Parte. Capítulo

 1      I.     1|       hinque de rodillas ante mi dulce señora, y diga con voz humilde
 2      I.     2|      lenguas habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida
 3      I.    11|        estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras
 4      I.    13|           con aquel progreso tan dulce y tan suave de sus amorosos
 5      I.    13|        Yo no podré afirmar si la dulce mi enemiga gusta, o no,
 6      I.    22|  gravísima, altisonante, mínima, dulce e imaginada historia, que
 7      I.    25|          perturben jamás vuestro dulce sosiego, que me ayudéis
 8      I.    25|   alcornoque; con cuya respuesta dulce y melificada volveré por
 9      I.    27|          algún otro instrumento, dulce y regaladamente sonaba,
10      I.    33|    soltero, habían alcanzado tan dulce nombre como el de ser llamados
11      I.    34|     noche, cuando~ ~ ~ ~Ocupa el dulce sueño a los mortales,~ ~ ~ ~
12      I.    43| proseguían en esta manera:~ ~ ~ -Dulce esperanza mía~ ~ ~ ~Que,
13      I.    43|          aquella ausente enemiga dulce mía de dárosla encontinente,
14      I.    50|          entretiene los oídos el dulce y no aprendido canto de
15     II.    18|    habéis traído a la memoria la dulce prenda de mi mayor amargura!~ ~
16     II.    38|     acuerdo, decían:~ ~ ~ ~De la dulce mi enemiga~ ~ ~ ~nace un
17     II.    39|          amargo desta hasta aquí dulce historia.~ ~ -Y ¡cómo si
18     II.    44|              Que a la que es más dulce iguala,~ ~ ~ ~Y soy de disposición~ ~ ~ ~
19     II.    45|      mundo, ojo del cielo, meneo dulce de las cantimploras, Timbrio
20     II.    54|         peregrinos sepultados en dulce sueño, y Ricote, sin tropezar
21     II.    54|        que suele decirse: que es dulce el amor de la patria. Salí,
22     II.    60|    habiéndose enterado que ya su dulce esposo no vivía, rompió
23     II.    70|       cuales pasaron una larga y dulce plática, en la cual dijo