Parte. Capítulo

 1      I.    14|           incendio de su abrasada Roma, o a pisar arrogante este
 2      I.    16|         llana de cogote, de nariz roma, del un ojo tuerta y del
 3      I.    49|          tuvo Lusitania, un César Roma; un Aníbal, Cartago, un
 4     II.     6|         de Egipto, los Césares de Roma, con toda la caterva (si
 5     II.     8|       Carlo V con un caballero en Roma. Quiso ver el Emperador
 6     II.     8|         que alzó la gentilidad en Roma, y es el que más conserva
 7     II.     8|           apareció en la mitad de Roma? ¿Quién, contra todos los
 8     II.     8|   grandeza, a quien hoy llaman en Roma la Aguja de San Pedro; al
 9     II.     8|          castillo de Santángel en Roma; la reina Artemisa sepultó
10     II.    41|         bien se está San Pedro en Roma; quiero decir, que bien
11     II.    41|           y en doce horas llegó a Roma, y se apeó en Torre de Nona,
12     II.    48|           puede, antes os la dará roma que aguileña. Y ¿quién sabe
13     II.    49| francolines de Milán, faisanes de Roma, ternera de Sorrento, perdices
14     II.    52|           y yo seré estimada, y a Roma por todo.~ ~ ~ «Pésame cuanto
15     II.    53|         Bien se está San Pedro en Roma: quiero decir que bien se
16     II.    54|          bien sabía, de «cuando a Roma fueres, haz como vieres»,
17     II.    59|         bien se está San Pedro en Roma.~ ~ Los dos caballeros pidieron
18     II.    60|           embarcarse para pasar a Roma, y que entre entrambos podían