo que es obligatorio creer o hacer
para salvarse, nos desorientaría en el camino de la salvación; y Dios, que nos
manda obedecer al Papa, sería el culpable de nuestra condenación. Esto es absurdo. Luego se comprende
que el Papa tiene que ser infalible cuando señala el camino de la salvación.
Esta asistencia espiritual la prometió Jesucristo cuando dijo: «Yo estaré con
vosotros hasta el final de los tiempos»514.
La infalibilidad del Papa es dogma de fe. Dice el Concilio Vaticano I:
«Definimos ser dogma divinamente revelado que el Romano Pontífice cuando habla
'ex cathedra ' esto es, cuando cumpliendo su cargo de Pastor y Maestro de todos
los cristianos, define con su suprema autoridad apostólica, que una doctrina
sobre la fe y costumbres debe ser sostenida por la Iglesia Universal... goza de
aquella infalibilidad que el Redentor Divino quiso que estuviera en su
Iglesia»515.
La infalibilidad del Papa ha sido definida como dogma de fe en 1870.
Desde entonces han habido diez Papas (Pío IX, León XIII, Pío X, Benedicto XV,
Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II) . En todo
este tiempo sólo ha sido definido como dogma la Asunción, en 1950 por Pío XII .
Y esta verdad estaba en la fe de la Iglesia desde el siglo VII.
Para salvarse es necesario creer y aceptar toda la doctrina de Jesucristo . La
auténtica doctrina de Jesucristo, no otra: «Id por todo el mundo - dijo Jesús a
sus Apóstoles - y predicad el Evangelio a toda criatura, enseñándoles a guardar
todo lo que os he mandado. El que creyere y se bautizare, se salvará; el que no
creyere, se condenará»516. Esto supone garantía de que los que
transmiten las enseñanzas de Jesucristo no se van a equivocar .
Dios fallaría si nos obligase a creer una mentira. Si Él nos obliga a creer lo
que la Iglesia nos enseña es porque se compromete a que siempre enseñará la
verdad: «Yo estaré con vosotros hasta el fin de los siglos» 517.
Ahora bien, qué garantías podemos tener nosotros a la distancia de veinte
siglos y a través de tantas teorías y opiniones humanas, de que la doctrina que
nos enseña hoy la Iglesia es la auténtica doctrina de Jesucristo » Jesucristo ,
fundador de la Iglesia, si quiso hacer efectivamente una Iglesia que llevase su
mensaje a todos los tiempos y a todos los hombres, no tuvo más remedio que
dotarla de un control adecuado, que impidiera absolutamente el que su doctrina
fuera deformada a través de los siglos.
Este control es una especial asistencia del Espíritu Santo con la que impide
absolutamente el error en su Iglesia, en lo que se refiere a la determinación
de la auténtica doctrina revelada. Le dice Jesucristo a Pedro : «Yo he rogado
por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, confirma a tus hermanos» 518.
El Papa es infalible cuando determina o declara ex cathedra la auténtica
doctrina revelada. Pero fuera de esto -por ejemplo, si predice el tiempo - el
Papa se puede equivocar como otro hombre cualquiera.
Es decir, que el Papa, en su vida ordinaria, aunque sea un hombre prudentísimo
y de toda confianza, no es infalible. La infalibilidad está reservada a ciertas
enseñanzas hechas con una solemnidad especial, de modo definitivo, que
teológicamente se llama ex cathedra , en la que expresa su voluntad de obligar
a toda la Iglesia a creer la verdad por él definida.
Esto no significa que el Papa pueda sacarse los dogmas del bolsillo; sólo puede
definir aquello que se encuentra en la Sagrada Escritura o en la Tradición .
Con todo, al Papa hay que obedecerle siempre; aun en las cosas que no es
infalible: lo mismo que los hijos tienen que obedecer a sus padres, aunque no
sean infalibles. El Magisterio de la Iglesia hay que aceptarlo incluso en lo no
infalible, con religiosa sumisión; más que por los argumentos en que se apoya,
por la autoridad que Cristo dio a su Iglesia para señalar el camino que nos
lleva al Reino de los Cielos.
«Esta religiosa sumisión de la voluntad y del entendimiento se debe al
magisterio auténtico del Romano Pontífice, de tal manera que se reconozca con
reverencia su Magisterio Supremo, aunque no hable 3ex cathedra2; y con
sinceridad se adhiera al parecer expresado por él según el deseo que haya
manifestado él mismo, como puede descubrirse, ya sea por la índole del
documento, ya sea por la insistencia con que se repite una misma doctrina, ya
sea también por las fórmulas empleadas»519.
Un teólogo podría discrepar y seguir investigando; pero no desacreditar
públicamente a la Iglesia, sino manteniendo un silencio obsequioso .
Para atacar la infalibilidad de la Iglesia se suele aducir la condenación de
Galileo . Con todo,conviene advertir que la condenación de Galileo fue obra de
una Congregación Romana, no del Papa en definición 3ex cathedra2, que es la
única infalible. Aparte de esto, la Iglesia, en aquel momento, juzgó a Galileo
como los mejores astrónomos de su tiempo. Todos los que estudian los argumentos
de Galileo (1569-1642) afirman que él no probaba su hipótesis. Por eso no
convenció a Tycho-Brahe (1546-1601), contemporáneo suyo, que siguió siendo
geocentrista como Tolomeo . En cambio Galileo tuvo la intuición de interpretar
los textos bíblicos no literalmente como los teólogos de su tiempo, sino como
hoy los interpretamos, sin saber él nada de los géneros literarios. En resumen,
que como dice Walter Brand Muller520: Se da el paradójico resultado de
que Galileo se equivocó en el campo de la Ciencia y los eclesiásticos en el
campo de la Teología . Con todo hay que advertir que Galileo no fue condenado
por su teoría heliocéntrica, pues lo mismo dijo Copérnico cien años antes y la
Iglesia no se metió con él. Es más, su obra fundamental, Las revoluciones de
los mundos celestes, publicada en 1543, está dedicada al Papa Pablo III . Pero
Copérnico presentaba sus ideas sólo como una hipótesis .
Galileo fue condenado por su insistencia en interpretar la Escritura.
La Iglesia le dijo que se limitara a presentar sus ideas como una hipótesis
científica , y no quiso hacer caso . Aunque la condena de la Iglesia a Galileo
fue disciplinar y no dogmática, hoy se piensa que fue inoportuna.
39,2. Infalibilidad no significa impecabilidad
. El Papa -como todo hombre - puede tener sus faltas.
Es más, en la Historia ha habido algunos Papas indignos, que no han sido
ejemplares; aunque pocos. Habrán sido pecadores, pero siempre rectos en sus
enseñanzas, pues siempre han sido infalibles . Con todo, gracias a Dios,
tenemos en la Iglesia Católica un largo historial de Papas Santos. Se veneran en los altares setenta y siete
Papas santos .
El último Papa que ha subido a los altares con la corona de los Santos
ha sido San Pío X , muerto en 1914.
40.-El Papa está en lugar de Jesucristo.
40,1. Jesucristo , antes de subir al cielo, dejó a San Pedro al frente de su
Iglesia, comunicándole todos los poderes necesarios para desempeñar su
cometido.
El Papa tiene autoridad de Cristo-Dios para interpretar la ley divina.
Cristo le dijo a San Pedro : «A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos,
lo que ates o desates en la Tierra será atado o desatado en el cielo»
521. Esto supone poder para legislar e imponer obligaciones .
El Papa es el sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo en la Tierra .
Por eso todos los católicos debemos obedecer al Papa en todo lo que él disponga
para la buena marcha de la Iglesia.
Cristo dotó a su Iglesia de todos los medios necesarios para conseguir su fin.
Por eso la hizo jerárquica . La autoridad es necesaria. «No hay agrupación
humana que no necesite un ordenamiento que haga posible la vida en común. (...)
Donde hay una comunidad, allí hay forzosamente una institución como medio de
salvar debidamente la convivencia, y conseguir eficazmente los fines que se
pretenden. Se impone la fijación de
unas normas de comportamiento y el deber de sujetarse a ellas. (...) La
normativa institucional es una defensa contra la anarquía» 522 . Qué
pasaría en Madrid o Barcelona sin normas de tráfico»
La misión de la jerarquía es garantizar la autenticidad en la fe y en la vida
cristiana: para que se crea lo que Dios quiere y como Dios quiere, y para que
se administren los sacramentos que Cristo quiso y como Cristo quiso .
Todos los grupos humanos: familias, asociaciones, pueblo o nación, necesitan
una autoridad -del tipo que sea - para organizar, coordinar fuerzas, defender
derechos, especialmente de los más débiles, y tomar responsablemente
decisiones. Una sociedad sin autoridad acaba por disolverse.
La autoridad justa y responsable es
uno de los mejores servicios que se presta al pueblo. La autoridad es justa y
razonable, cuando busca no los propios intereses, sino el bien de todos .
40,2. Los Obispos son los
encargados de gobernar las diócesis bajo la autoridad del Papa . Ejercitan
potestad propia y son, en verdad, los jefes del pueblo que gobiernan , pues los
Obispos son los sucesores de los Apóstoles, y administradores de Dios .
Ya en el siglo II, San Ireneo llama a los obispos sucesores de los Apóstoles:
«Podemos contar con aquellos que han sido puestos por los Apóstoles como
obispos y sucesores suyos hasta nuestros días» 523.
«La primera responsabilidad de los Obispos es combatir la herejía y guardar el
depósito de la fe» 524.
«Los Obispos, cuando enseñan en comunión con el Romano Pontífice, deben ser
respetados por todos como los testigos de la verdad divina y católica; los
fieles, por su parte, tienen obligación de aceptar y adherirse con religiosa
sumisión del espíritu al parecer de su Obispo en materias de fe y de costumbres
cuando él las expone en nombre de Cristo» 525.
Los Concilios Ecuménicos reúnen a todos los obispos del mundo para
deliberar, bajo la dirección del Papa, sobre asuntos generales de la Iglesia.
Se han celebrado XXI. El primero fue el año 325 en Nicea, y el último de 1962 a
1965 en Roma. La lista de todos los Concilios Ecuménicos de la Iglesia está en
el libro de José M . Ciurana: «En
busca de la verdades fundamentales» .
40,3. Los sacerdotes se consagran
a Dios para colaborar con el Papa y los Obispos en el cuidado de las almas
predicando la Palabra de Dios y administrando los sacramentos.. Son
también representantes de Jesucristo , por esto merecen todo nuestro respeto.
La misión del sacerdote es presidir la Asamblea Eucarística y ayudar a los
Obispos a mantener la unidad en la fe y en la caridad fraterna, y conducir a
los cristianos a Dios Padre .
Hay que distinguir el sacerdocio ministerial, propio de los que han recibido el
sacramento del orden, que les da poder para decir misa y perdonar pecados, del
sacerdocio común de los fieles, propio de todos los bautizados cuya vida debe
ser un acto cultual a Dios y deben dar testimonio de Cristo .
Estos dos sacerdocios no sólo difieren en grado, sino esencialmente, como ha
dicho el Concilio Vaticano II. Por eso hay un sacramento
especial para el sacerdocio ministerial.
«Hoy como ayer, la misión específica del sacerdote es la de comunicar el pan de
la palabra; la de distribuir, como ministro del culto, el perdón, la gracia y
la santidad. Podrán cambiar los tiempos y los métodos, según la evolución de
las costumbres, pero el contenido del mensaje seguirá siendo el mismo: el
apostolado será siempre la transmisión de la vida espiritual»
.
Jesucristo dice en el Evangelio: «No llaméis a nadie Padre»
. Pero esto se lo dice a sus discípulos, pues entre ellos
todos eran hermanos. Pero el pueblo es lógico que llame Padre a los sacerdotes
por respeto a la persona que les transmite la doctrina y la gracia de Dios . El
mismo San Pablo que sabía muy bien cómo había que interpretar las palabras de
Cristo , se hacía llamar Padre: «No os escribo esto para avergonzaros, sino
para amonestaros como a hijos míos muy queridos. Porque aunque tuvierais diez
mil pedagogos en Cristo no por eso tenéis muchos padres, ya que el que os ha
engendrado en Cristo por medio del Evangelio he sido yo». Él mismo llamó «hijo» a Timoteo en las dos
cartas que le escribe. Lo mismo a
Tito. Por lo tanto es lógico que ellos le llamaran a él
«Padre».
San Juan llama «sus hijos» a los que
andan en la verdad.
40,4. Para ayudar a los sacerdotes en ministerios que aunque no sacerdotales
resultan necesarios para el bien de la Iglesia , el Concilio Vaticano II ha
permitido a las Conferencias Episcopales, con la aprobación del Sumo Pontífice,
establecer el diaconado «para hombres de edad madura, aunque estén casados, y
para jóvenes idóneos; pero para éstos debe mantenerse firme la ley del celibato».
Estos diáconos sirven al Pueblo de
Dios en el ministerio de la liturgia, de la Palabra y de la caridad .
En 1972 la Iglesia ha permitido que cuando hay muchos fieles y pocos sacerdotes
, algunas personas idóneas señaladas por el sacerdote, con permiso del Obispo,
pueden ayudar a dar la Sagrada Comunión, para que este acto no se prolongue
demasiado. Estas personas también podrán llevar la comunión a los
enfermos, si no hay sacerdote o diácono que lo haga .