RESUMEN
2318 ‘Dios
tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de toda carne de
hombre’ (Jb 12, 10).
2319 Toda
vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte, es sagrada,
pues la persona humana ha sido amada por sí misma a imagen y semejanza del Dios
vivo y santo.
2320 Causar
la muerte a un ser humano es gravemente contrario a la dignidad de la persona y
a la santidad del Creador.
2321 La
prohibición de causar la muerte no suprime el derecho de impedir que un injusto
agresor cause daño. La legítima defensa es un deber grave para quien es
responsable de la vida de otro o del bien común.
2322 Desde
su concepción, el niño tiene el derecho a la vida. El aborto directo, es decir,
buscado como un fin o como un medio, es una práctica infame (cf GS 27, 3),
gravemente contraria a la ley moral. La Iglesia sanciona con pena canónica de
excomunión este delito contra la vida humana.
2323 Porque
ha de ser tratado como una persona desde su concepción, el embrión debe ser
defendido en su integridad, atendido y cuidado médicamente como cualquier otro
ser humano.
2324 La
eutanasia voluntaria, cualesquiera que sean sus formas y sus motivos,
constituye un homicidio. Es gravemente contraria a la dignidad de la persona
humana y al respeto del Dios vivo, su Creador.
2325 El
suicidio es gravemente contrario a la justicia, a la esperanza y a la caridad.
Está prohibido por el quinto mandamiento.”
2326 El
escándalo constituye una falta grave cuando por acción u omisión se induce
deliberadamente a otro a pecar.”
2327 A
causa de los males y de las injusticias que ocasiona toda guerra, debemos hacer
todo lo que es razonablemente posible para evitarla. La Iglesia implora así:
‘del hambre, de la peste y de la guerra, líbranos Señor’.
2328 La
Iglesia y la razón humana afirman la validez permanente de la ley moral durante
los conflictos armados. Las prácticas deliberadamente contrarias al derecho de gentes y a sus
principios universales son crímenes.
2329 ‘La carrera de armamentos es una plaga
gravísima de la humanidad y perjudica a los pobres de modo intolerable’ (GS 81,
3).
2330 ‘Bienaventurados los que construyen la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios’ (Mt 5, 9).
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