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Parte. Capítulo
1 I. 3| cabeza, que le derribó en el suelo, tan maltrecho, que si segundara 2 I. 4| no ponía los pies en el suelo.~ ~ No había andado mucho, 3 I. 5| Procuró levantarle del suelo, y no con poco trabajo le 4 I. 8| él le hiciera venir al suelo mal de su grado, y aun mal 5 I. 8| Sancho Panza, que vio en el suelo al fraile, apeándose ligeramente 6 I. 8| Sancho y dieron con él en el suelo, y, sin dejarle pelo en 7 I. 8| le dejaron tendido en el suelo sin aliento ni sentido; 8 I. 8| vuestros robadores yace por el suelo, derribada por este mi fuerte 9 I. 8| arrojando la lanza en el suelo, sacó su espada y embrazó 10 I. 9| espantosa ruina vino al suelo, dejándole muy maltrecho.~ ~ ¡ 11 I. 10| que hubiere caído en el suelo, y con mucha sotileza, antes 12 I. 11| fuego, y, tendiendo por el suelo unas pieles de ovejas, aderezaron 13 I. 13| pudiera dejar de venir al suelo. Y no sé yo cómo el muerto 14 I. 13| habían puesto las andas en el suelo, y cuatro de ellos con agudos 15 I. 15| derribaron malparado en el suelo.~ ~ Ya en esto don Quijote 16 I. 15| dieron con Sancho en el suelo, y lo mismo le avino a don 17 I. 16| cargaban, la hacían mirar al suelo más de lo que ella quisiera. 18 I. 16| nunca acababa de llegar al suelo, y cuando despertaba del 19 I. 16| harriero, dio consigo en el suelo, a cuyo gran ruido despertó 20 I. 18| Viéndole, pues, caído en el suelo, y que ya los pastores se 21 I. 19| dueño por las ancas en el suelo. Un mozo que iba a pie, 22 I. 19| una hacha ardiendo en el suelo, junto al primero que derribó 23 I. 21| abajo; y no hubo tocado al suelo, cuando se levantó más ligero 24 I. 21| viento. Dejóse la bacía en el suelo, con la cual se contentó 25 I. 22| defensa, dio con él en el suelo, malherido de una lanzada; 26 I. 22| que dieron con él en el suelo; y apenas hubo caído, cuando 27 I. 22| amo: que también vino al suelo de otra pedrada; Sancho, 28 I. 23| bulto que estaba caído en el suelo, por lo cual se dio priesa 29 I. 23| enmudecióse; clavó los ojos en el suelo por un buen espacio, en 30 I. 23| ojos, estar fijo mirando al suelo sin mover pestaña gran rato, 31 I. 23| levantó con gran furia del suelo, donde se había echado, 32 I. 24| llegando a él, se tendió en el suelo, encima de la yerba, y los 33 I. 25| ya vi que le alzaste del suelo cuando aquel desagradecido 34 I. 25| rompelle y le dejó en el suelo sin llevarle; que a fe que 35 I. 26| otro; unas veces miraba al suelo, otras al cielo, y al cabo 36 I. 27| apariencia quedándose en el suelo,~ ~ ~ ~Entre benditas almas, 37 I. 27| qué tiempo, tendido en el suelo, al cabo del cual me levanté 38 I. 28| piedras, dio consigo en el suelo. Lo cual visto por los tres, 39 I. 29| de manera, que cayó en el suelo, con tan poco cuidado de 40 I. 29| que se le cayeron en el suelo; y como se vio sin ellas, 41 I. 31| salvaje, durmiendo en el suelo, sin comer pan a manteles 42 I. 34| toda de bronce, viniera al suelo. Lloró, rogó, ofreció, aduló, 43 I. 34| buen espacio, mirando al suelo sin mover pestaña, y al 44 I. 34| haciendo con la daga en el suelo una gran raya delante della, 45 I. 34| luego se dejó caer en el suelo, como desmayada.~ ~ Estaban 46 I. 35| correr la sangre por el suelo, y la cabeza cortada y caída 47 I. 35| del gigante por todo el suelo, y, como no la hallaba, 48 I. 36| ella diera consigo en el suelo. Acudió luego el Cura a 49 I. 36| Fernando, iba a caer en el suelo; mas hallándose Cardenio 50 I. 37| derribé la cabeza en el suelo, y fue tanta la sangre que 51 I. 40| El mar vecino y arenoso suelo;~ ~ ~ ~ Primero que el valor 52 I. 40| Destos terrones por el suelo echados,~ ~ ~ ~Las almas 53 I. 40| espada.~ ~ ~ ~ Y éste es el suelo que continuo ha sido~ ~ ~ ~ 54 I. 41| cabellos y arrastrarse por el suelo; mas una vez esforzó la 55 I. 41| salimos a tierra, besamos el suelo, y con lágrimas de muy alegrísimo 56 I. 43| esté tendido por todo el suelo. Desviaos afuera, y esperad 57 I. 43| silla, dieran con él en el suelo, a no quedar colgado del 58 I. 43| porque él quedó tan cerca del suelo, que con los extremos de 59 I. 43| cuanto podía por alcanzar al suelo, bien así como los que están 60 I. 43| que se estiren llegarán al suelo.~ ~ ~ ~ 61 I. 44| sostenía, y él dio luego en el suelo, a vista del ventero y de 62 I. 44| tenerla, diera consigo en el suelo. Cardenio dijo a Dorotea 63 I. 44| depositando la albarda en el suelo, que la tuviese de manifiesto 64 I. 45| lanzón se hizo pedazos en el suelo, y los demás cuadrilleros, 65 I. 46| derecho una gran patada en el suelo, señales todas de la ira 66 I. 47| pinganitos, hoy están por el suelo. De mis hijos y de mi mujer 67 I. 52| pobre don Quijote vino al suelo muy mal parado.~ ~ Sancho 68 II. 1| abrasadores con que puedo y suelo amenazar y destruir el mundo? 69 II. 4| estacas, di conmigo en el suelo una gran caída; miré por 70 II. 9| arado, que arrastraba por el suelo, juzgaron que debía de ser 71 II. 10| hincando ambas rodillas en el suelo, dijo:~ ~ -Reina y princesa 72 II. 10| señora, levantándose del suelo, le quitó de aquel trabajo, 73 II. 11| esgrimir el palo y a sacudir el suelo con las vejigas, y a dar 74 II. 11| que con su amo vino al suelo: ordinario fin y paradero 75 II. 12| mirando los dos atentamente al suelo, se solían estar de aquella 76 II. 12| esto y el tenderse en el suelo todo fue a un mesmo tiempo; 77 II. 12| caballo y tenderse en el suelo con algunas muestras de 78 II. 14| del miedo, tendido en el suelo, y fuese tras su amo, asido 79 II. 14| sabor, mejor que desde el suelo, el gallardo encuentro que 80 II. 14| su grado le hizo venir al suelo por las ancas del caballo, 81 II. 19| de que está cubierto el suelo. Tiene asimesmo maheridas 82 II. 21| hincando el bastón en el suelo, que tenía el cuento de 83 II. 21| que tenía hincado en el suelo, y quedándose la mitad dél 84 II. 21| llamar empuñadura en el suelo, con ligero desenfado y 85 II. 21| su sangre y tendido en el suelo, de sus mismas armas traspasado.~ ~ 86 II. 22| dieron con don Quijote en el suelo; y si él fuera tan agorero 87 II. 22| dormido. Tendiéronle en el suelo y desliáronle, y, con todo 88 II. 23| bayeta morada, que por el suelo le arrastraba; ceñíale los 89 II. 25| otro brinco se puso en el suelo, y al punto, con grandísima 90 II. 25| fuera una sota de naipes del suelo, echando a perder con sus 91 II. 26| aire, sin poder llegar al suelo. Pero veis cómo el piadoso 92 II. 26| su grado la hace bajar al suelo, y luego, de un brinco, 93 II. 26| con todo el retablo en el suelo, hechas pedazos y desmenuzadas 94 II. 26| por este duro y estéril suelo, ¿quién las esparció y aniquiló, 95 II. 26| luego maese Pedro alzó del suelo con la cabeza menos al rey 96 II. 27| dio con Sancho Panza en el suelo. Don Quijote, que vio tan 97 II. 30| embajadas piden. Levantaos del suelo; que escudero de tan gran 98 II. 30| boca y los pechos en el suelo. Don Quijote, que no tenía 99 II. 30| la silla y él vinieron al suelo, no sin vergüenza suya, 100 II. 31| Duquesa, así salta desde el suelo sobre una borrica como si 101 II. 32| con fierro, le levantó del suelo entre los brazos, y le ahogó, 102 II. 33| nombrarle con este nombre, le suelo llamar el rucio; y a esta 103 II. 34| desgajó la rama, y al venir al suelo, se quedó en el aire, asido 104 II. 34| encina, sin poder llegar al suelo. Y viéndose así, y que el 105 II. 34| cual viéndose libre y en el suelo, miró lo desgarrado del 106 II. 35| arrojaras de una alta torre al suelo, si te pidieran, enemigo 107 II. 36| que les arrastraba por el suelo; éstos venían tocando dos 108 II. 36| inclinó la rodilla hasta el suelo, y haciendo al pífaro y 109 II. 38| puesta las rodillas en el suelo, con voz antes basta y ronca 110 II. 38| del más hermoso veduño del suelo. De esta hermosura (y no 111 II. 38| postrar y dar conmigo por el suelo fueron unas coplas que le 112 II. 41| Pusiéronle de pies en el suelo, y uno de los salvajes, 113 II. 41| y con Sancho Panza en el suelo, medio chamuscados.~ ~En 114 II. 41| desmayados, tendidos por el suelo. Don Quijote y Sancho se 115 II. 41| hincada una gran lanza en el suelo y pendiente della y de dos 116 II. 41| por los aires y dio en el suelo, todo el escuadrón de las 117 II. 41| esta nuestra región del suelo no se usan tales colores; 118 II. 41| cabras del cielo a las del suelo.~ ~ -Decidme, Sancho -preguntó 119 II. 43| para el cielo y para el suelo; y este nuevo modo de dar 120 II. 43| de no regoldar, porque lo suelo hacer muy a menudo.~ ~ - 121 II. 44| Que, en pie, por el suelo arrastran.~ ~ ~ ~Y aunque 122 II. 48| dio con su señora en el suelo. Acudieron dos lacayos suyos 123 II. 48| pisando y aún despreciando el suelo, que no parece sino que 124 II. 50| levantados los pies del suelo. ¡Mal año y mal mes para 125 II. 52| compasivo, la levantó del suelo y hizo que se descubriese, 126 II. 53| chinelas, por la humedad del suelo, y sin ponerse sobrerropa 127 II. 53| y fue dar consigo en el suelo tan gran golpe, que pensó 128 II. 53| volvámonos a andar por el suelo con pie llano; que si no 129 II. 54| leguas.~ ~ Tendiéronse en el suelo, y haciendo manteles de 130 II. 54| mí me hizo llorar, que no suelo ser muy llorón. Y a fee 131 II. 58| pero él, abrazándose con el suelo, dijo: «No te me podrás 132 II. 58| echándole a rodar por el suelo. Quedó molido Sancho, espantado 133 II. 60| zancadilla, dio con él en el suelo boca arriba; púsole la rodilla 134 II. 60| arrimada al árbol, escudo en el suelo, y a don Quijote armado 135 II. 62| mitad de la sala, en el suelo, molido y quebrantado de 136 II. 64| y con don Quijote por el suelo una peligrosa caída. Fue 137 II. 66| levantados los pies del suelo, haremos las jornadas como 138 II. 68| puso en confusión y por el suelo a la albarda, a las armas, 139 II. 68| Y luego, tomando en el suelo cuanto quiso, se acurrucó 140 II. 69| túmulo como dos varas del suelo, cubierto todo con un grandísimo 141 II. 69| mano y las rodillas en el suelo. Mandó el Duque que se la