Parte. Capítulo

 1     II.    22|     Montesinos! ¡Oh mal ferido Durandarte! ¡Oh sin ventura Belerma! ¡
 2     II.    23|     corazón de su grande amigo Durandarte y llevádole a la Señora
 3     II.    23|       dijo: «-Éste es mi amigo Durandarte, flor y espejo de los caballeros
 4     II.    23|      como ahora es de día, que Durandarte acabó los de su vida en
 5     II.    23|          Esto dicho, el mísero Durandarte, dando una gran voz, dijo:~ ~ «-¡
 6     II.    23|     ojos, le dijo: «-Ya, señor Durandarte, carísimo primo mío, ya
 7     II.    23|         respondió el lastimado Durandarte con voz desmayada y baja - ,
 8     II.    23|   procesión eran sirvientes de Durandarte y de Belerma, que allí con
 9     II.    23| desencantados él, y Belerma, y Durandarte, con todos los que allí
10     II.    24|     vuesa merced dice que dijo Durandarte, cuando al cabo de aquel
11     II.    24|     verdadero como es el señor Durandarte. La cuarta es haber sabido
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