Parte. Capítulo

 1      I.    41|         tierra! ¡Moros, moros! ¡Arma, arma!~ ~ Con estas voces
 2      I.    41|   tierra! ¡Moros, moros! ¡Arma, arma!~ ~ Con estas voces quedamos
 3      I.    41|      pastor había apellidado al arma. « -Sí, dije yo; y queriendo
 4      I.    45| caballero andante el día que se arma caballero y se entrega al
 5     II.     1|      que casi cada año nos toca arma, estaba puesta en ella toda
 6     II.    11|         y tente, bonete, no hay arma defensiva en el mundo, si
 7     II.    23|         de la cintura; no traía arma ninguna, sino un rosario
 8     II.    26|       cual mandó luego tocar al arma; y miren con qué priesa;
 9     II.    32|         y no con otra suerte de arma alguna; y así, cuando Bernardo
10     II.    53|     todos a grandes voces:~ ~ -¡Arma, arma, señor gobernador! ¡
11     II.    53|       grandes voces:~ ~ -¡Arma, arma, señor gobernador! ¡Arma,
12     II.    53|        arma, señor gobernador! ¡Arma, que han entrado infinitos
13     II.    53|        voces, y a reiterar el «¡arma!» con tan gran priesa, pasando
14     II.    65|        yo el que no puede tomar arma en un año? Pues, ¿qué prometo? ¿
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License