Párrafo 3
EL TODOPODEROSO
268
De todos los atributos divinos, sólo
la omnipotencia de Dios es nombrada en el Símbolo: confesarla tiene un gran
alcance para nuestra vida. Creemos que es esa omnipotencia universal,
porque Dios, que ha creado todo (cf. Gn 1,1; Jn 1,3), rige todo y lo puede
todo; es amorosa, porque Dios es nuestro Padre (cf. Mt 6,9); es misteriosa,
porque sólo la fe puede descubrirla cuando "se manifiesta en la
debilidad" (2 Co 12,9; cf. 1 Co 1,18).
"Todo lo que El quiere, lo
hace" (Sal 115,3)
269 Las Sagradas Escrituras confiesan con frecuencia el
poder universal de Dios. Es llamado "el Poderoso de Jacob" (Gn
49,24; Is 1,24, etc.), "el Señor de los ejércitos", "el Fuerte,
el Valeroso" (Sal 24,8-10). Si Dios es Todopoderoso "en el cielo y en la
tierra" (Sal 135,6), es porque él los ha hecho. Por tanto, nada ale es
imposible (cf. Jr 32,17; Lc 1,37) y dispone a su voluntad de su obra (cf. Jr
27,5); es el Señor del universo, cuyo orden ha establecido, que le permanece
enteramente sometido y disponible; es el Señor de la historia: gobierna los
corazones y los acontecimientos según su voluntad (cf. Est 4,17b; Pr 21,1; Tb
13,2): "El actuar con inmenso poder siempre está en tu mano. ¿Quién podrá
resistir la fuerza de tu brazo?" (Sb 11,21).
"Te
compadeces de todos porque lo puedes todo" (Sb 11,23)
270 Dios es el Padre todopoderoso. Su
paternidad y su poder se esclarecen mutuamente. Muestra, en efecto, su
omnipotencia paternal por la manera como cuida de nuestras necesidades (cf. Mt
6,32); por la adopción filial que nos da ("Yo seré para vosotros padre, y
vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor todopoderoso": 2 Co
6,18); finalmente, por su misericordia infinita, pues muestra su poder en el
más alto grado perdonando libremente los pecados.
271 La omnipotencia divina no es en modo alguno
arbitraria: "En Dios el poder y la esencia, la voluntad y la inteligencia,
la sabiduría y la justicia son una sola cosa, de suerte que nada puede haber en
el poder divino que no pueda estar en la justa voluntad de Dios o en su sabia
inteligencia" (S. Tomás de A., s.th. 1,25,5, ad 1).
El misterio de la aparente impotencia de Dios
272 La fe
en Dios Padre Todopoderoso puede ser puesta a prueba por la experiencia del mal
y del sufrimiento. A veces Dios puede parecer ausente e incapaz de impedir el
mal. Ahora bien, Dios Padre ha revelado su omnipotencia de la manera más misteriosa
en el anonadamiento voluntario y en la Resurrección de su Hijo, por los cuales
ha vencido el mal. Así, Cristo
crucificado es "poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque la necedad
divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más
fuerte que la fuerza de los hombres" (1 Co 2, 24-25). En la Resurrección y
en la exaltación de Cristo es donde el Padre "desplegó el vigor de su fuerza"
y manifestó "la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los
creyentes" (Ef 1,19-22).
273 Sólo la fe puede adherir a las vías
misteriosas de la omnipotencia de Dios. Esta fe se gloría de sus debilidades
con el fin de atraer sobre sí el poder de Cristo (cf. 2 Co 12,9; Flp 4,13). De
esta fe, la Virgen María es el modelo supremo: ella creyó que "nada es
imposible para Dios" (Lc 1,37) y pudo proclamar las grandezas del Señor:
"el Poderoso ha hecho en mi favor maravillas, Santo es su nombre" (Lc1,49).
274 "Nada es, pues, más propio para
afianzar nuestra Fe y nuestra Esperanza que la convicción profundamente
arraigada en nuestras almas de que nada es imposible para Dios. Porque todo lo
que (el Credo) propondrá luego a nuestra fe, las cosas más grandes, las más
incomprensibles, así como las más elevadas por encima de las leyes ordinarias
de la naturaleza, en la medida en que nuestra razón tenga la idea de la
omnipotencia divina, las admitirá fácilmente y sin vacilación alguna" (Catech.
R. 1,2,13).
RESUMEN
275 Con
Job, el justo, confesamos: "Sé que eres Todopoderoso: lo que piensas, lo
puedes realizar" (Job 42,2).
276 Fiel
al testimonio de la Escritura, la Iglesia dirige con frecuencia su oración al
"Dios todopoderoso y eterno" ("omnipotens sempiterne
Deus..."), creyendo firmemente que "nada es imposible para Dios"
(Gn 18,14; Lc 1,37; Mt 19,26).
277 Dios
manifiesta su omnipotencia convirtiéndonos de nuestros pecados y restableciéndonos
en su amistad por la gracia ("Deus, qui omnipotentiam tuam parcendo maxime
et miserando manifestas..." -"Oh Dios, que manifiestas especialmente
tu poder con el perdón y la misericordia..."- : MR, colecta del Dom XXVI).
278 De
no ser por nuestra fe en que el amor de Dios es todopoderoso, ¿cómo creer que
el Padre nos ha podido crear, el Hijo rescatar, el Espíritu Santo santificar?
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