Parte. Capítulo

 1      I.     9|    decir «Dulcinea del Toboso», quedé atónito y suspenso, porque
 2      I.    27|  pareció que procuraba decirme. Quedé admirado deste nuevo accidente,
 3      I.    27|  púsoseme el sol de mi alegría; quedé sin luz en los ojos y sin
 4      I.    27|          Resta ahora decir cuál quedé yo viendo en el sí que había
 5      I.    27|         instante había perdido: quedé falto de consejo, desamparado,
 6      I.    27|    carga como en mí llevaba. Yo quedé a pie, rendido de la naturaleza,
 7      I.    28|         efecto, él se fue, y yo quedé ni  si triste o alegre;
 8      I.    28|         esto  bien decir: que quedé confusa y pensativa y casi
 9      I.    31|        nuevo tantos azotes, que quedé hecho un San Bartolomé desollado;
10      I.    51|        dél noticia tuvieron; yo quedé suspenso, Anselmo, atónito,
11     II.     2| casillas, sabiendo que yo no me quedé en mis casas: juntos salimos,
12     II.    39|  pegóseme la voz a la garganta; quedé mohina en todo extremo;
13     II.    48|         y católicos cristianos. Quedé huérfana, y atenida al miserable
14     II.    48|      causó el mal de la muerte. Quedé yo viuda y desamparada,
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