Artículo 9
“CREO EN LA SANTA IGLESIA CATÓLICA”
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"Cristo es la luz de los pueblos. Por eso, este sacrosanto Sínodo, reunido
en el Espíritu Santo, desea vehementemente iluminar a todos los hombres con la
luz de Cristo, que resplandece sobre el rostro de la Iglesia, anunciando el
evangelio a todas las criaturas". Con estas palabras comienza la
"Constitución dogmática sobre la Iglesia" del Concilio Vaticano II.
Así, el Concilio muestra que el artículo de la fe sobre la Iglesia depende
enteramente de los artículos que se refieren a Cristo Jesús. La Iglesia no
tiene otra luz que la de Cristo; ella es, según una imagen predilecta de los
Padres de la Iglesia, comparable a la luna cuya luz es reflejo del sol.
749 El
artículo sobre la Iglesia depende enteramente también del que le precede, sobre
el Espíritu Santo. "En efecto, después de haber mostrado que el Espíritu
Santo es la fuente y el dador de toda santidad, confesamos ahora que es El
quien ha dotado de santidad a la Iglesia" (Catech. R. 1, 10, 1). La
Iglesia, según la expresión de los Padres, es el lugar "donde florece el
Espíritu" (San Hipóli to, t.a. 35).
750 Creer
que la Iglesia es "Santa" y "Católica", y que es
"Una" y "Apostólica" (como añade el Símbolo
nicenoconstantinopolitano) es inseparable de la fe en Dios, Padre, Hijo y
Espíritu Santo. En el Símbolo de los
Apóstoles, hacemos profesión de creer que existe una Iglesia Santa ("Credo
... Ecclesiam"), y no de creer en la Iglesia para no confundir a Dios con
sus obras y para atribuir claramente a la bondad de Dios todos los dones que ha
puesto en su Iglesia (cf. Catech. R. 1, 10, 22).
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