Parte. Capítulo

 1      I.     1| caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto y
 2      I.    12|       corona grabada en el mesmo árbol, como si más claramente
 3      I.    29|          que, como trofeo, de un árbol estaban pendientes, y, requiriendo
 4      I.    35|         arrendar su caballo a un árbol, a cuyo tronco se dejó caer,
 5      I.    39|          a poco más que pasó del árbol ya había pasado su ánima
 6      I.    41|         con una cortaron nuestro árbol por medio, y dieron con
 7      I.    51|          de arroyo, ni sombra de árbol que no esté ocupada de algún
 8     II.     3|        no se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios.~ ~ -
 9     II.    10|          sentándose al pie de un árbol, comenzó a hablar consigo
10     II.    14|          que tenía arrimada a un árbol, era grandísima y gruesa,
11     II.    16|        coronan con las hojas del árbol a quien no ofende el rayo,
12     II.    29|         orilla a un tronco de un árbol que en la ribera estaba.
13     II.    32|           y de los «quien a buen árbol se arrima, buena sombra
14     II.    32|      andante sin dama es como el árbol sin hojas, el edificio sin
15     II.    35|        ajos, y amarraros he a un árbol, desnudo como vuestra madre
16     II.    35|         me amarrará desnudo a un árbol y me doblará la parada de
17     II.    60|         yendo a arrimarse a otro árbol, sintió que le tocaban en
18     II.    60|          de miedo; acudió a otro árbol, y sucedióle lo mesmo. Dio
19     II.    60|           su lanza arrimada a un árbol, y, finalmente, sin defensa
20     II.    60|   Admiróle ver lanza arrimada al árbol, escudo en el suelo, y a
21     II.    66|          armas colgadas de algún árbol, en lugar de un ahorcado,
22     II.    66|       amo, que a la sombra de un árbol le estaba esperando.~ ~ ~ ~
23     II.    67|        de caído. A la sombra del árbol estaba, como se ha dicho,
24     II.    68|        Benengeli no distingue el árbol que era), al son de sus
25     II.    73|         versos, y que no dejemos árbol, por duro que sea, donde