Parte. Capítulo

 1      I       |      servicio y granjerías del vulgo, he determinado de sacar
 2      I.    Pr|  antiguo legislador que llaman vulgo cuando vea que, al cabo
 3      I.    Pr|        que en el mundo y en el vulgo tienen los libros de caballerías,
 4      I.    25|        de aquí tomó ocasión el vulgo ignorante y mal intencionado
 5      I.    33|     porque no pareciese mal al vulgo ocioso y a los ojos vagabundos
 6      I.    48| confuso juicio del desvanecido vulgo, a quien por la mayor parte
 7      I.    48|    cabeza, y, con todo eso, el vulgo las oye con gusto, y las
 8      I.    48|       porque así las quiere el vulgo, y no de otra manera, y
 9      I.    48|        como prudentes, así del vulgo como de los escogidos, y
10      I.    48|     que no está la falta en el vulgo, que pide disparates, sino
11      I.    49|        quien da ocasión que el vulgo ignorante venga a creer
12     II.     2|        qué opinión me tiene el vulgo, en qué los hidalgos y en
13     II.     2|     que digo -dijo - es que el vulgo tiene a vuesa merced por
14     II.    13|     bien hecha, suele decir el vulgo: «¡Oh hi de puta, puto,
15     II.    16|     truhanes, ni del ignorante vulgo, incapaz de conocer ni estimar
16     II.    16|       señor, que yo llamo aquí vulgo solamente a la gente plebeya
17     II.    16|       debe entrar en número de vulgo; y así, el que con los requisitos
18     II.    43|     sobre quien tiene poder el vulgo y el uso.~ ~ -En verdad,
19     II.    58|    misma suerte; y esto que el vulgo suele llamar comúnmente
20     II.    62|        más adelante, porque el vulgo ignorante no se escandalizase;