RESUMEN
2752 La oración supone un esfuerzo y una lucha
contra nosotros mismos y contra las astucias del Tentador. El combate de la oración es inseparable del "combate
espiritual" necesario para actuar habitualmente según el Espíritu de
Cristo: Se ora como se vive porque se vive como se ora.
2753 En
el combate de la oración debemos hacer frente a concepciones erróneas, a
diversas corrientes de menta lidad, a la experiencia de nuestros fracasos. A
estas tentaciones que ponen en duda la utilidad o la posibilidad misma de la
oración conviene responder con humildad, confianza y perseverancia.
2754 Las dificultades principales en el ejercicio
de la or ación son la distracción y la sequedad. El remedio está en la fe, la conversión y la
vigilancia del corazón.
2755 Dos
tentaciones frecuentes amenazan la oración: la falta de fe y la acedia que es
una forma de depresión debida al relajamiento de la ascesis y que lleva al
desaliento.
2756 La
confianza filial se pone a prueba cuando tenemos el sentimiento de no ser
siempre escuchados. El Evangelio nos invita a conformar nuestra oración al
deseo del Espíritu.
2757 "Orad
continuamente" (1 Ts 5, 17). Orar es siempre posible . Es incluso una
necesidad vital. Oración
y vida cristiana son inseparables.
2758 La oración de la "hora de Jesús",
llamada rectamente "oración sacerdotal" (cf Jn 17), recapitula toda
la Economía de la creación y de la salvación. Inspira las grandes peticiones del
"Padre Nuestro".
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