Artículo
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LA REVELACIÓN DE DIOS
I Dios revela su designio amoroso
51 "Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a sí
mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres,
por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu
Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina" (DV 2).
52 Dios, que "habita una luz inaccesible" (1
Tm 6,16) quiere comunicar su propia vida divina a los hombres libremente
creados por él, para hacer de ellos, en su Hijo único, hijos adoptivos (cf. Ef
1,4-5). Al
revelarse a sí mismo, Dios quiere hacer a los hombres capaces de responderle,
de conocerle y de amarle más allá de lo que ellos serían capaces por sus
propias fuerzas.
53 El designio divino de la revelación se realiza a la vez
"mediante acciones y palabras", íntimamente ligadas entre sí y que se
esclarecen mutuamente (DV 2). Este
designio comporta una "pedagogía divina" particular: Dios se comunica
gradualmente al hombre, lo prepara por etapas para acoger la Revelación
sobrenatural que hace de sí mismo y que culminará en la Persona y la misión del
Verbo encarnado, Jesucristo.
S. Ireneo de Lyon habla en varias ocasiones
de esta pedagogía divina bajo la imagen de un mutuo acostumbrarse entre Dios y
el hombre: "El Verbo de Dios ha habitado en el hombre y se ha hecho Hijo
del hombre para acostumbrar al hombre a comprender a Dios y para acostumbrar a
Dios a habitar en el hombre, según la voluntad del Padre" (haer. 3,20,2; cf. por
ejemplo 17,1; 4,12,4; 21,3).
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