Artículo 2
CREEMOS
166 La fe es un acto personal: la respuesta
libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Pero la fe no es un
acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha
dado la fe a sí mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo. El creyente ha
recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús
y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la
gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de
los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros.
167 "Creo" (Símbolo de los
Apóstoles): Es la fe de la Iglesia profesada personalmente por cada creyente,
principalmente en su bautismo. "Creemos" (Símbolo de
Nicea-Constantinopla, en el original griego): Es la fe de la Iglesia confesada
por los obispos reunidos en Concilio o, más generalmente, por la asamblea
litúrgica de los creyentes. "Creo", es también la Iglesia, nuestra
Madre, que responde a Dios por su fe y que nos enseña a decir:
"creo", "creemos".
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