Parte. Capítulo

  1      I.    28|          más que en eso, bellísima Dorotea (que éste es el nombre desta
  2      I.    28|           oyó decir que se llamaba Dorotea, tornó de nuevo a sus sobresaltos
  3      I.    28|         sabía; sólo dijo:~ ~ -¿Que Dorotea es tu nombre, señora? Otra
  4      I.    28|         que te lastimen.~ ~ Reparó Dorotea en las razones de Cardenio
  5      I.    28|            lo que fuere -respondió Dorotea - , lo que en mi cuento
  6      I.    28|     lágrimas; mas no por esto dejó Dorotea de seguir su cuento, diciendo:~ ~ -«
  7      I.    29|             que tú eres la hermosa Dorotea, la hija única del rico
  8      I.    29|        Clenardo?~ ~ Admirada quedó Dorotea cuando oyó el nombre de
  9      I.    29|           algún breve espacio. Yo, Dorotea, soy el que me hallé presente
 10      I.    29|          dijo, se acabó de admirar Dorotea, y, por no saber qué gracias
 11      I.    29|          Fernando, o como llevar a Dorotea a sus padres, o hacer lo
 12      I.    29|            conveniente. Cardenio y Dorotea se lo agradecieron, y acetaron
 13      I.    29|         Contó luego a Cardenio y a Dorotea lo que tenían pensado para
 14      I.    29|            su casa; a lo cual dijo Dorotea que ella haría la doncella
 15      I.    29|            menester.~ ~ Sacó luego Dorotea de su almohada una saya
 16      I.    29|           en esto, se había puesto Dorotea sobre la mula del Cura,
 17      I.    29|         Cura lo que había de hacer Dorotea; a lo que ella dijo que
 18      I.    29|       aunque no armado, y así como Dorotea le vio y fue informada de
 19      I.    29|            a tomar en los brazos a Dorotea, la cual, apeándose con
 20      I.    30|           discreción de la hermosa Dorotea, con otras cosas de mucho
 21      I.    30|          hicieron los galeotes.~ ~ Dorotea, que era discreta y de gran
 22      I.    30|         haré yo de gana -respondió Dorotea - , si es que no os enfadan
 23      I.    30|     Quijote.~ ~ A lo que respondió Dorotea:~ ~ -Pues así es, esténme
 24      I.    30|            su historia la discreta Dorotea; y lo mismo hizo Sancho,
 25      I.    30|             Así es la verdad -dijo Dorotea - . Dijo más: que había
 26      I.    30|           merced desnudarse? -dijo Dorotea.~ ~ -Para ver si tengo ese
 27      I.    30|        fuerte.~ ~ -Eso basta -dijo Dorotea - ; porque con los amigos
 28      I.    30|           de mar?~ ~ Mas antes que Dorotea respondiese, tomó el Cura
 29      I.    30|              Eso quise decir -dijo Dorotea.~ ~ -Y esto lleva camino -
 30      I.    30|           que proseguir -respondió Dorotea - , sino que, finalmente,
 31      I.    30|          las riendas de la mula de Dorotea, y haciéndola detener, se
 32      I.    30| simplicidad del criado? En efecto, Dorotea se las dio, y le prometió
 33      I.    30|           Ésta, señores -prosiguió Dorotea - , es mi historia; sólo
 34      I.    30|       tierra; y si no fuera porque Dorotea le dio voces que no le diera
 35      I.    30|       poner detrás del palafrén de Dorotea, y desde allí dijo a su
 36      I.    30|     obrallo.~ ~ -No haya más -dijo Dorotea - : corred, Sancho, y besad
 37      I.    30|           pláticas, dijo el cura a Dorotea que había andado muy discreta,
 38      I.    31|          Cardenio los vestidos que Dorotea traía cuando la hallaron,
 39      I.    31|        ellos comían.~ ~ Preguntóle Dorotea qué era lo que hacer quería.
 40      I.    32|           venta de la hermosura de Dorotea, y aun del buen talle del
 41      I.    32|         vos, señora doncella -dijo Dorotea - , si por vos lloraran?~ ~ -
 42      I.    32|           que dice!~ ~ Oyendo esto Dorotea, dijo callando a Cardenio:~ ~ -
 43      I.    32|          reposo será para mí -dijo Dorotea - entretener el tiempo oyendo
 44      I.    35|           de la manera que estaba. Dorotea, que vio cuán corta y sotilmente
 45      I.    35|         quien tanta cuenta hacían. Dorotea consoló a Sancho Panza diciéndole
 46      I.    35|          que había posado en ella. Dorotea dijo que así lo creía, y
 47      I.    35|            faltaba poco. Cardenio, Dorotea y todos los demás le rogaron
 48      I.    36|          ya llegan.~ ~ Oyendo esto Dorotea, se cubrió el rostro, y
 49      I.    36|            se volvió adonde estaba Dorotea; la cual, como había oído
 50      I.    36|         lastimada señora; y aunque Dorotea tornó con mayores ofrecimientos,
 51      I.    36|          demás obedecían) y dijo a Dorotea:~ ~ -No os canséis, señora,
 52      I.    36|           pusieron gran lástima en Dorotea y en cuantos la miraban.
 53      I.    36|           todo; y alzando los ojos Dorotea, que abrazada con la señora
 54      I.    36|           Cardenio el ¡ay! que dio Dorotea cuando se cayó desmayada,
 55      I.    36|         tres, Luscinda, Cardenio y Dorotea, quedaron mudos y suspensos,
 56      I.    36|           todos y mirábanse todos, Dorotea a don Fernando, don Fernando
 57      I.    36|          en este entretanto vuelto Dorotea en sí, y había estado escuchando
 58      I.    36|           quieras, y la desdichada Dorotea. Yo soy aquella labradora
 59      I.    36|          razones dijo la lastimada Dorotea, con tanto sentimiento y
 60      I.    36|       atentamente estuvo mirando a Dorotea, abrió los brazos y, dejando
 61      I.    36|        dijo:~ ~ -Venciste, hermosa Dorotea, venciste; porque no es
 62      I.    36|          visto suceso. Parecióle a Dorotea que don Fernando había perdido
 63      I.    36|            En tanto que esto decía Dorotea, aunque Cardenio tenía abrazada
 64      I.    36|           de mirar las lágrimas de Dorotea, y que, siendo verdad, como
 65      I.    36|          ansimesmo en la beldad de Dorotea, y vería que pocas o ninguna
 66      I.    36|           fue abajarse y abrazar a Dorotea, diciéndole:~ ~ -Levantaos,
 67      I.    36|           me los deje vivir con mi Dorotea.~ ~ Y diciendo esto, la
 68      I.    36|        lloraba él sino por ver que Dorotea no era, como él pensaba,
 69      I.    36|      cortesía.~ ~ Preguntó luego a Dorotea le dijese cómo había venido
 70      I.    36|        tanta era la gracia con que Dorotea contaba sus desventuras.
 71      I.    37|   Micomicona se le había vuelto en Dorotea, y el gigante en don Fernando,
 72      I.    37|     sucedido. No se podía asegurar Dorotea si era soñado el bien que
 73      I.    37|           dama particular, llamada Dorotea, con otros sucesos, que,
 74      I.    37|           buen suceso de la señora Dorotea impidía pasar con su disignio
 75      I.    37|        representaría la persona de Dorotea.~ ~ -No -dijo don Fernando - ,
 76      I.    37|         ser así: que yo quiero que Dorotea prosiga su invención; que
 77      I.    37|     puestos los ojos en la hermosa Dorotea, dijo:~ ~ -Estoy informado,
 78      I.    37|              Esto dijo la discreta Dorotea, y en oyéndolo don Quijote,
 79      I.    37|            doncella que se llamaba Dorotea, y que la cabeza que entiendo
 80      I.    37|           en sus brazos. Luscinda, Dorotea, la ventera, su hija y Maritornes,
 81      I.    37|       traje, rodearon a la mora, y Dorotea, que siempre fue agraciada
 82      I.    37|               Decidme, señor -dijo Dorotea - : ¿esta señora es cristiana,
 83      I.    37|            preguntarles sus vidas. Dorotea la tomó por la mano, y la
 84      I.    37|            rostro tan hermoso, que Dorotea la tuvo por más hermosa
 85      I.    37|     Luscinda por más hermosa que a Dorotea, y todos los circunstantes
 86      I.    42|             que a no haber visto a Dorotea, y a Luscinda y Zoraida,
 87      I.    42|        delante de sí a Luscinda, a Dorotea y a Zoraida, que a las nuevas
 88      I.    42|         ella se vinieron Luscinda, Dorotea y la hija del Oidor. Estaba
 89      I.    42|         atento oído, especialmente Dorotea, que despierta estaba, a
 90      I.    42|            oímos, señor -respondió Dorotea.~ ~ Y con esto, se fue Cardenio,
 91      I.    42|           esto, se fue Cardenio, y Dorotea, poniendo toda la atención
 92      I.    43|           este punto, le pareció a Dorotea que no sería bien que dejase
 93      I.    43|     primera vez no entendió lo que Dorotea le decía; y, volviéndoselo
 94      I.    43|      abrazándose estrechamente con Dorotea, le dijo:~ ~ -¡Ay, señora
 95      I.    43|     eternamente.~ ~ Admirada quedó Dorotea de las sentidas razones
 96      I.    43|           lo que también se admiró Dorotea; la cual, estando atenta
 97      I.    43|          cual encendía el deseo de Dorotea, que deseaba saber la causa
 98      I.    43|          abrazando estrechamente a Dorotea, puso su boca tan junto
 99      I.    43|         boca tan junto del oído de Dorotea, que seguramente podía hablar
100      I.    43|           Clara -dijo a esta sazón Dorotea, y esto, besándola mil veces - ;
101      I.    43|            No pudo dejar de reírse Dorotea oyendo cuán como niña hablaba
102      I.    44|         especialmente doña Clara y Dorotea, que la una con sobresalto
103      I.    44|           su criado. Salía en esto Dorotea de su aposento, y tras ella
104      I.    44|           toda turbada; y llamando Dorotea a Cardenio aparte, le contó
105      I.    44|            tan fuera de sí, que si Dorotea no llegara a tenerla, diera
106      I.    44|          el suelo. Cardenio dijo a Dorotea que se volviesen al aposento;
107      I.    44|          fue poner de hinojos ante Dorotea, pidiéndole con palabras
108      I.    45|       afligía; Maritornes lloraba; Dorotea estaba confusa; Luscinda,
109      I.    46|            a poner de hinojos ante Dorotea, la cual no le consintió
110      I.    46|          con las razones de Sancho Dorotea, porque era verdad que su
111      I.    46|            señor. Pero la discreta Dorotea, que tan entendido tenía
112      I.    46|       ponerse al trabajo de volver Dorotea y don Fernando con don Quijote
113      I.    47|          señoras, especialmente de Dorotea y Luscinda. Todos se abrazaron