RESUMEN
1187 La
Liturgia es la obra de Cristo total, Cabeza y Cuerpo. Nuestro Sumo Sacerdote la
celebra sin cesar en la Liturgia celestial, con la santa Madre de Dios, los
Apóstoles, todos los santos y la muchedumbre de seres humanos que han entrado
ya en el Reino.
1188 En
una celebración litúrgica, toda la asamblea es "liturgo", cada cual
según su función. El sacerdocio bautismal es el sacerdocio de todo el Cuerpo de
Cristo. Pero algunos fieles son ordenados por el sacramento del Orden
sacerdotal para representar a Cristo como Cabeza del Cuerpo.
1189 La
celebración litúrgica comprende signos y símbolos que se refieren a la creación
(luz, agua, fuego), a la vida humana (lavar, ungir, partir el pan) y a la
historia de la salvación (los ritos de la Pascua). Insertos en el mundo de la
fe y asumidos por la fuerza del Espíritu Santo, estos elementos cósmicos, estos
ritos humanos, estos gestos del recuerdo de Dios se hacen portadores de la
acción salvífica y santificadora de Cristo.
1190 La
Liturgia de la Palabra es una parte integrante de la celebración. El sentido de
la celebración es expresado por la Palabra de Dios que es anunciada y por el
compromiso de la fe que responde a ella.
1191 El
canto y la música están en estrecha conexión con la acción litúrgica. Criterios
para un uso adecuado de ellos son: la belleza expresiva de la oración, la
participación unánime de la asamblea, y el carácter sagrado de la celebración.
1192 Las imágenes sagradas, presentes en nuestras
iglesias y en nuestras casas, están destinadas a despertar y alimentar nuestra
fe en el misterio de Cristo. A través del icono de Cristo y de sus obras de
salvación, es a él a quien adoramos. A través de las sagradas imágenes de la
Santísima Madre de Dios, de los ángeles y de los santos, veneramos a quienes en
ellas son representados.
1193 El domingo, "día del Señor", es el
día principal de la celebración de la Eucaristía porque es el día de la
Resurrección. Es el día
de la Asamblea litúrgica por excelencia, el día de la familia cristiana, el día
del gozo y de descanso del trabajo. El es "fundamento y núcleo de todo el
año litúrgico" (SC 106).
1194 La
Iglesia, "en el círculo del año desarrolla todo el misterio de Cristo,
desde la Encarnación y la Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la
expectativa de la dichosa esperanza y venida del Señor" (SC 102).
1195 Haciendo
memoria de los santos, en primer lugar de la santa Madre de Dios, luego de los
Apóstoles, los mártires y los otros santos, en días fijos del año litúrgico, la
Iglesia de la tierra manifiesta que está unida a la liturgia del cielo;
glorifica a Cristo por haber realizado su salvación en sus miembros
glorificados; su ejemplo la estimula en el camino hacia el Padre.
1196 Los
fieles que celebran la Liturgia de las Horas se unen a Cristo, nuestro Sumo
Sacerdote, por la oración de los salmos, la meditación de la Palabra de Dios,
de los cánticos y de las bendiciones, a fin de ser asociados a su oración
incesante y universal que da gloria al Padre e implora el don del Espíritu
Santo sobre el mundo entero.
1197 Cristo
es el verdadero Templo de Dios, "el lugar donde reside su gloria";
por la gracia de Dios los cristianos son también templos del Espíritu Santo,
piedras vivas con las que se construye la Iglesia.
1198 En
su condición terrena, la Iglesia tiene necesidad de lugares donde la comunidad
pueda reunirse: nuestras iglesias visibles, lugares santos, imágenes de la
Ciudad santa, la Jerusalén celestial hacia la cual caminamos como peregrinos.
1199 En
estos templos, la Iglesia celebra el culto público para gloria de la Santísima
Trinidad; en ellos escucha la Palabra de Dios y canta sus alabanzas, eleva su
oración y ofrece el Sacrificio de Cristo, sacramentalmente presente en medio de
la asamblea. Estas
iglesias son también lugares de recogimiento y de oración personal.
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