Artículo 3
La Iglesia, madre y educadora
2030 El cristiano realiza su vocación en la Iglesia, en
comunión con todos los bautizados. De la Iglesia recibe la Palabra de Dios, que contiene las
enseñanzas de la ‘ley de Cristo’ (Ga 6, 2). De la Iglesia recibe la gracia de
los sacramentos que le sostienen en el camino. De la Iglesia aprende el ejemplo
de la santidad; reconoce en la Bienaventurada Virgen María la figura y la
fuente de esa santidad; la discierne en el testimonio auténtico de los que la
viven; la descubre en la tradición espiritual y en la larga historia de los
santos que le han precedido y que la liturgia celebra a lo largo del santoral.
2031 La vida moral es un culto espiritual. Ofrecemos
nuestros cuerpos ‘como una hostia viva, santa, agradable a Dios’ (Rm 12, 1) en
el seno del Cuerpo de Cristo que formamos y en comunión con la ofrenda de su
Eucaristía. En la
liturgia y en la celebración de los sacramentos, plegaria y enseñanza se
conjugan con la gracia de Cristo para iluminar y alimentar el obrar cristiano. La vida moral, como el conjunto de la vida cristiana, tiene
su fuente y su cumbre en el sacrificio eucarístico.
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