I Vivir
en la verdad
2465 El
Antiguo Testamento lo proclama: Dios es fuente de toda verdad. Su
Palabra es verdad (cf Pr
8, 7; 2 S 7, 28). Su ley es verdad (cf Sal 119, 142). ‘Tu verdad, de
edad en edad’ (Sal 119, 90; Lc 1, 50). Puesto que Dios es el ‘Veraz’ (Rm 3, 4), los miembros de su pueblo son
llamados a vivir en la verdad (cf Sal 119, 30).
2466 En Jesucristo la verdad de Dios se
manifestó en plenitud. ‘Lleno de gracia y de verdad’ (Jn 1, 14), él es la ‘luz
del mundo’ (Jn 8, 12), la Verdad (cf Jn 14, 6). El que cree en él, no permanece
en las tinieblas (cf Jn 12, 46). El discípulo de Jesús, ‘permanece en su
palabra’, para conocer ‘la verdad que hace libre’ (cf Jn 8, 31-32) y que
santifica (cf Jn 17, 17). Seguir a Jesús es vivir del ‘Espíritu de verdad’ (Jn
14, 17) que el Padre envía en su nombre (cf Jn 14, 26) y que conduce ‘a la
verdad completa’ (Jn 16, 13). Jesús enseña a sus discípulos el amor
incondicional de la verdad: ‘Sea vuestro lenguaje: «sí, sí»; «no, no»’ (Mt 5,
37).
2467 El
hombre busca naturalmente la verdad. Está obligado a honrarla y atestiguarla:
‘Todos los hombres, conforme a su dignidad, por ser personas..., se ven
impulsados, por su misma naturaleza, a buscar la verdad y, además, tienen la
obligación moral de hacerlo, sobre todo con respecto a la verdad religiosa.
Están obligados también a adherirse a la verdad una vez que la han conocido y a
ordenar toda su vida según sus exigencias’ (DH 2).
2468 La
verdad como rectitud de la acción y de la palabra humana, tiene por nombre veracidad,
sinceridad o franqueza. La verdad o
veracidad es la virtud que consiste en mostrarse veraz en los propios actos y
en decir verdad en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la
hipocresía.
2469 ‘Los
hombres no podrían vivir juntos si no tuvieran confianza recíproca, es
decir, si no se manifestasen la verdad’ (S. Tomás de Aquino, s. th. 2-2,
109, 3 ad 1). La virtud de la veracidad da justamente al prójimo lo que le es
debido; observa un justo medio entre lo que debe ser expresado y el secreto que
debe ser guardado: implica la honradez y la discreción. En justicia, ‘un hombre
debe honestamente a otro la manifestación de la verdad’ (S. Tomás de Aquino, s.
th. 2-2, 109, 3).
2470 El
discípulo de Cristo acepta ‘vivir en la verdad’, es decir, en la simplicidad de
una vida conforme al ejemplo del Señor y permaneciendo en su Verdad. ‘Si
decimos que estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no
obramos conforme a la verdad’ (1 Jn 1, 6).
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