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Biblia Vers. Reina-Valera IntraText CT - Texto |
PERMANEZCA el amor fraternal.
No olvidéis la hospitalidad, porque por ésta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos sois del cuerpo.
Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; mas á los fornicarios y á los adúlteros juzgará Dios.
Sean las costumbres vuestras sin avaricia; contentos de lo presente; porque Él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.
De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me hará el hombre.
Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; la fe de los cuales imitad, considerando cuál haya sido el éxito de su conducta.
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
No seáis llevados de acá para allá por doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón en la gracia, no en viandas, que nunca aprovecharon á los que anduvieron en ellas.
Tenemos un altar, del cual no tienen facultad de comer los que sirven al tabernáculo.
Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es metida por el pecado en el santuario por el pontífice, son quemados fuera del real.
Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
Salgamos pues á Él fuera del real, llevando su vituperio.
Porque no tenemos aquí ciudad permanente, mas buscamos la por venir.
Así que, ofrezcamos por medio de Él á Dios siempre sacrificio de alabanza, es á saber, fruto de labios que confiesen á su nombre.
Y de hacer bien y de la comunicación no os olvidéis: porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Obedeced á vuestros pastores, y sujetaos á ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como aquellos que han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no gimiendo; porque esto no os es útil.
Orad por nosotros: porque confiamos que tenemos buena conciencia, deseando conversar bien en todo.
Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea más presto restituído.
Y el Dios de paz que sacó de los muertos á nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del testamento eterno,
Os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo Él en vosotros lo que es agradable delante de Él por Jesucristo: al cual sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Empero os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación; porque os he escrito en breve.
Sabed que nuestro hermano Timoteo está suelto; con el cual, si viniere más presto, os iré á ver.
Saludad á todos vuestros pastores, y á todos los santos. Los de Italia os saludan.
La gracia sea con todos vosotros. Amén. Fué escrita á los Hebreos desde Itali con Timoteo.
JACOBO, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, á las doce tribus que están esparcidas, salud.
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando cayereis en diversas tentaciones;
Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia.
Mas tenga la paciencia perfecta su obra, para que seáis perfectos y cabales, sin faltar en alguna cosa.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela á Dios, el cual da á todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada.
Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra.
No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor.
El hombre de doblado ánimo es inconstante en todos sus caminos.
El hermano que es de baja suerte, gloríese en su alteza:
Mas el que es rico, en su bajeza; porque Él se pasará como la flor de la hierba.
Porque salido el sol con ardor, la hierba se secó, y su flor se cayó, y pereció su hermosa apariencia: así también se marchitará el rico en todos sus caminos.
Bienaventurado el varón que sufre la tentación; porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido á los que le aman.
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios: porque Dios no puede ser tentado de los malos, ni Él tienta á alguno:
Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado.
Y la concupiscencia, después que ha concebido, pare el pecado: y el pecado, siendo cumplido, engendra muerte.
Amados hermanos míos, no erréis.
Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
El, de su voluntad nos ha engendrado por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse:
Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Por lo cual, dejando toda inmundicia y superfluidad de malicia, recibid con mansedumbre la palabra ingerida, la cual puede hacer salvas vuestras almas.
Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.
Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
Porque Él se consideró á sí mismo, y se fué, y luego se olvidó qué tal era.
Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.
Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana.
La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es esta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.