Parte. Capítulo

 1      I.    12|      ha puesto, que no hay que temer de contrario acidente.~ ~
 2      I.    14|       instante~ ~ ~ ~esperar y temer, o es bien hacello~ ~ ~ ~
 3      I.    24|        de su boca, y comencé a temer, y a recelarme dél, porque
 4      I.    24|         con todo eso, me hacía temer mi suerte lo mesmo que ella
 5      I.    25|      su desdicha todo se podía temer. A lo cual respondió Sancho:~ ~ -
 6      I.    27|      arzobispo no había de qué temer. Todo lo escuchó Sancho,
 7      I.    34|        estuviera, no había que temer de la verdad de Lotario
 8      I.    34|   fuere la maldad que se puede temer antes que esperar, con silencio,
 9      I.    34|    según esto, no había de qué temer, sino que de allí adelante
10      I.    41|  echado, que siempre se han de temer de cualquier padre que sean,
11     II.    42| Primeramente ¡oh hijo!, has de temer a Dios; porque en el temerle
12     II.    47|       buen pan.~ ~ -No hay que temer -dijo el mayordomo - ; que
13     II.    51|      merced qué nombre para no temer que he de morir a sus manos!
14     II.    59| principal yerra, bien se podrá temer que yerra en todas las demás
15     II.    63|     sus mujeres podía tener, y temer de sí mismo, la mandó poner
16     II.    68|       no esperar ningún bien y temer mucho mal. Llegaron, en
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