Parte. Capítulo

  1      I.    Pr|        como lo está el cielo de la tierra. ¿Cómo que es posible que
  2      I.     1|           vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar
  3      I.     1|       ahogó a Anteo, el hijo de la Tierra, entre los brazos. Decía
  4      I.     2|           primera salida que de su tierra hizo el ingenioso don Quijote~ ~
  5      I.     2|            de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus
  6      I.     4|            cuantas hoy viven en la tierra, ¡oh sobre las bellas bella
  7      I.     4|         amenazando al cielo y a la tierra, y a los malandrines, que
  8      I.     5|            comenzó a volcar por la tierra y a decir con debilitado
  9      I.     5|         fallar en gran parte de la tierra.~ ~ -¡Ta, ta! -dijo el Cura - . ¿
 10      I.     7|      lloviese Dios reinos sobre la tierra, ninguno asentaría bien
 11      I.     8|     simiente de sobre la faz de la tierra.~ ~ -¿Qué gigantes? -dijo
 12      I.     8|          gato llevas! Vizcaíno por tierra, hidalgo por mar, hidalgo
 13      I.     9|          amenazando al cielo, a la tierra y al abismo: tal era el
 14      I.     9|      corcovos, dio con su dueño en tierra.~ ~ Estábaselo con mucho
 15      I.    10|          todo lo descubierto de la tierra? ¿Has leído en historias
 16      I.    10|        dedo, y más que, por ser en tierra firme, te debes más alegrar.
 17      I.    12|    condición hace más daño en esta tierra que si por ella entrara
 18      I.    13|       armado de aquella manera por tierra tan pacífica. A lo cual
 19      I.    13|          profesiones que hay en la tierra, y tengo para mí que aun
 20      I.    13|       piden al cielo el bien de la tierra; pero los soldados y caballeros
 21      I.    13|            ministros de Dios en la tierra, y brazos por quien se ejecuta
 22      I.    13|           entregado su cuerpo a la tierra.~ ~ -De mayor rigor y crueldad
 23      I.    13|       cuerpo de vuestro amigo a la tierra, no queráis dar sus escritos
 24      I.    14|          soledad, y de que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento
 25      I.    15|           una honda sima debajo de tierra, atado de pies y manos,
 26      I.    17|            que en gran parte de la tierra se puede hallar. ¿Qué te
 27      I.    17|            que vos. ¿Úsase en esta tierra hablar desa suerte a los
 28      I.    17|  caballeros andantes que hay en la tierra, el cual yace en aquella
 29      I.    17|          todos los incómodos de la tierra.~ ~ -Poco tengo yo que ver
 30      I.    18|           a su amo y volverse a su tierra, aunque perdiese el salario
 31      I.    18|          ni a los gusanillos de la tierra, ni a los renacuajos del
 32      I.    19|           mal ferido dio con él en tierra; y, revolviéndose por los
 33      I.    19|         por toda la redondez de la tierra. Y así, digo que el sabio
 34      I.    20|            llevarla. Yo salí de mi tierra y dejé hijos y mujer por
 35      I.    20|            vee las cosas debajo de tierra, cuanto más encima, en el
 36      I.    20|          Sancho - se cuentan en mi tierra todas las consejas, y yo
 37      I.    20|          quiso ausentar de aquella tierra e irse donde sus ojos no
 38      I.    20|          palos ínsulas o reinos en tierra firme.~ ~ -Tal podría correr
 39      I.    20|         vivirás sobre la haz de la tierra; porque después de a los
 40      I.    21|            de lo descubierto de la tierra a duras penas se pueda hallar.
 41      I.    22|           nosotros tendremos en la tierra cuidado de rogar a Dios
 42      I.    22|      meterse en las entrañas de la tierra, por no ser hallado de la
 43      I.    22|      espaldas y otros tantos en la tierra, con que la hizo pedazos.
 44      I.    23|       Salió el aurora alegrando la tierra y entristeciendo a Sancho
 45      I.    24|       fortuna. Vivía en esta mesma tierra un cielo, donde puso el
 46      I.    25|          todo lo descubierto de la tierra; y será tal, que he de echar
 47      I.    25|           ojos que han de comer la tierra, no la he visto cuatro veces;
 48      I.    25|            más alta princesa de la tierra. Sí, que no todos los poetas
 49      I.    26|            rico y grande estado de tierra firme, sin ínsulos ni ínsulas,
 50      I.    27|     violencia, no hay fuerza en la tierra que las detenga, ni industria
 51      I.    27|         cielo, hecho enemigo de la tierra que me sustentaba, negándome
 52      I.    28|          pues no hay ninguno en la tierra de quien se pueda esperar
 53      I.    28|           sí, que pueden echar por tierra cualquier honesto crédito,
 54      I.    28|          apenas veían mis ojos más tierra de aquella donde ponía los
 55      I.    28|          mi criada, para que en la tierra acompañase a los testigos
 56      I.    29|            cielo, por acudir en la tierra a los vuestros.~ ~ Con lo
 57      I.    29|          fasta que os levantéis de tierra.~ ~ -No me levantaré, señor -
 58      I.    29|      pensar que aquel reino era en tierra de negros, y que la gente
 59      I.    30|            salimos en dos tablas a tierra, como por milagro; y así,
 60      I.    30|           palos, que dio con él en tierra; y si no fuera porque Dorotea
 61      I.    30|          levantado del polvo de la tierra a ser señor de titulo, y
 62      I.    33|            otro no vee que cielo y tierra.~ ~ ~ ~ Así que, no excusarás
 63      I.    33|            que se les antoja comer tierra, yeso, carbón y otras cosas
 64      I.    33|            con su honestidad por tierra; y con sólo este principio
 65      I.    33|             tú eres su cielo en la tierra, el blanco de sus deseos,
 66      I.    33|        para qué quieres ahondar la tierra, y buscar nuevas vetas de
 67      I.    33|           la lealtad de Lotario en tierra; y, sin mirar a otra cosa
 68      I.    34|                Derechos rayos a la tierra envía,~ ~ ~ ~El llanto crece
 69      I.    34|       tomare en poner debajo de la tierra su misma infamia. Llámale,
 70      I.    34|         viendo a Camila tendida en tierra y bañada en su sangre. Acudió
 71      I.    36|        todas las desventuras de la tierra.~ ~ ~ ~
 72      I.    37|         los arroyos corrían por la tierra como si fueran de agua.~ ~ -
 73      I.    37|           para poderle llevar a su tierra. Ofrecióse Cardenio de proseguir
 74      I.    37|           hay ningún peligro en la tierra por quien no se abra camino
 75      I.    37|       cabeza de vuestro enemigo en tierra, os pondré a vos la corona
 76      I.    37|           engaño hasta llevar a su tierra a don Quijote, con mucho
 77      I.    37|         cristiano recién venido de tierra de moros, porque venía vestido
 78      I.    37|         ninguna sino conforme a su tierra, y por esto no debe de haber
 79      I.    37|        salió de Argel, su patria y tierra, y hasta agora no se ha
 80      I.    37|           las alturas, y paz en la tierra, a los hombres de buena
 81      I.    37|         que el mejor maestro de la tierra y del cielo enseñó a sus
 82      I.    37|          joya, que sin ella, en la tierra ni en el cielo puede haber
 83      I.    38|         que bien puede medir en la tierra los pies que quisiere, y
 84      I.    38|     ciudades, los caminos de mar y tierra estarían sujetos al rigor
 85      I.    38|          todo lo descubierto de la tierra. Pero haga el cielo lo que
 86      I.    39|     zapatos, para huirse luego por tierra, sin esperar ser combatidos:
 87      I.    39|    Navarino, y echando la gente en tierra, fortificó la boca del puerto,
 88      I.    39|           las manos y a puñados de tierra pudieran cubrir la Goleta
 89      I.    39|           porfiados, y en su mesma tierra? Pero a muchos les pareció,
 90      I.    39|          hizo; porque no hay en la tierra, conforme mi parecer, contento
 91      I.    40|      obrastes,~ ~ ~ ~Desde la baja tierra os levantastes,~ ~ ~ ~A
 92      I.    40|        SONETO~ ~ ~ ~ De entre esta tierra estéril, derribada,~ ~ ~ ~
 93      I.    40|          que no hubo qué poner por tierra), y para hacerlo con más
 94      I.    40|         con mucha facilidad vino a tierra. En resolución, la armada
 95      I.    40|            intención de volverse a tierra de cristianos, traer consigo
 96      I.    40|             que viniendo a robar a tierra de cristianos, si a dicha
 97      I.    40|            cual era de quedarse en tierra de cristianos, y que por
 98      I.    40|            intento, y se quedan en tierra de cristianos. Pues uno
 99      I.    40|           y me dijo que me fuese a tierra de cristianos a ver a Lela
100      I.    40|          en corazón que te vayas a tierra de cristianos, porque te
101      I.    40|          que dices que si fueres a tierra de cristianos, que has de
102      I.    40|            mora y venirnos todos a tierra de cristianos, y, en fin,
103      I.    40|     vuestros amigos, y vaya uno en tierra de cristianos, y compre
104      I.    40|            quiere sino para irse a tierra de cristianos; pero que
105      I.    41|           mía le había de llevar a tierra de cristianos, que estuviese
106      I.    41|      deidad del cielo, venida a la tierra para mi gusto y para mi
107      I.    41|           que tengo de verme en mi tierra y con las personas que bien
108      I.    41|             sin duda, casado en tu tierra -dijo Zoraida - , y por
109      I.    41|          llévete Alá con bien a tu tierra.~ ~ Yo me incliné, y él
110      I.    41|           sin duda alguna iremos a tierra de cristianos.~ ~ Yo le
111      I.    41|     dejaban, apellidarían luego la tierra y alborotarían la ciudad,
112      I.    41|          ligeras, y les tomasen la tierra y la mar, de manera, que
113      I.    41|           en llegando a la primera tierra de cristianos. En este parecer
114      I.    41|       islas de Mallorca, que es la tierra de cristianos más cerca;
115      I.    41|         fuenos forzoso dejarnos ir tierra a tierra la vuelta de Orán,
116      I.    41|       forzoso dejarnos ir tierra a tierra la vuelta de Orán, no sin
117      I.    41|            de arcabuz desviados de tierra, toda la cual vimos desierta
118      I.    41|           nos convino volver hacia tierra, y hacer fuerza de remos,
119      I.    41|     Pusimos nuestras centinelas en tierra, y no dejamos jamás los
120      I.    41|         Zoraida, como echásemos en tierra a su padre y a todos los
121      I.    41|          su padre y aquellos de su tierra presos. Prometímosle de
122      I.    41|           uno a uno los pusimos en tierra, de lo que ellos se quedaron
123      I.    41|            el saber que en vuestra tierra se usa la deshonestidad
124      I.    41|             di priesa a ponelle en tierra, y desde allí, a voces,
125      I.    41|       Vuelve, amada hija, vuelve a tierra, que todo te lo perdono;
126      I.    41|            otra día, ya a vista de tierra de España; con la cual vista
127      I.    41|        mirar a otro norte que a la tierra que se nos mostraba delante,
128      I.    41|            cosa segura embestir en tierra, como a muchos de nosotros
129      I.    41|  Embestimos en la arena, salimos a tierra, besamos el suelo, y con
130      I.    41|            que tenía, tirámosla en tierra, y subímonos un grandísimo
131      I.    41|        acabábamos de creer que era tierra de cristianos la que ya
132      I.    41|       determinamos de entrarnos la tierra adentro, pues no podría
133      I.    41|             Moros, moros hay en la tierra! ¡Moros, moros! ¡Arma, arma!~ ~
134      I.    41|      pastor habían de alborotar la tierra, y que la caballería de
135      I.    41|      Porque si yo no me engaño, la tierra que pisamos es la de Vélez
136      I.    41|          la alegría de verse ya en tierra de cristianos, sin sobresalto
137      I.    41|          no saber si hallaré en mi tierra algún rincón donde recogella,
138      I.    42|           que pudiese entrar en su tierra con el autoridad y cómodo
139      I.    42|          llamaba y si sabía de qué tierra era. El criado le respondió
140      I.    43|            De no alcanzar desde la tierra el cielo.~ ~ ~ ~ Aquí dio
141      I.    43|       puntas de los pies besaba la tierra, que era en su perjuicio,
142      I.    43|            poner las plantas en la tierra, fatigábase y estirábase
143      I.    46|      abriera debajo de sus pies la tierra y le tragara, y no supo
144      I.    46|            cura de su locura en su tierra. Y lo que ordenaron fue
145      I.    47|          llevaban de llevarle a su tierra, para ver si por algún medio
146      I.    49|           ni el yelo enfría, ni la tierra sustenta; porque¿qué ingenio
147      I.    51|         nos iba contando. No había tierra en todo el orbe que no hubiese
148      I.    52|         nubes negado su rocío a la tierra, y por todos los lugares
149     II.     1|       majestad yo represento en la tierra, que por solo este pecado
150     II.     1|          se embarcó, y saltando en tierra remota y no conocida, le
151     II.     2|      cuatro cepas y dos yugadas de tierra, y con un trapo atrás y
152     II.     3|          en toda la redondez de la tierra. Bien haya Cide Hamete Benengeli,
153     II.     6|           caballo, medimos toda la tierra con nuestros mismos pies,
154     II.     9|       respondió Sancho - ; en cada tierra su uso: quizá se usa aquí
155     II.    10|          con la señora Dulcinea en tierra; lo cual visto por don Quijote,
156     II.    11|           y transformaciones de la tierra.~ ~ -Calla, Sancho -respondió
157     II.    11|           a él llegó, ya estaba en tierra, y junto a él Rocinante,
158     II.    11|         aventuras; que yo veo esta tierra de talle, que no han de
159     II.    12|     estiércol que sobre la estéril tierra de mi seco ingenio ha caído;
160     II.    12|      sentados juntos sobre la dura tierra, en buena paz y compañía,
161     II.    14|          todo lo descubierto de la tierra. Y para confirmación desto,
162     II.    16|           tiempos atrás en aquella tierra. Notó bien don Quijote la
163     II.    16|       persuadir que haya hoy en la tierra quien favorezca viudas,
164     II.    18|           sido,~ ~ ~ ~No hay en la tierra poder~ ~ ~ ~Que a tanto
165     II.    18|          tenía noticia que aquella tierra abundaba; donde esperaba
166     II.    19|           el más rico de toda esta tierra; y ella, la más hermosa
167     II.    19|            el campo, sobre la dura tierra, como animal bruto; mira
168     II.    19|         veces clava los ojos en la tierra, con tal embelesamiento,
169     II.    19|         quien yo no le haga perder tierra.~ ~ -En eso de volver, o
170     II.    20|           viven sobre la haz de la tierra, pues sin tener invidia
171     II.    20|          de bronce sin acudir a la tierra con el conveniente rocío
172     II.    20|                 En el aire y en la tierra~ ~ ~ ~Y en el ancho mar
173     II.    20|                 Que el cielo en la tierra cría,~ ~ ~ ~Más conocida
174     II.    21|      quedándose la mitad dél en la tierra, mostró que servía de vaina
175     II.    23|    abiertos en la superficie de la tierra. Esta concavidad y espacio
176     II.    23|            puesto en el seno de la tierra, con tantas lágrimas, que
177     II.    23|        llegó a la superficie de la tierra y vio el sol del otro cielo,
178     II.    23|     sumergió en las entrañas de la tierra; pero como no es posible
179     II.    23|           y largas, que besaban la tierra. Su turbante era mayor dos
180     II.    24|        palma y comían raíces de la tierra. Y no se entienda que por
181     II.    24|      porque no hay otra cosa en la tierra más honrada ni de más provecho
182     II.    25|       metido en las entrañas de la tierra, no que del monte; y es
183     II.    25|       escondida en los senos de la tierra. Y por hora, baste esto,
184     II.    26|          el más hondo centro de la tierra; y con esto, se entra a
185     II.    26|      cuantas cosas hoy viven en la tierra!~ ~ -¡Vivan en hora buena -
186     II.    26|            uno, para volverse a su tierra; y el otro, a proseguir
187     II.    28|          cada día voy descubriendo tierra de lo poco que puedo esperar
188     II.    28|            escudero, siete pies de tierra, y si quisiéredes más, tomad
189     II.    28|       tiempo he dormido en la dura tierra, al cielo abierto, sujeto
190     II.    29|            globo, del agua y de la tierra, según el cómputo de Ptolomeo,
191     II.    29|         los dos. Puestos, pues, en tierra, más mojados que muertos
192     II.    30|        vuesa merced ha hecho en mi tierra haya sido tan mala como
193     II.    32|        debía ser usanza de aquella tierra, en lugar de las manos,
194     II.    32|        será también usanza en esta tierra lavar las barbas a los escuderos
195     II.    32|          que decían ser hijo de la Tierra. Quiero inferir de lo dicho
196     II.    33|           este mundo y meternos la tierra adentro, por tan estrecha
197     II.    33|             y no ocupa más pies de tierra el cuerpo del Papa que el
198     II.    34|           exhalaciones secas de la tierra, que parecen a nuestra vista
199     II.    34|           pero el de Sancho vino a tierra, y dio con él desmayado
200     II.    35|         ríos que los esperaban. La tierra alegre, el cielo claro,
201     II.    36|        según he oído decir en esta tierra, es un loco cuerdo y un
202     II.    36|          todo lo descubierto de la tierra.~ ~ -Quisiera yo, señor
203     II.    37|            o Tres Colas? Que en mi tierra faldas y colas, colas y
204     II.    38|         que se haga tanto mal a la tierra como sería llevarse en agraz
205     II.    39|          apenas la cubrimos con la tierra y apenas le dimos el último
206     II.    40|        mías -dijo don Quijote - en tierra de moros, si no remediase
207     II.    40|           de Candaya, si se va por tierra, hay cinco mil leguas, dos
208     II.    40|       embobados a cuantos desde la tierra los miraban; y no le prestaba
209     II.    40|         por los aires; pero por la tierra, yo le cutiré con cuantos
210     II.    40|     rastreando y casi barriendo la tierra, o por el medio, que es
211     II.    41|       echadas en los abismos de la tierra, que no la arrancarán ni
212     II.    41|         admirar a cuantos desde la tierra os están mirando!~ ~-¡Tente,
213     II.    41|            y que no osó mirar a la tierra, por no desvanecerse. Así
214     II.    41|      partido, y de ver tendido por tierra tanto número de gente; y
215     II.    41|           y por allí miré hacia la tierra, y parecióme que toda ella
216     II.    41|           parece, vos no vistes la tierra, sino los hombres que andaban
217     II.    41|             y está claro que si la tierra os pareció como un grano
218     II.    41|            había de cubrir toda la tierra.~ ~ -Así es verdad -respondió
219     II.    41|  encantamento podía yo ver toda la tierra y todos los hombres por
220     II.    41|           yo en mi niñez fui en mi tierra cabrerizo, que así como
221     II.    41|        bajo, ni vi el cielo, ni la tierra, ni la mar, ni las arenas.
222     II.    42|       desde su alta cumbre miré la tierra, y la vi tan pequeña, se
223     II.    42|            no había más en toda la tierra? Si vuesa señoría fuese
224     II.    42|      podéis con las riquezas de la tierra granjear las del cielo.~ ~ -
225     II.    42|       haber guardado puercos en tu tierra.~ ~ -Así es la verdad -respondió
226     II.    44|         por toda la redondez de la tierra, pues mereció ser amada
227     II.    44|           los más elocuentes de la tierra.~ ~ -Agora bien, señor don
228     II.    44|           desasosegado, vagando de tierra en tierra, abrasó a Clavileño;
229     II.    44| desasosegado, vagando de tierra en tierra, abrasó a Clavileño; que
230     II.    44|        potestades hechiceras de la tierra.~ ~ Y con esto, cerró de
231     II.    45|             y si no la hallo en la tierra, la iré a buscar al cielo!
232     II.    48|           la mayor hermosura de la tierra para que yo deje de adorar
233     II.    48|         unos catarros, que en esta tierra de Aragón son tan ordinarios.
234     II.    48|            ventura hay dueña en la tierra que tenga buenas carnes?
235     II.    48|      sirviendo y se volvieron a su tierra, y de allí a pocos años
236     II.    49|          Ella, puestos los ojos en tierra con honestísima vergüenza,
237     II.    49|      mismos que a mi madre come la tierra. En casa dicen misa en un
238     II.    54|           que no hay ínsulas en la tierra firme.~ ~ -¿Cómo no? -replicó
239     II.    55|            comenzó a desmoronar la tierra del agujero, de modo que
240     II.    56|            daba campo franco en su tierra, puesto que iba contra el
241     II.    56|           ni oído decir en aquella tierra los que vivían ni los que
242     II.    56|     temblaba debajo de los pies la tierra; estaban suspensos los corazones
243     II.    57|                Tal vez pagan en mi tierra.~ ~ ~ ~ Tus más finas aventuras~ ~ ~ ~
244     II.    58|            tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre: por la
245     II.    58|        espadas, ni hemos batido la tierra con los cuerpos, ni quedamos
246     II.    58|            tropieza en saltando en tierra, tiénenlo por mal agüero
247     II.    58|    ocuparan toda la redondez de la tierra, buscara yo nuevos mundos
248     II.    58|           dando con todos ellos en tierra, echándole a rodar por el
249     II.    59|            aire, de las aves de la tierra y de los pescados del mar
250     II.    60|            que habían sacado de su tierra; y, con todo eso, aquella
251     II.    60|         pistoletes (que en aquella tierra se llaman pedreñales) a
252     II.    60|          fama no hay límites en la tierra que la encierren!, sino
253     II.    60|            buenas inclinaciones en tierra, que persevero en este estado,
254     II.    61|         galeras. El mar alegre, la tierra jocunda, el aire claro,
255     II.    61|           dieron con sus dueños en tierra. Don Quijote, corrido y
256     II.    62|           todos los términos de la tierra; si no, mire vuesa merced,
257     II.    63|         mar, y él con la otra iría tierra a tierra, porque ansí el
258     II.    63|          con la otra iría tierra a tierra, porque ansí el bajel no
259     II.    63|          fondo el general cerca de tierra, y conoció que estaba en
260     II.    63|      invención para quedarme en la tierra donde había nacido, y así,
261     II.    63|          proveídos) nos echasen en tierra, primero quisieron barrer
262     II.    63|          si primero nos echaban en tierra, por algún acidente que
263     II.    64|      Gaiferos sacó a sus esposa de tierra firme, y la llevó a Francia
264     II.    64|           y la llevó a Francia por tierra firme; pero aquí, si acaso
265     II.    64|         desdichado caballero de la tierra, y no es bien que mi flaqueza
266     II.    65|      reposo y en que se esté en su tierra y en su casa, di traza para
267     II.    65|            ya que le derribó en la tierra, no salió con alguna costilla
268     II.    66|           vamos a tener en nuestra tierra el año del noviciado, con
269     II.    66|           el mayor ignorante de la tierra, pues no te persuades que
270     II.    69|         que las quería llevar a su tierra, por señal y memoria de
271     II.    70|           ni por la claridad de la tierra, porque no soy aquel de
272     II.    72|           fui el que le sacó de su tierra, o, a lo menos, le moví
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