Parte. Capítulo

 1      I.    Pr|      apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos,
 2      I.     3|      porque no todas veces en los campos y desiertos donde se combatían
 3      I.    10|       yerbas que hallaban por los campos, que ellos conocían, y yo
 4      I.    12|        andan requebrando por esos campos; uno de los cuales, como
 5      I.    13|       cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos
 6      I.    14|          escogí la soledad de los campos: los árboles destas montañas
 7      I.    18|           que pisan los masílicos campos; los que criban el finísimo
 8      I.    18|           que pisan los tartesios campos, de pastos abundantes; los
 9      I.    20|       cabras, se encaminó por los campos de Extremadura, para pasarse
10      I.    27|      decirse que por las selvas y campos se hallan pastores de voces
11      I.    50|         halla entre unos floridos campos; con quien los Elíseos no
12     II.     1|       caballero que duerma en los campos, sujeto al rigor del cielo,
13     II.     8|           otras comenzaron en los campos de Montiel, y no es mucho
14     II.    11|       verde yerba de que aquellos campos abundaban. De su embelesamiento
15     II.    19|           andantes dormir por los campos y florestas antes que en
16     II.    23|           por aquellos amenísimos campos iban saltando y brincando
17     II.    35|           sendas por los hermosos campos de mis mejillas. Muévate,
18     II.    35|        será llevada a los elíseos campos, donde estará esperando
19     II.    35|            las florecillas de los campos se descollaban y erguían,
20     II.    67|          no buenos deseos por los campos como por las ciudades, y
21     II.    73| entretenerse en la soledad de los campos, donde a rienda suelta podía
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