I Los
sacramentos de Cristo
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"Adheridos a la doctrina de las Santas Escrituras, a las tradiciones
apostólicas y al sentimiento unánime de los Padres", profesamos que
"los sacramentos de la nueva Ley fueron todos instituidos por nuestro
Señor Jesucristo" (DS 1600-1601).
1115 Las
palabras y las acciones de Jesús durante su vida oculta y su ministerio público
eran ya salvíficas. Anticipaban la fuerza de su misterio pascual. Anunciaban y
preparaban aquello que él daría a la Iglesia cuando todo tuviese su
cumplimiento. Los misterios de la vida de Cristo son los fundamentos de lo que
en adelante, por los ministros de su Iglesia, Cristo dispensa en los
sacramentos, porque "lo que era visible en nuestro Salvador ha pasado a
sus misterios" (S. León Magno, serm. 74,2).
1116 Los
sacramentos, como "fuerzas que brotan" del Cuerpo de Cristo (cf Lc
5,17; 6,19; 8,46) siempre vivo y vivificante, y como acciones del Espíritu
Santo que actúa en su Cuerpo que es la Iglesia, son "las obras maestras de
Dios" en la nueva y eterna Alianza.
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