Parte, Sección, Capítulo, Párrafo
1 Pro, 0, 2, 10 | Pablo II, hizo suyo este deseo emitido por el Sínodo de
2 1, 1, 1 | I. El deseo de Dios ~
3 1, 1, 1, 27 | 27 El deseo de Dios está inscrito en
4 1, 2, 1, 400 | estarán marcadas por el deseo y el dominio (cf. Gn 3,16).
5 1, 2, 2, 429 | Cristo es de donde brota el deseo de anunciarlo, de "evangelizar",
6 1, 2, 2, 505 | nace "de la sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de
7 1, 2, 2, 505 | de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino de Dios" (
8 1, 2, 2, 524 | fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida (cf.
9 1, 2, 2, 524 | Precursor, la Iglesia se une al deseo de éste: "Es preciso que
10 1, 2, 2, 558 | y expresa una vez más el deseo de su corazón:" ¡Si también
11 1, 2, 2, 607 | 607 Este deseo de aceptar el designio de
12 1, 2, 3, 708 | cf. Rm 3, 20) suscitan el deseo del Espíritu Santo. Los
13 1, 2, 3, 820 | enviado" (Jn 17, 21). El deseo de volver a encontrar la
14 1, 2, 3, 1011| experimentar hacia la muerte un deseo semejante al de San Pablo: "
15 1, 2, 3, 1011| semejante al de San Pablo: "Deseo partir y estar con Cristo" (
16 1, 2, 3, 1011| Cristo (cf. Lc 23, 46):~Mi deseo terreno ha desaparecido; ...
17 2, 1, 1, 1091| de la Nueva Alianza. El deseo y la obra del Espíritu en
18 2, 1, 1, 1130| liturgia participa así en el deseo de Jesús: "Con ansia he
19 2, 2, 1, 1258| Bautismo de sangre como el deseo del Bautismo, produce los
20 2, 2, 1, 1259| antes de su Bautismo, el deseo explícito de recibir el
21 2, 2, 1, 1290| bautismales. En Occidente, por el deseo de reservar al obispo el
22 2, 2, 1, 1401| piden estos sacramentos con deseo y rectitud: en tal caso
23 2, 2, 2, 1431| mismo tiempo, comprende el deseo y la resolución de cambiar
24 2, 2, 3, 1578| someter humildemente su deseo a la autoridad de la Iglesia
25 2, 2, 3, 1642| sola esperanza, un solo deseo, una sola disciplina, el
26 3, 1, 1, 1707| cometió el mal. Conserva el deseo del bien, pero su naturaleza
27 3, 1, 1 | II El deseo de felicidad~
28 3, 1, 1, 1718| bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este
29 3, 1, 1, 1718| natural de felicidad. Este deseo es de origen divino: Dios
30 3, 1, 1, 1725| los cielos. Responden al deseo de felicidad que Dios ha
31 3, 1, 1, 1765| despierta. El amor causa el deseo del bien ausente y la esperanza
32 3, 1, 1, 1772| son el amor y el odio, el deseo y el temor, la alegría,
33 3, 1, 1, 1821| con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y
34 3, 1, 1, 1849| una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna’ (
35 3, 1, 1, 1850| rebelión contra Dios por el deseo de hacerse ‘como dioses’,
36 3, 1, 1, 1871| una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna‘ (
37 3, 1, 3, 1969| secreto’, por oposición al deseo ‘de ser visto por los hombres’ (
38 3, 2, 1, 2116| hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección
39 3, 2, 2, 2302| del odio:~La cólera es un deseo de venganza. ‘Desear la
40 3, 2, 2, 2302| la cólera llega hasta el deseo deliberado de matar al prójimo
41 3, 2, 2, 2351| 2351 La lujuria es un deseo o un goce desordenados del
42 3, 2, 2, 2361| tomo a ésta mi hermana con deseo impuro, mas con recta intención.
43 3, 2, 2, 2365| presente no es nada, mi deseo más ardiente es pasarla
44 3, 2, 2, 2368| deben cerciorarse de que su deseo no nace del egoísmo, sino
45 3, 2, 2, 2380| Cristo condena incluso el deseo del adulterio (cf Mt 5,
46 3, 2, 2, 2480| vicios o pecados graves. El deseo de prestar un servicio o
47 3, 2, 2, 2515| toda forma vehemente de deseo humano. La teología cristiana
48 3, 2, 2, 2536| prohíbe la avaricia y el deseo de una apropiación inmoderada
49 3, 2, 2, 2536| bienes terrenos. Prohíbe el deseo desordenado nacido de la
50 3, 2, 2, 2536| poder. Prohíbe también el deseo de cometer una injusticia
51 3, 2, 2, 2539| el bien del prójimo y el deseo desordenado de poseerlo,
52 3, 2, 2, 2541| envidia: lo inicia en el deseo del Supremo Bien; lo instruye
53 3, 2, 2, 2548| 2548 El deseo de la felicidad verdadera
54 3, 2, 2, 2552| décimo mandamiento prohíbe el deseo desordenado, nacido de la
55 3, 2, 2, 2553| el bien del prójimo y el deseo desordenado de apropiárselo.
56 4, 1, 1, 2566| su Creador. Conserva el deseo de Aquél que le llama a
57 4, 1, 1, 2589| espontaneidad de la oración, el deseo de Dios mismo a través de
58 4, 1, 1, 2632| cristiana está centrada en el deseo y en la búsqueda del Reino
59 4, 1, 2, 2658| amo, Dios mío, y mi único deseo es amarte hasta el último
60 4, 1, 3, 2708| imaginación, la emoción y el deseo. Esta movilización es necesaria
61 4, 1, 3, 2723| imaginación, la emoción, el deseo. Tiene por objeto la apropiación
62 4, 1, 3, 2736| poder conocer en verdad su deseo (cf Rm 8, 27).~
63 4, 1, 3, 2737| su amor. Entremos en el deseo de su Espíritu y seremos
64 4, 1, 3, 2737| El quiere que nuestro deseo sea probado en la oración.
65 4, 1, 3, 2750| Jn 17, 6. 11. 12. 26), el deseo de su Reino (la Gloria;
66 4, 1, 3, 2756| conformar nuestra oración al deseo del Espíritu.~
67 4, 2, 0, 2784| disposiciones fundamentales:~El deseo y la voluntad de asemejarnos
68 4, 2, 0, 2804| lo que nos mueve es "el deseo ardiente", "el ansia" del
69 4, 2, 0, 2818| cf Tt 2, 13). Pero este deseo no distrae a la Iglesia
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