Parte. Capítulo

 1      I.     3|           sin pedir favor a nadie, soltó otra vez la adarga y alzó
 2      I.     4|          haberlo muy bien pensado, soltó la rienda a Rocinante, dejando
 3      I.     9|           de los estribos, y luego soltó los brazos, y la mula, espantada
 4      I.    11|            mirándolas atentamente, soltó la voz a semejantes razones:~ ~ -
 5      I.    16|            mover de donde estaban. Soltó en esto el cuadrillero la
 6      I.    20| bonitamente y sin rumor alguno, se soltó la lazada corrediza con
 7      I.    20|            su amo había comenzado, soltó la presa de manera, que
 8      I.    29|    comisario y de las guardas, los soltó a todos; y, sin duda alguna,
 9     II.    Pr|           eran podencos; y así, no soltó más el canto. Quizá de esta
10     II.    11|          de sí, que, sin sentirlo, soltó las riendas a Rocinante,
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