Artículo
3
LA SAGRADA ESCRITURA
I Cristo, palabra única de la Sagrada
Escritura
101 En la condescendencia de su bondad, Dios, para
revelarse a los hombres, les habla en palabras humanas: "La palabra de
Dios, expresada en lenguas humanas, se hace semejante al lenguaje humano, como
la Palabra del eterno Padre asumiendo nuestra débil condición humana, se hizo
semejante a los hombres " (DV 13).
102 A través de todas las palabras de la Sagrada
Escritura, Dios dice sólo una palabra, su Verbo único, en quien él se dice en
plenitud (cf. Hb 1,1-3):
Recordad que es una misma Palabra de Dios la
que se extiende en todas las escrituras, que es un mismo Verbo que resuena en
la boca de todos los escritores sagrados, el que, siendo al comienzo Dios junto
a Dios, no necesita sílabas porque no está sometido al tiempo (S. Agustín,
Psal. 103,4,1).
103 Por esta razón, la Iglesia ha venerado siempre las
divinas Escrituras como venera también el Cuerpo del Señor. No cesa de presentar
a los fieles el Pan de vida que se distribuye en la mesa de la Palabra de Dios
y del Cuerpo de Cristo (cf. DV 21).
104 En la Sagrada Escritura, la Iglesia encuentra sin
cesar su alimento y su fuerza (cf. DV 24), porque, en ella, no recibe solamente
una palabra humana, sino lo que es realmente: la Palabra de Dios (cf. 1 Ts
2,13). "En los libros sagrados, el Padre que está en el cielo sale
amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos" (DV 21).
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