Parte. Capítulo

  1      I       |           ajenos; que, poniendo los ojos la prudencia de Vuestra
  2      I.    Pr|            le pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas,
  3      I.    Pr|             con las lágrimas en los ojos, como otros hacen, lector
  4      I.    Pr|             en un abrir y cerrar de ojos confundo todas vuestras
  5      I.     2|            mozas, y andaban con los ojos buscándole el rostro, que
  6      I.     3|      arrimado a su lanza, ponía los ojos en las armas, sin quitarlos
  7      I.     3|           por don Quijote, alzó los ojos al cielo y, puesto el pensamiento (
  8      I.     3|           es tiempo que vuelvas los ojos de tu grandeza a este tu
  9      I.     4|               La lengua queda y los ojos listos.~ ~ Y el muchacho
 10      I.     4|        Siguióle el labrador con los ojos y cuando vio que había traspuesto
 11      I.     7|             y volvía y revolvía los ojos por todo, sin decir palabra;
 12      I.     9|           punta de la espada en los ojos, le dijo que se rindiese;
 13      I.    10|             la espada y alzando los ojos al cielo, dijo:~ ~ -Yo hago
 14      I.    11|          dicho~ ~ ~ ~ni aun con los ojos siquiera,~ ~ ~ ~mudas lenguas
 15      I.    11|                en todo tiempo a tus ojos~ ~ ~ ~quise mostrarme polido.~ ~ ~ ~
 16      I.    12|             sin plegar los llorosos ojos, embebecido y transportado
 17      I.    13|          delante, vuelva a ella los ojos blanda y amorosamente, como
 18      I.    13|          cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas,
 19      I.    13|           señores, que con piadosos ojos estáis mirando fue depositario
 20      I.    13|      desvariado amor delante de los ojos les pone. Anoche supimos
 21      I.    13|    acordamos de venir a ver con los ojos lo que tanto nos había lastimado
 22      I.    14|      delante,~ ~ ~ ~de cerrar estos ojos, si he de vello~ ~ ~ ~por
 23      I.    14|           cielo claro de tus bellos ojos~ ~ ~ ~en mi muerte se turbe,
 24      I.    14| improvisamente se les ofreció a los ojos; y fue que, por cima de
 25      I.    14|             los rayos de sus bellos ojos estaban heridos) de quererla
 26      I.    15|             que delante de nuestros ojos se le ha hecho a Rocinante.~ ~ -¿
 27      I.    15|            quitaron la vista de los ojos y la fuerza de los pies,
 28      I.    16|           sujeto a sus leyes, y los ojos de aquella hermosa ingrata
 29      I.    16|             de las suyas, tenía los ojos abiertos como liebre. Toda
 30      I.    17|             en un abrir y cerrar de ojos.~ ~ Acabó en esto de encender
 31      I.    17|           él también no quitaba los ojos della, y de cuando en cuando
 32      I.    17|      echándole en ella, alzaron los ojos y vieron que el techo era
 33      I.    17|             voces volvió Sancho los ojos, como de través, y dijo
 34      I.    18|             donde veas por vista de ojos cuán honrosa cosa es andar
 35      I.    18|           enemigos. Pero vuelve los ojos a estotra parte, y verás
 36      I.    18|        cerca, que casi le metía los ojos en la boca; y fue a tiempo
 37      I.    20|          pero tiene el miedo muchos ojos, y vee las cosas debajo
 38      I.    20|             tierra e irse donde sus ojos no la viesen jamás. La Torralba,
 39      I.    21|      detener el aliento, cerrar los ojos y dejarse ir por donde la
 40      I.    21|      continente, que ella ponga los ojos en el caballero, y él en
 41      I.    21|             donde nunca quitará los ojos della, mirándola a furto
 42      I.    21|           Quijote.~ ~ Y alzando los ojos, vio lo que se dirá en el
 43      I.    22|            que don Quijote alzó los ojos y vio que por el camino
 44      I.    23|        ardite.~ ~ En esto, alzó los ojos y vio que su amo estaba
 45      I.    23|       montañuela que delante de los ojos se le ofrecía iba saltando
 46      I.    23|         como pudieres, y haz de los ojos lanternas; rodearemos esta
 47      I.    23|            y enmudecióse; clavó los ojos en el suelo por un buen
 48      I.    23|           lo que hacía de abrir los ojos, estar fijo mirando al suelo
 49      I.    25|             que daba contento a los ojos que le miraban. Había por
 50      I.    25|         sitio donde el humor de mis ojos acrecentará las aguas deste
 51      I.    25|          más que a la lumbre destos ojos que han de comer la tierra,
 52      I.    25|        habiéndolas tú visto por tus ojos, puedas jurar a tu salvo
 53      I.    26|            podía descubrir, por los ojos que en la cara tenía.~ ~ -
 54      I.    27|            pensativo, sin alzar los ojos a mirarlos más de la vez
 55      I.    27|           poniéndome delante de los ojos con vivas y varias razones
 56      I.    27|             esto se le llenaron los ojos de lágrimas y un nudo se
 57      I.    27|        llamó desde una ventana, los ojos llenos de lágrimas, y que
 58      I.    27|       alegría; quedé sin luz en los ojos y sin discurso en el entendimiento.
 59      I.    27|            con más resplandor a los ojos ofrecían. ¡Oh memoria, enemiga
 60      I.    27|            y el agua humor para mis ojos; sólo el fuego se acrecentó
 61      I.    27|        enemigo la había cerrado los ojos de la voluntad, para quitármela
 62      I.    28|      hermosa que hasta entonces los ojos de los dos habían visto,
 63      I.    28|          cabellos de delante de los ojos con entrambas manos, miró
 64      I.    28|          algunas lágrimas que a los ojos se le venían, con voz reposada
 65      I.    28|      recatada, que apenas veían mis ojos más tierra de aquella donde
 66      I.    28|       manera que me quitó la de mis ojos y me enmudeció la lengua;
 67      I.    28|              volvió a humedecer sus ojos y a acrecentar sus suspiros;
 68      I.    28|            allí a poco caer por sus ojos dos fuentes de lágrimas;
 69      I.    29|             las lágrimas que de mis ojos salían tenían ocasión bastante
 70      I.    30|          menesterosos, poniendo los ojos en sus penas, y no en sus
 71      I.    30|    averiguada que, aunque tiene los ojos en su lugar y derechos,
 72      I.    30|            vía asnos se le iban los ojos y el alma, apenas hubo visto
 73      I.    30|              bien mío, rucio de mis ojos, compañero mío?~ ~ Y con
 74      I.    30|        trecientas almas, y vidas, y ojos míos.~ ~ ~ ~
 75      I.    33|             al vulgo ocioso y a los ojos vagabundos y maliciosos
 76      I.    33|            ponérselo delante de los ojos, y, aun con todo esto, no
 77      I.    33|      contino, si no lágrimas de los ojos, lágrimas de sangre del
 78      I.    33|        maldad de su mujer saben con ojos de menosprecio, en cambio
 79      I.    34|           que hacer en acudir a los ojos, para que no diesen muestra
 80      I.    34|            no hubieses visto en los ojos, en los suspiros, en las
 81      I.    34|       entonces verás por tus mismos ojos, y yo por los míos, lo que
 82      I.    34|            que esperaba ver por sus ojos hacer notomía de las entrañas
 83      I.    34|             atrevidos y deshonestos ojos de Lotario que fuese causa
 84      I.    35|             trabada batalla que mis ojos han visto. ¡Vive Dios, que
 85      I.    35|           lo bueno que no tenía los ojos abiertos, porque estaba
 86      I.    35|           cortar por mis mismísimos ojos, y la sangre corría del
 87      I.    35|    caballero andante, que nunca mis ojos le hubieran visto, que tan
 88      I.    36|           asombrado, porque con los ojos andaba rodeando todos los
 89      I.    36|             del todo; y alzando los ojos Dorotea, que abrazada con
 90      I.    36|         quitan y ofuscan los de tus ojos, ya habrás echado de ver
 91      I.    36|            Luscinda en Cardenio los ojos, y habiendo comenzado a
 92      I.    36|             firmeza, delante de tus ojos tiene los suyos, bañados
 93      I.    36|            Luscinda, no quitaba los ojos de don Fernando, con determinación
 94      I.    36|          concedido; que pusiese los ojos ansimesmo en la beldad de
 95      I.    36|          verdad, volved y mirad los ojos de la ya contenta Luscinda,
 96      I.    37|      gravedad y reposo, puestos los ojos en la hermosa Dorotea, dijo:~ ~ -
 97      I.    40|            trabajar, alcé acaso los ojos y vi que por aquellas cerradas
 98      I.    41|             Zoraida se mostró a mis ojos: sólo diré que más perlas
 99      I.    41|        volviéndose a mí, llenos los ojos de lágrimas, me dijo:~ ~ -¿
100      I.    41|        suspiro y aún no enjutos los ojos de lágrimas, volvió a decir:~ ~ -
101      I.    41|     embestir con el bajel que a los ojos tenían; porque ellos no
102      I.    41|          hija le vio, se cubrió los ojos por no verle, y su padre
103      I.    41|          mar que ver delante de sus ojos y por causa suya llevar
104      I.    41|        entrañas, ver delante de sus ojos atado a su padre y aquellos
105      I.    42|         suspiro, y llenándosele los ojos de agua, dijo:~ ~ -¡Oh,
106      I.    42|            recato, me salen por los ojos! Ese capitán tan valeroso
107      I.    42|             no cierre la muerte sus ojos hasta que él vea con vida
108      I.    43|            era tenerme cerrados los ojos y los oídos, para no ver
109      I.    43|    despedirme dél, siquiera con los ojos; pero a cabo de dos días
110      I.    43|          pone los pies pongo yo los ojos. No  con qué intención
111      I.    43|             que en el punto que sus ojos la vieron, la hizo señora
112      I.    44|             el mozo los soñolientos ojos, y miró de espacio al que
113      I.    44|        tornaremos, llevándoos a los ojos que tanto os quieren.~ ~ -
114      I.    44|         vinieron las lágrimas a los ojos, y no pudo responder palabra.
115      I.    44|           lejos ha visto llorar mis ojos. Ya, señor, sabéis la riqueza
116      I.    45|           bacía allí delante de sus ojos, se le había vuelto en yelmo
117      I.    45|       quiero que veáis por vuestros ojos cómo se ha pasado aquí y
118      I.    45|      volvería por aquella vez a los ojos de su padre, si le hiciesen
119      I.    45|          palabra que leía ponía los ojos en don Quijote, y iba cotejando
120      I.    46|           tenía siempre puestos los ojos y traía colgada el alma.
121      I.    46|        alguna vez, a hurto de otros ojos, había cogido con los labios
122      I.    46|         lanzando vivo fuego por los ojos, dijo:~ ~ -¡Oh bellaco villano,
123      I.    46|          llevar ansí delante de tus ojos mesmos a la flor de la caballería
124      I.    50|             nueva; ofrécesele a los ojos una apacible floresta de
125      I.    51|     despareció su padre de nuestros ojos, y la llevó a encerrar en
126      I.    51|     Encerrada Leandra, quedaron los ojos de Anselmo ciegos: lo menos,
127      I.    52|          Panza, con lágrimas en los ojos, decía:~ ~ -¡Oh flor de
128      I.    52|             lecho. Mirábalas él con ojos atravesados, y no acababa
129     II.    Pr|      heridas no resplandecen en los ojos de quien las miras, son
130     II.     1|           decir que con mis propios ojos vi a Amadís de Gaula, que
131     II.     1|       rostro, de color bermejo, los ojos bailadores y algo saltados,
132     II.     4|          acudiéronme lágrimas a los ojos, y hice una lamentación,
133     II.     4|       parece que le trayo entre los ojos.~ ~ Dicho esto, rogó al
134     II.     5|        tendremos siempre a nuestros ojos, y seremos todos unos, padres
135     II.     5|             de un abrir y cerrar de ojos, te la chanto un don y una
136     II.     5|            el pobre todos pasan los ojos como de corrida, y en el
137     II.     5|             cosas presentes que los ojos están mirando se presentan,
138     II.     7|         parió: flaco, amarillo, los ojos hundidos en los últimos
139     II.     7|            y llenos de lágrimas los ojos; y prosiguió - : No se dirá
140     II.     8|     Ingenioso Hidalgo, y pongan los ojos en las que están por venir,
141     II.     8|             su belleza llegue a mis ojos alumbrará mi entendimiento
142     II.     8|         cabelleras, de piernas y de ojos de cera? Y si desto no, ¿
143     II.     8|      muletas, pinturas, cabelleras, ojos, piernas, con que aumentan
144     II.     9|           aunque yo lo veré con los ojos y lo tocaré con las manos,
145     II.    10|              Tendió don Quijote los ojos por todo el camino del Toboso,
146     II.    10|      ventura tiene vuesa merced los ojos en el colodrillo, que no
147     II.    10|        palabra, sino despabile esos ojos, y venga a hacer reverencia
148     II.    10|        junto a Sancho, y miraba con ojos desencajados y vista turbada
149     II.    10|            nubes y cataratas en mis ojos, y para sólo ellos y no
150     II.    10|           hacerle aborrecible a tus ojos, no dejes de mirarme blanda
151     II.    10|            mudado las perlas de los ojos de mi señora en agallas
152     II.    11|         contra mí solo y contra mis ojos se endereza la fuerza de
153     II.    11|      acuerdo, dijiste que tenía los ojos de perlas, y los ojos que
154     II.    11|           los ojos de perlas, y los ojos que parecen de perlas antes
155     II.    11|         esas perlas quítalas de los ojos y pásalas a los dientes,
156     II.    11|       trocaste, Sancho, tomando los ojos por los dientes.~ ~ -Todo
157     II.    11|         figura que se ofreció a los ojos de don Quijote fue la de
158     II.    11|            Cupido, sin venda en los ojos, pero con su arco, carcaj
159     II.    11|           mi mocedad se me iban los ojos tras la farándula.~ ~ Estando
160     II.    11|            a él en las niñas de los ojos que en el más mínimo pelo
161     II.    12|          caer las compuertas de los ojos, como él decía cuando quería
162     II.    12|          don Quijote - . Vuelve los ojos y mira, y verás allí tendido
163     II.    13|             diablo me pone ante los ojos aquí, allí, acá no, sino
164     II.    14|             otra parte, veo con los ojos y toco con las manos no
165     II.    14|        primera que se ofreció a los ojos de Sancho Panza fue la nariz
166     II.    14|            del cual no apartaba los ojos Sancho, preguntándole cosas
167     II.    14|            a la verdad, que con los ojos estaba mirando. Finalmente,
168     II.    16|            todavía traigo entre los ojos las desaforadas narices,
169     II.    16|            que viste por tus mismos ojos la hermosura y gallardía
170     II.    16|     labradora, con cataratas en los ojos y con mal olor en la boca;
171     II.    16|            lo hubiera visto con mis ojos. ¡Bendito sea el cielo!
172     II.    17|          copioso sudor me ciega los ojos.~ ~Calló Sancho y diole
173     II.    17|         Sancho, con lágrimas en los ojos le suplicó desistiese de
174     II.    17|            fuera se despolvoreó los ojos y se lavó el rostro; hecho
175     II.    17|         miró a todas partes con los ojos hechos brasas, vista y ademán
176     II.    17|           gallardo caballero, a los ojos de su rey, en la mitad de
177     II.    19|            con facilidad ciegan los ojos del entendimiento, tan necesarios
178     II.    19|             y otras veces clava los ojos en la tierra, con tal embelesamiento,
179     II.    19|        decirse suele, fuego por los ojos. Los otros dos labradores
180     II.    20|             en los rostros y en los ojos a la honestidad y en los
181     II.    20|            dos mudanzas, alzaba los ojos y flechaba el arco contra
182     II.    20|         como los demás, puestos los ojos en la doncella del castillo,
183     II.    21|        mudada la color, puestos los ojos en Quiteria, con voz tremente
184     II.    21|         donde Basilio estaba ya los ojos vueltos, el aliento corto
185     II.    21|             palabras. Desencajó los ojos Basilio, y mirándola atentamente,
186     II.    21|         apriesa me va cubriendo los ojos con la espantosa sombra
187     II.    22|           de entrar en ella y ver a ojos vistas si eran verdaderas
188     II.    22|            bien y especule con cien ojos lo que hay allá dentro:
189     II.    22|       vieron que traía cerrados los ojos, con muestras de estar dormido.
190     II.    22|          lloraron vuestros hermosos ojos!~ ~ Con grande atención
191     II.    23|   imaginación humana. Despabilé los ojos, limpiémelos, y vi que no
192     II.    23|              y, con lágrimas en los ojos, le dijo: «-Ya, señor Durandarte,
193     II.    23|      vuestra presencia, y abrid los ojos y veréislo, aquel gran caballero
194     II.    23|       contado lo vi por mis propios ojos y lo toqué con mis mismas
195     II.    23|      ventura Dulcinea, y llenos los ojos de lágrimas, con turbada
196     II.    25|         visto ahora por mis propios ojos? Porque yo soy el mesmo
197     II.    26|       Vuelvan vuestras mercedes los ojos a aquella torre que allí
198     II.    26|          vuestro felice viaje! ¡Los ojos de vuestros amigos y parientes
199     II.    26|            faltaron algunos ociosos ojos, que lo suelen ver todo,
200     II.    26|            ellas son delante de los ojos, y luego me las mudan y
201     II.    28|            después me saldrán a los ojos. Harto mejor haría yo, sino
202     II.    28|         vinieron las lágrimas a los ojos, y con voz dolorida y enferma,
203     II.    28|            con todo eso, dieron los ojos al sueño, y al salir del
204     II.    29|             de un abrir y cerrar de ojos le llevan, o por los aires,
205     II.    29|          pues yo veo con mis mismos ojos que no nos habemos apartado
206     II.    29|              las manos juntas y los ojos clavados al cielo, pidió
207     II.    30|            a él de las niñas de sus ojos. Finalmente, sin hablarse
208     II.    31|   alborotada y tan encarnizados los ojos, le preguntó con quién las
209     II.    32|            todo el rostro y por los ojos del obediente caballero;
210     II.    32|            medianamente moreno, los ojos cerrados y las barbas llenas
211     II.    32|    doncellas de la burla tenían los ojos bajos, sin osar mirar a
212     II.    32|         corazón, y ponerle ante los ojos de vuestra grandeza, aquí,
213     II.    32|             su dama es quitarle los ojos con que mira, y el sol con
214     II.    33|            anden musarañas ante los ojos, porque  dónde me aprieta
215     II.    33|         porque era la lumbre de sus ojos.~ ~ -¿Qué rucio es éste? -
216     II.    33|           yo sobre las niñas de mis ojos.~ ~ -En la caballeriza basta
217     II.    33|          que sobre las niñas de los ojos de vuestra grandeza ni él
218     II.    34|             cegaron y atronaron los ojos y los oídos de los circunstantes,
219     II.    34|            visto una vez, cerró los ojos por no verlos otra. Llegando,
220     II.    35|            posas lo que pecaron sus ojos? El señor mi amo sí que
221     II.    35|        animal!, pon, digo, esos tus ojos de machuelo espantadizo
222     II.    36|          que hasta entonces humanos ojos habían visto, y luego desencajó
223     II.    36|            y sonora, y poniendo los ojos en el Duque, dijo:~ ~ -Altísimo
224     II.    36|         para que viera por vista de ojos si los tales caballeros
225     II.    39|           quisiera decir hechos mis ojos fuentes; pero la consideración
226     II.    40|         cielo que mirara con buenos ojos vuestras cuitas; que Sancho
227     II.    40|            Dolorida - .Con benignos ojos miren a vuestra grandeza,
228     II.    40|            sacó las lágrimas de los ojos de todos los circunstantes,
229     II.    41|      vaguidos, se han de cubrir los ojos hasta que el caballo relinche,
230     II.    41|          suba mi amo, tápenme estos ojos, y encomiéndenme a Dios,
231     II.    41|            le cubriese muy bien los ojos; y habiéndoselos cubierto,
232     II.    41|            Dios, se dejó vendar los ojos, y, ya después de vendados,
233     II.    41|           en una caña, cerrados los ojos, y en doce horas llegó a
234     II.    41|           el diablo que abriese los ojos, y los abrió y se vio tan
235     II.    41|             Duque el cartel con los ojos medio cerrados, y luego,
236     II.    41|             descubrirme un poco los ojos; pero mi amo, a quien pedí
237     II.    41|         pañizuelo que me tapaba los ojos y por allí miré hacia la
238     II.    42|           segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando
239     II.    42|         pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas y tus oídos
240     II.    42|            y madura, y cerrarán tus ojos las tiernas y delicadas
241     II.    44|        entró en este castillo y mis ojos le miraron, yo no  cantar,
242     II.    45|        saltaban las lágrimas, y los ojos y el corazón se iban tras
243     II.    47|      arrugado como pergamino, y los ojos algo llorosos y manantiales;
244     II.    48|           pudiera pensar. Clavó los ojos en la puerta, y cuando esperaba
245     II.    48|           no le diese la luz en los ojos, a quien cubrían unos muy
246     II.    48|        mitad del aposento, alzó los ojos y vio la priesa con que
247     II.    48|           logrado se me arrasan los ojos de lágrimas. ¡Válame Dios,
248     II.    49|            luego donde verá por sus ojos el desengaño, aunque más
249     II.    49|         hombre.~ ~ Llegáronle a los ojos dos o tres lanternas, a
250     II.    49|           hábito. Ella, puestos los ojos en tierra con honestísima
251     II.    50|            conmigo, y verán con los ojos lo que no creen por los
252     II.    52|             coche, para quebrar los ojos a mil envidiosos que ya
253     II.    53|            y no sin lágrimas en los ojos, le dijo:~ ~ -Venid vos
254     II.    54|            en su boca, clavados los ojos en el cielo, no parecía
255     II.    54|          siempre a Dios me abra los ojos del entendimiento y me 
256     II.    55|          pasamiento nos cerrara los ojos! ¡Oh compañero y amigo mío,
257     II.    56|            con los mantos hasta los ojos, y aun hasta los pechos,
258     II.    58|             y verla ha por vista de ojos.~ ~ Y levantándose, dejó
259     II.    58|          dejado ver con mis propios ojos.~ ~ -Tú dices bien, Sancho -
260     II.    59|             apartar, cuanto más los ojos. Preguntáronle que adónde
261     II.    60|          hambre, no podía pegar sus ojos; antes iba y venía con el
262     II.    60|        parecer el alba, alzaron los ojos, y vieron los racimos de
263     II.    60|             Abrió los casi cerrados ojos el herido caballero, y conociendo
264     II.    60|         sacaron las lágrimas de los ojos de Roque, no acostumbrados
265     II.    62|        paseo, llevaba el rétulo los ojos de cuantos venían a verle,
266     II.    62|    caballero - : lo que veo por los ojos, con el dedo lo señalo.~ ~
267     II.    62|             por una calle, alzó los ojos don Quijote, y vio escrito
268     II.    63|       Sancho perdió la vista de los ojos, y sin duda pensó que los
269     II.    63|           luego calló, preñados los ojos de tiernas lágrimas, a quien
270     II.    63|          trataba, tuvo clavados los ojos en ella un anciano peregrino
271     II.    63|            cuyas palabras abrió los ojos Sancho, y alzó la cabeza (
272     II.    65|          por los dos amantes, y los ojos fueron las lenguas que descubrieron
273     II.    65|         hayan podido deslumbrar sus ojos de Argos, que contino tiene
274     II.    67|        causa, se quita el pecado; y ojos que no veen, corazón que
275     II.    68|            sol con sus rayos en los ojos a Sancho, despertó y esperezóse,
276     II.    68|      quejéis, scitas, ni abráis los ojos, Polifemos matadores, leones
277     II.    70|     desamorado, como por tus mismos ojos has visto muerta a Altisidora,
278     II.    70|        infierno: no le vean más mis ojos.» «-¿Tan malo es? -respondió
279     II.    70|           que os tengo de sacar los ojos! ¿Pensáis por ventura, don
280     II.    70|           que a las pestañas de mis ojos.~ ~ -Vos decís muy bien,
281     II.    70|           por no ver delante de mis ojos ya no su triste figura,
282     II.    71|      ofrecimientos abrió Sancho los ojos y las orejas de un palmo,
283     II.    71|            tamaño de nueces por los ojos. Viendo lo cual don Quijote,
284     II.    72|      rodillas, y dijo:~ ~ -Abre los ojos, deseada patria, y mira
285     II.    74|           un terrible empujón a los ojos preñados de Ama, Sobrina,
286     II.    74|        reventar las lágrimas de los ojos y mil profundos suspiros
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