IV Quién puede recibir este sacramento
1306 Todo
bautizado, aún no confirmado, puede y debe recibir el sacramento de la
Confirmación (cf [link] CIC can. 889, 1). Puesto que
Bautismo, Confirmación y Eucaristía forman una unidad, de ahí se sigue que
"los fieles tienen la obligación de recibir este sacramento en tiempo
oportuno" ( [link] CIC, can. 890), porque sin la
Confirmación y la Eucaristía el sacramento del Bautismo es ciertamente válido y
eficaz, pero la iniciación cristiana queda incompleta.
1307 La
costumbre latina, desde hace siglos, indica "la edad del uso de
razón", como punto de referencia para recibir la Confirmación. Sin
embargo, en peligro de muerte, se debe confirmar a los niños incluso s i no han
alcanzado todavía la edad del uso de razón (cf [link] CIC can.
891; [link] 893,3).
1308 Si a
veces se habla de la Confirmación como del "sacramento de la madurez
cristiana", es preciso, sin embargo, no confundir la edad adulta de la fe
con la edad adulta del crecimiento natural, ni olvidar que la gracia bautismal
es una gracia de elección gratuita e inmerecida que no necesita una
"ratificación" para hacerse efectiva. Santo Tomás lo recuerda:
La edad del cuerpo no constituye un prejuicio para el alma. Así, incluso en
la infancia, el hombre puede recibir la perfección de la edad espiritual de que
habla la Sabiduría (4,8): `la vejez honorable no es la que dan los muchos días,
no se mide por el número de los años'. Así numerosos niños, gracias a la fuerza
del Espíritu Santo que habían recibido, lucharon valientemente y hasta la
sangre por Cristo (s.th. 3, 72,8,ad 2).
1309 La
preparación para la Confirmación debe tener como meta conducir al cristiano
a una unión más íntima con Cristo, a una familiaridad más viva con el Espíritu
Santo, su acción, sus dones y sus llamadas, a fin de poder asumir mejor las
responsabilidades apostólicas de la vida cristiana. Por ello, la catequesis de
la Confirmación se esforzará por suscitar el sentido de la pertenencia a la
Iglesia de Jesucristo, tanto a la Iglesia universal como a la comunidad
parroquial. Esta última tiene una resp onsabilidad particular en la preparación
de los confirmandos (cf OCf, Praenotanda 3).
1310 Para
recibir la Confirmación es preciso hallarse en estado de gracia. Conviene
recurrir al sacramento de la Penitencia para ser purificado en atención al don
del Espíritu Santo. Hay que prepararse con una oración más intensa para recibir
con docilidad y disponibilidad la fuerza y las gracias del Espíritu Santo (cf
Hch 1,14).
1311 Para
la Confirmación, como para el Bautismo, conviene que los candidatos busquen la
ayuda espiritual de un padrino o de una madrina. Conviene que sea
el mismo que para el Bautismo a fin de subrayar la unidad entre los dos
sacramentos (cf OCf, Praenotanda 5.6; [link] CIC can. 893,
1.2).
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