SEGUNDA
PARTE
LA CELEBRACIÓN
DEL MISTERIO CRISTIANO
Razón de ser de la liturgia
1066. En el
Símbolo de la fe, la Iglesia confiesa el misterio de la Santísima Trinidad y su
"designio benevolente" (Ef 1,9) sobre toda la creación: El Padre
realiza el "misterio de su voluntad" dando a su Hijo Amado y al
Espíritu Santo para la salvación del mundo y para la gloria de su Nombre. Tal
es el Misterio de Cristo (cf Ef 3,4), revelado y realizado en la historia según
un plan, una "disposición" sabiamente ordenada que S. Pablo llama
"la economía del Misterio" (Ef 3,9) y que la tradición patrística
llamará "la Economía del Verbo encarnado" o "la Economía de la
salvación".
1067
"Cristo el Señor realizó esta obra de la redención humana y de la perfecta
glorificación de Dios, preparada por las maravillas que Dios hizo en el pueblo
de la Antigua Alianza, principalmente por el misterio pascual de su
bienaventurada pasión, de su resurrección de entre los muertos y de su gloriosa
ascensión. Por este misterio, `con su muerte destruyó nuestra muerte y con su
resurrección restauró nuestra vida'. Pues del costado de Cristo dormido en la
cruz nació el sacramento admirable de toda la Iglesia" (SC 5). Por eso, en
la liturgia, la Iglesia celebra principalmente el Misterio pascual por el que
Cristo realizó la obra de nuestra salvación.
1068 Es el
Misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y celebra en su liturgia a fin de
que los fieles vivan de él y den testimonio del mismo en el mundo:
En efecto, la liturgia, por medio de la cual "se ejerce la obra de
nuestra redención", sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía,
contribuye mucho a que los fieles, en su vida, expresen y manifiesten a los
demás el misterio de Cristo y la naturaleza genuina de la verdadera Iglesia (SC
2).
Significación de la palabra "Liturgia"
1069 La
palabra "Liturgia" significa originariamente "obra o quehacer
público", "servicio de parte de y en favor del pueblo". En la
tradición cristiana quiere significar que el Pueblo de Dios toma parte en
"la obra de Dios" (cf. Jn 17,4). Por la liturgia, Cristo, nuestro
Redentor y Sumo Sacerdote, continúa en su Iglesia, con ella y por ella, la obra
de nuestra redención.
1070 La
palabra "Liturgia" en el Nuevo Testamento es empleada para designar
no solamente la celebración del culto divino (cf Hch 13,2; Lc 1,23), sino
también el anuncio del Evangelio (cf. Rm 15,16; Flp 2,14-17. 30) y la caridad en acto (cf Rm 15,27; 2 Co 9,12;
Flp 2,25). En todas estas situaciones se trata del servicio de Dios y de los
hombres. En la celebración litúrgica, la Iglesia es servidora, a imagen
de su Señor, el único "Liturgo" (cf Hb 8,2 y 6), del cual ella participa
en su sacerdocio, es decir, en el culto, anuncio y servicio de la caridad:
Con razón se considera la liturgia como el ejercicio de la función
sacerdotal de Jesucristo en la que, mediante signos sensibles, se significa y
se realiza, según el modo propio de cada uno, la santificación del hombre y,
así, el Cuerpo místico de Cristo, esto es, la Cabeza y sus miembros, ejerce el
culto público. Por ello, toda celebración litúrgica, como obra de Cristo
sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia
cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna
otra acción de la Iglesia (SC 7).
La liturgia como fuente de Vida
1071 La
Liturgia, obra de Cristo, es también una acción de su Iglesia. Realiza y
manifiesta la Iglesia como signo visible de la comunión entre Dios y de los
hombres por Cristo. Introduce a los fieles en la Vida nueva de la comunidad.
Implica una participación "consciente, activa y fructífera" de todos
(SC 11).
1072
"La sagrada liturgia no agota toda la acción de la Iglesia" (SC 9):
debe ser precedida por la evangelización, la fe y la conversión; sólo así puede
dar sus frutos en la vida de los fieles: la Vida nueva según el Espíritu, el
compromiso en la misión de la Iglesia y el servicio de su unidad.
Oración y Liturgia
1073 La
Liturgia es también participación en la oración de Cristo, dirigida al Padre en
el Espíritu Santo. En ella toda oración cristiana encuentra su fuente y su
término. Por la liturgia el hombre interior es enraizado y fundado (cf Ef
3,16-17) en "el gran amor con que el Padre nos amó" (Ef 2,4) en su
Hijo Amado. Es la misma "maravilla de Dios" que es vivida e
interiorizada por toda oración, "en todo tiempo, en el Espíritu" (Ef
6,18)
Catequesis y Liturgia
1074
"La Liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al
mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza" (SC 10). Por tanto,
es el lugar privilegiado de la catequesis del Pueblo de Dios. "La cateq
uesis está intrínsecamente unida a toda la acción litúrgica y sacramental,
porque es en los sacramentos, y sobre todo en la Eucaristía, donde Jesucristo
actúa en plenitud para la transformación de los hombres" (CT 23).
1075 La catequesis
litúrgica pretende introducir en el Misterio de Cristo ( es
"mistagogia"), procediendo de lo visible a lo invisible, del signo a
lo significado, de los "sacramentos" a los "misterios".
Esta modalidad de catequesis corresponde hacerla a los catecismos locales y
regionales. El presente catecismo, que quiere ser un servicio para toda la
Iglesia, en la diversidad de sus ritos y sus culturas (cf SC 3-4), enseña lo
que es fundamental y común a toda la Iglesia en lo que se refiere a la Liturgia
en cuanto misterio y celebración (primera sección), y a los siete sacramentos y
los sacramentales (segunda sección).
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