Parte. Capítulo

 1      I.     4|        dichoso, pareciéndole que aquélla era propia desgracia de
 2      I.    12|       hija de Guillermo el rico, aquélla que se anda en hábito de
 3      I.    12|          era aquél y qué pastora aquélla; a lo cual Pedro respondió
 4      I.    18|        la del vizcaíno, y aun de aquélla salió vuestra merced con
 5      I.    19|          imaginación al vivo que aquélla era una de las aventuras
 6      I.    27|    reconociéndole, les dijo como aquélla era la entrada, y que bien
 7      I.    28|     Luscinda podía contender con aquélla. Los luengos y rubios cabellos
 8      I.    28|       que por el mesmo camino de aquélla podría verme otras noches,
 9      I.    30|       leído tan linda carta como aquélla.~ ~ -Y ¿tiénesla todavía
10      I.    32|            yo no sé qué gente es aquélla tan desalmada y tan sin
11      I.    44|   preguntó qué venida había sido aquélla. Y en tanto que le hacía
12      I.    45|         que ésta no es bacía, ni aquélla albarda; mas como veo que
13      I.    47|      buena, que también lo sería aquélla, pues podría ser fuesen
14      I.    49|     dueña con tocas reverendas: «Aquélla, nieto, se parece a la dueña
15      I.    52|       Advierta, mal haya yo, que aquélla es procesión de diciplinantes,
16     II.     7|         ésta o entristecerse con aquélla, como las leyes de su amistad
17     II.    20|     había parecido tan bien como aquélla.~ ~ También le pareció bien
18     II.    30|       entender a don Quijote ser aquélla alguna gran señora, que
19     II.    31|        tan digna de respeto como aquélla? ¿Tiempos eran aquéllos
20     II.    33|        labradora la juzgué; y si aquélla era Dulcinea, no ha de estar
21     II.    44| infinitas aventuras semejantes a aquélla, de ventanas, rejas y jardines,
22     II.    62|    componer en ésta, enmendar en aquélla, y, finalmente, toda aquella
23     II.    63|       gobierno, y confirmóse que aquélla era su hija, la cual ya
24     II.    67|    siempre de noche, y así, pasó aquélla durmiendo, y su amo velando.~ ~ ~ ~