III La confianza filial
2734 La
confianza filial se prueba en la tribulación (cf. Rm 5, 3-5), particularmente
cuando se ora pidiendo para sí o para los demás. Hay quien deja de orar
porque piensa que su oración no es escuchada. A este respecto se plantean dos
cuestiones: Por qué la oración de petición no ha sido escuchada; y cómo la
oración es escuchada o "eficaz".
Queja por la oración no escuchada
2735 He
aquí una observación llamativa: cuando alabamos a Dios o le damos gracias por
sus beneficios en general, no estamos preocupados por saber si esta oración le
es agradable. Por el contrario, cuando pedimos, exigimos ver el resultado.
¿Cuál es entonces la imagen de Dios presente en este modo de orar: Dios como
medio o Dios como el Padre de Nuestro Señor Jesucristo?
2736
¿Estamos convencidos de que "nosotros no sabemos pedir como conviene"
(Rm 8, 26)? ¿Pedimos a Dios los "bienes convenientes"? Nuestro Padre
sabe bien lo que nos hace falta antes de que nosotros se lo pidamos (cf. Mt 6,
8) pero espera nuestra petición porque la dignidad de sus hijos está en su
libertad. Por tanto es necesario orar con su Espíritu de libertad, para poder
conocer en verdad su deseo (cf Rm 8, 27).
2737
"No tenéis porque no pedís. Pedís y no recibís porque pedís mal, con la
intención de malgastarlo en vuestras pasiones" (St 4, 2-3; cf. todo el
contexto St 4, 1-10; 1, 5-8; 5, 16). Si pedimos con un corazón dividido,
"adúltero" (St 4, 4), Dios no puede escucharnos porque él quiere
nuestro bien, nuestra vida. "¿Pensáis
que la Escritura dice en vano: Tiene deseos ardientes el espíritu que El ha
hecho habitar en nosotros" (St 4,5)? Nuestro Dios está "celoso"
de nosotros, lo que es señal de la verdad de su amor. Entremos en el deseo de
su Espíritu y seremos escuchados:
No te aflijas si no recibes de
Dios inmediatamente lo que pides: es él quien quiere hacerte más bien todavía
mediante tu perseverancia en permanecer con él en oración (Evagrio, or. 34). El
quiere que nuestro deseo sea probado en la oración. Así nos dispone para
recibir lo que él está dispuesto a darnos (San Agustín, ep. 130, 8, 17).
La oración es eficaz
2738 La revelación de la oración en la
economía de la salvación enseña que la fe se apoya en la acción de Dios en la
historia. La confianza filial es suscitada por medio de su acción por
excelencia: la Pasión y la Resurrección de su Hijo. La oración cristiana es
cooperación con su Providencia y su designio de amor hacia los hombres.
2739 En San Pablo, esta confianza es audaz (cf
Rm 10, 12-13), basada en la oración del Espíritu en nosotros y en el amor fiel
del Padre que nos ha dado a su Hijo único (cf Rm 8, 26-39). La
transformación del corazón que ora es la primera respuesta a nuestra petición.
2740 La
oración de Jesús hace de la oración cristiana una petición eficaz. El es su modelo. El ora en nosotros y con
nosotros. Puesto que el corazón del Hijo no busca más que lo que agrada al
Padre, ¿cómo el de los hijos de adopción se apegaría más a los dones que al
Dador?.
2741 Jesús ora también por nosotros, en
nuestro lugar y favor nuestro. Todas nuestras peticiones han sido recogidas una
vez por todas en sus Palabras en la Cruz; y escuchadas por su Padre en la
Resurrección: por eso no deja de interceder por nosotros ante el Padre (cf Hb
5, 7; 7, 25; 9, 24). Si nuestra oración está resueltamente unida a la de Jesús,
en la confianza y la audacia filial, obtenemos todo lo que pidamos en su
Nombre, y aún más de lo que pedimos: recibimos al Espíritu Santo, que contiene
todos los dones.
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