Parte. Capítulo

 1      I.     1|       poniéndole unas barras de hierro por de dentro, de tal manera,
 2      I.     8|       de lanza, y puso en él el hierro que quitó de la que se le
 3      I.    11|         en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase
 4      I.    14|               celos! ponedme un hierro en estas manos.~ ~ ~ ~Dame,
 5      I.    18|       de rubias espigas; los de hierro vestidos, reliquias antiguas
 6      I.    20|         en esta nuestra edad de hierro, para resucitar en ella
 7      I.    20|         en esta nuestra edad de hierro para resucitar en ella la
 8      I.    22|   cuentas en una gran cadena de hierro, por los cuellos, y todos
 9      I.    26|     zapatos con siete suelas de hierro? Aunque no le valieron tretas
10      I.    33|         por entre las verjas de hierro gocen de su fragrancia y
11      I.    40|              Entre el muro y el hierro, os va adquiriendo~ ~ ~ ~
12     II.     2|       serían tenidas por más de hierro que la nuestra, que entiendo
13     II.     6| predicar en desierto y majar en hierro frío. Con todo esto, entre
14     II.     8|     descalzos, cuyas cadenas de hierro con que ceñían y atormentaban
15     II.    13|     dijo que aquel vino sabía a hierro; el segundo dijo que más
16     II.    13|         hubiese tomado sabor de hierro ni de cordobán. Con todo
17     II.    14|    grandísima y gruesa, y de un hierro acerado de más de un palmo.~ ~
18     II.    21|      sino por un cañón hueco de hierro que, lleno de sangre, en
19     II.    66|     arrobas, se pusiese seis de hierro a cuestas, y así se igualarían
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