Parte. Capítulo

 1      I.    11|       zaleas gran cantidad de bellotas avellanadas, y juntamente
 2      I.    11|     estómago, tomó un puño de bellotas en la mano y, mirándolas
 3      I.    11| nuestro caballero, porque las bellotas que le dieron le trujeron
 4      I.    11|      asimesmo callaba y comía bellotas, y visitaba muy a menudo
 5     II.    50|  Dícenme que en ese lugar hay bellotas gordas: envíeme hasta dos
 6     II.    50|        Y en lo que toca a las bellotas, señor mío, yo le enviaré
 7     II.    50|  envía a pedir dos docenas de bellotas.~ ~ -¡Aderézame esas medidas! -
 8     II.    50|       y en cuanto a lo de las bellotas, digo que mi señora la Duquesa
 9     II.    50|       decía él enviar a pedir bellotas a una labradora; pero que
10     II.    52|     este año no se han cogido bellotas en este pueblo; con todo
11     II.    52|      nuestra hija.~ ~ ~ «Unas bellotas envié a mi señora la Duquesa;
12     II.    52|       no refiriese; diole las bellotas, y más un queso que Teresa
13     II.    57|    ser quien es, enviando las bellotas a la Duquesa; que a no habérselas
14     II.    59|       prado y nos hartamos de bellotas o de nísperos.~ ~ Esta fue
15     II.    62|       bien que con un puño de bellotas, o de nueces, nos solemos
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