RESUMEN
2450 ‘No robarás’ (Dt 5, 19). ‘Ni los ladrones,
ni los avaros..., ni los rapaces heredarán el Reino de Dios’ (1Co 6, 10).
2451 El séptimo mandamiento prescribe la práctica
de la justicia y de la caridad en el uso de los bienes terrenos y de los frutos
del trabajo de los hombres.
2452 Los
bienes de la creación están destinados a todo el género humano. El derecho a la
propiedad privada no anula el destino universal de los bienes.
2453 El
séptimo mandamiento prohíbe el robo. El robo es la usurpación del bien ajeno
contra la voluntad razonable de su dueño.
2454 Toda
manera de tomar y de usar injustamente un bien ajeno es contraria al séptimo
mandamiento. La injusticia cometida exige reparación. La justicia conmutativa
impone la restitución del bien robado.
2455 La
ley moral prohíbe los actos que, con fines mercantiles o totalitarios, llevan a
esclavizar a los seres humanos, a comprarlos, venderlos y cambiarlos como si
fueran mercaderías.”
2456. “El dominio, concedido por el Creador, sobre los
recursos minerales, vegetales y animales del universo, no puede ser separado
del respeto de las obligaciones morales frente a todos los hombres, incluidos
los de las generaciones venideras.
2457 Los
animales están confiados a la administración del hombre que les debe
benevolencia. Pueden servir a la justa satisfacción de las necesidades del
hombre.
2458 La
Iglesia pronuncia un juicio en materia económica y social cuando lo exigen los
derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas. Cuida del
bien común temporal de los hombres en razón de su ordenación al supremo Bien,
nuestro fin último.
2459 El
hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económica y social. El
punto decisivo de la cuestión social estriba en que los bienes creados por Dios
para todos lleguen de hecho a todos, según la justicia y con la ayuda de la
caridad.
2460 El
valor primordial del trabajo atañe al hombre mismo que es su autor y su
destinatario. Mediante su trabajo, el hombre participa en la obra de la
creación. Unido a Cristo, el trabajo puede ser redentor.
2461 El
desarrollo verdadero es el del hombre en su integridad. Se trata de hacer
crecer la capacidad de cada persona a fin de responder a su vocación y, por lo
tanto, a la llamada de Dios (cf CA 29).
2462 La
limosna hecha a los pobres es un testimonio de caridad fraterna; es también una
práctica de justicia que agrada a Dios.
2463 En
la multitud de seres humanos sin pan, sin techo, sin patria, hay que reconocer
a Lázaro, el mendigo hambriento de la parábola (cf 16, 19-31). En dicha
multitud hay que oír a Jesús que dice: ‘Cuanto dejasteis de hacer con uno de
éstos, también conmigo dejasteis de hacerlo’ (Mt 25, 45).
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