IV ¿Dónde celebrar?
1179 El
culto "en espíritu y en verdad" (Jn 4,24) de la Nueva Alianza no está
ligado a un lugar exclusivo. Toda la tierra es santa y ha sido confiada a los
hijos de los hombres. Cuando los fieles se reúnen en un mismo lugar, lo
fundamental es que ellos son las "piedras vivas", reunidas para
"la edificación de un edificio espiritual" (1 P 2,4-5). El Cuerpo de
Cristo resucitado es el templo espiritual de donde brota la fuente de agua
viva. Incorporados a Cristo por el Espíritu Santo, "somos el templo de
Dios vivo" (2 Co 6,16).
1180 Cuando
el ejercicio de la libertad religiosa no es impedido (cf DH 4), los cristianos
construyen edificios destinados al culto divino. Estas iglesias visibles no son simples lugares de
reunión, sino que significan y manifiestan a la Iglesia que vive en ese lugar,
morada de Dios con los hombres reconciliados y unidos en Cristo.
1181
"En la casa de oración se celebra y se reserva la sagrada Eucaristía, se
reúnen los fieles y se venera para ayuda y consuelo los fieles la presencia del
Hijo de Dios, nuestro Salvador, ofrecido por nosotros en el altar del
sacrificio. Debe ser hermosa y apropiada para la oración y para las
celebraciones sagradas" (PO 5; cf SC 122-127). En esta "casa de Dios", la verdad y la
armonía de los signos que la constituyen deben manifestar a Cristo que está
presente y actúa en este lugar (cf SC 7):
1182 El altar
de la Nueva Alianza es la Cruz del Señor (cf Hb 13,10), de la que manan los
sacramentos del Misterio pascual. Sobre el altar, que es el centro de la
Iglesia, se hace presente el sacrificio de la cruz bajo los signos
sacramentales. El altar es también la mesa del Señor, a la que el Pueblo de
Dios es invitado (cf IGMR 259). En algunas liturgias orientales, el altar es
también símbolo del sepulcro (Cristo murió y resucitó verdaderamente).
1183 El tabernáculo
debe estar situado "dentro de las iglesias en un lugar de los más dignos
con el mayor honor" (MF). La nobleza, la disposición y la seguridad del
tabernáculo eucarístico (SC 128) deben favorecer la adoración del Señor
realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar.
El Santo Crisma (Myron), cuya unción es signo sacramental del sello
del don del Espíritu Santo, es tradicionalmente conservado y venerado en un
lugar seguro del santuario. Se puede
colocar junto a él el óleo de los catecúmenos y el de los enfermos.
1184 La sede
del obispo (cátedra) o del sacerdote "debe significar su oficio de
presidente de la asamblea y director de la oración" (IGMR 271).
El ambón: "La dignidad de la Palabra de Dios exige que en la
iglesia haya un sitio reservado para su anuncio, hacia el que, durante la
liturgia de la Palabra, se vuelva espontáneamente la atención de los
fieles" (IGMR 272).
1185 La
reunión del pueblo de Dios comienza por el Bautismo; por tanto, el templo debe
tener lugar apropiado para la celebración del Bautismo y favorecer el
recuerdo de las promesas del bautismo (agua bendita).
La renovación de la vida
bautismal exige la penitencia. Por tanto el templo debe estar preparado
para que se pueda expresar el arrepentimiento y la recepción del perdón, lo
cual exige asimismo un lugar apropiado.
El templo también debe ser un espacio que invite al recogimiento y a la
oración silenciosa, que prolonga e interioriza la gran plegaria de la
Eucaristía.
1186
Finalmente, el templo tiene una significación escatológica. Para entrar en la
casa de Dios ordinariamente se franquea un umbral, símbolo del paso
desde el mundo herido por el pecado al mundo de la vida nueva al que todos los
hombres son llamados. La Iglesia visible simboliza la casa paterna hacia la
cual el pueblo de Dios está en marcha y donde el Padre "enjugará toda
lágrima de sus ojos" (Ap 21,4). Por eso también la Iglesia es la casa de todos
los hijos de Dios, ampliamente abierta y acogedora.
|