Artículo 4
“JESUCRISTO PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO,
FUE CRUCIFICADO, MUERTOY SEPULTADO”
571 El
Misterio pascual de la Cruz y de la Resurrección de Cristo está en el centro de
la Buena Nueva que los Apóstole s, y la Iglesia a continuación de ellos, deben
anunciar al mundo. El designio salvador de Dios se ha cumplido de "una vez
por todas" (Hb 9, 26) por la muerte redentora de su Hijo Jesucristo.
572 La
Iglesia permanece fiel a "la interpretación de todas las Escrituras"
dada por Jesús mismo, tanto antes como después de su Pascua: "¿No era
necesario que Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?" (Lc 24,
26-27, 44-45). Los padecimientos de Jesús han tomado una forma histórica concreta
por el hecho de haber sido "reprobado por los ancianos, los sumos
sacerdotes y los escribas" (Mc 8, 31), que lo "entregaron a los
gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle" (Mt 20, 19).
573 Por lo
tanto, la fe puede escrutar las circunstancias de la muerte de Jesús, que han
sido transmitidas fielmente por los Evangelios (cf. DV 19) e iluminadas por
otras fuentes históricas, a fin de comprender mejor el sentido de la Redención.
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