Parte. Capítulo

 1      I.     8|       daban en el rostro, ni el canto de las aves, que, muchas
 2      I.    11| escuchado a deshoras~ ~ ~ ~y al canto del gallo primo.~ ~ ~ ~
 3      I.    11|         dio el cabrero fin a su canto; y aunque don Quijote le
 4      I.    14|    sentible arrullar; el triste canto~ ~ ~ ~del envidiado búho,
 5      I.    14|      con el peso terrible de su canto;~ ~ ~ ~Ticio traya su buitre,
 6      I.    27|    confusión primera.~ ~ ~ ~ El canto se acabó con un profundo
 7      I.    43|         y nuevo tono torna a su canto.~ ~ -Sea en buen hora -respondió
 8      I.    43|     saber la causa de tan suave canto y de tan triste lloro; y
 9      I.    50|         el dulce y no aprendido canto de los pequeños, infinitos
10     II.    Pr|         de losa de mármol, o un canto no muy liviano, y en topando
11     II.    Pr|         mucho su dueño. Bajó el canto, dióle en la cabeza, alzó
12     II.    Pr|          y así, no soltó más el canto. Quizá de esta suerte le
13     II.    12|        su corazón, dio fin a su canto el Caballero del Bosque,
14     II.    26|       lo más acertado; sigue tu canto llano, y no te metas en
15     II.    44|    despertase, en vano sería mi canto si duerme y no despierta
16     II.    44|        en que no querría que mi canto descubriese mi corazón,
17     II.    44|   llaman.~ ~ ~ ~Aquí dio fin el canto de la malferida Altisidora,
18     II.    46|       llegaba don Quijote de su canto, a quien estaban escuchando
19     II.    54|        era limosna la que en su canto pedían; y como él, según
20     II.    67| escuridad de la noche, gusto el canto, alegría el lloro, Apolo
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