Parte. Capítulo

 1      I.     3|    desgracia sucediese. Y así, llegándose a él, se desculpó de la
 2      I.     4|  respuesta en las costillas. Y llegándose a él, tomó la lanza y, después
 3      I.    13|        que los acompañaban. En llegándose a juntar se saludaron cortésmente
 4      I.    17|      Púsose luego a caballo y, llegándose a un rincón de la venta,
 5      I.    19|       pudo ver don Quijote; y, llegándose a él, le puso la punta del
 6      I.    20|        lo dije por tanto.~ ~ Y llegándose a él, puso la una mano en
 7      I.    28|     esto se acabó en un punto, llegándose uno donde se atropellaron
 8      I.    37|   mostró recebir pesadumbre; y llegándose a la que en el traje parecía
 9      I.    44|        de los caminantes, que, llegándose a él, le preguntaron qué
10     II.    11| hinchadas; el cual moharracho, llegándose a don Quijote, comenzó a
11     II.    12|       ser caballero andante; y llegándose a Sancho, que dormía, le
12     II.    17|       replicó el hidalgo.~ ~ Y llegándose a don Quijote, que estaba
13     II.    19|   Sentóse cansado Corchuelo, y llegándose a él Sancho, le dijo:~ ~ -
14     II.    30|        último dél vio gente, y llegándose cerca, conoció que eran
15     II.    41|     siglos, si los viviera; y, llegándose don Quijote a Sancho, al
16     II.    46|       Don Quijote, que lo vio, llegándose a ellas, dijo:~ ~ -Ya sé
17     II.    52|       cabeza, y la una dellas, llegándose a don Quijote, se le echó
18     II.    53|       que allí se hallaban, y, llegándose al rucio, le abrazó y le
19     II.    55|        le detuvo, y no cayó; y llegándose algo más cerca, sin apearse,
20     II.    56|   lista de sus trofeos; y así, llegándose a él bonitamente sin que
21     II.    56|       la plaza del castillo, y llegándose a Tosilos, le dijo:~ ~ -¿
22     II.    64|      resplandeciente; el cual, llegándose a trecho que podía ser oído,
23     II.    68|      iba creciendo el ruido, y llegándose cerca a los dos temerosos:
24     II.    69|       de través un ministro, y llegándose a Sancho, le echó una ropa