Parte. Capítulo

 1      I.     9|           los papeles rotos de las calles, llevado desta mi natural
 2      I.    20|         así, te ruego, Sancho, que calles; que Dios , que me ha puesto
 3      I.    25|           Por tu vida, Sancho, que calles, y de aquí adelante entremétete
 4      I.    28|            para no salirme por las calles dando voces, publicando
 5     II.    Pr|        aullidos, no paraba en tres calles. Sucedió, pues, que entre
 6     II.     5| maldicientes, que los hay por esas calles a montones, como enjambres
 7     II.     6|           irse a predicar por esas calles, y que, con todo esto, dé
 8     II.     8|         aquí y allí, barriendo las calles. Pues a fe de bueno que
 9     II.     9|           me deje buscar por estas calles o callejuelas que se me
10     II.    16|       manoseada, ni traída por las calles, ni publicada por las esquinas
11     II.    20|            que sea así, quiero que calles y vengas; que ya los instrumentos
12     II.    26|            los muchachos, por esas calles. Trata de la libertad que
13     II.    26|         azotes, llevándole por las calles acostumbradas de la ciudad,~ ~ ~ ~
14     II.    48|       muchachos le corrían por las calles; y por esto, y porque él
15     II.    49|         había más que ver, y pocas calles andadas del lugar, sintieron
16     II.    49|           en él en la mitad de las calles?~ ~ -Sosegaos, hombre de
17     II.    49|            de noche, ni sé qué son calles, plazas ni templos, ni aún
18     II.    49|       extendía a más que a ver las calles de este lugar.~ ~ Y acabó
19     II.    53|         ardiendo! ¡Trinchéense las calles con colchones!~ ~ En fin,
20     II.    55|           la hallé: con las mismas calles, casas y tejados que tenía
21     II.    56|            ordinario Amor por esas calles, no quiso perder la ocasión