Parte. Capítulo

 1      I.    14|      Dame, desdén, una torcida soga.~ ~ ~ ~Mas ¡ay de mí! que,
 2      I.    25|     pues no se ha de mentar la soga en casa del ahorcado. Pero
 3      I.    48|        dél, aunque tuvieses la soga de Teseo. Y también lo habrán
 4     II.     9|      en paz, y no arrojemos la soga tras el caldero.~ ~ -Yo
 5     II.    22|  compraron casi cien brazas de soga, y otro día a las dos de
 6     II.    22|       junto a mí en esta mesma soga, con cuyo sonido se entendiera
 7     II.    22|      cuervos salieron, dándole soga el primo y Sancho, se dejó
 8     II.    22|      dando voces que le diesen soga y más soga, y ellos se la
 9     II.    22|       que le diesen soga y más soga, y ellos se la daban poco
10     II.    22| descolgadas las cien brazas de soga, y fueron de parecer de
11     II.    22| espacio volvieron a recoger la soga con mucha facilidad y sin
12     II.    23|      pendiente y colgado de la soga, caminar por aquella escura
13     II.    23|       que no descolgásedes más soga hasta que yo os lo dijese;
14     II.    23|       oírme. Fui recogiendo la soga que enviábades, y haciendo
15     II.    28|        ser bueno el nombrar la soga en casa del ahorcado? A
16     II.    30|       se le asió un pie en una soga del albarda, de tal modo,
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