Parte. Capítulo

 1      I.    22|      albedrío, y no hay yerba ni encanto que le fuerce. Lo que suelen
 2      I.    47|        dado falso. Y en esto del encanto de mi amo Dios sabe la verdad;
 3      I.    48|          parte la malicia que el encanto? Pero, pues así es, yo le
 4     II.    11|          de su hermosura, que el encanto no se extendió a turbarte
 5     II.    17|       Sancho - , que aquí no hay encanto ni cosa que lo valga; que
 6     II.    23|      sabía la verdad del fingido encanto de Dulcinea, de quien él
 7     II.    33|         conviene a saber: lo del encanto de mi señora doña Dulcinea,
 8     II.    33|       que poco ha tratábamos del encanto de la señora Dulcinea, tengo
 9     II.    46|         porque nunca salga de su encanto esta tan amada tuya Dulcinea,
10     II.    57|         que no salga~ ~ ~ ~De su encanto Dulcinea.~ ~ ~ ~ De la culpa
11     II.    59|      contando punto por punto el encanto de la señora Dulcinea, y
12     II.    62|     persona sabía el busilis del encanto, y aun si don Antonio no
13     II.    66|          cartero - ; que no hubo encanto alguno, ni mudanza de rostro
14     II.    72| desgracia de su vencimiento y el encanto y el remedio de Dulcinea,
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